Interés general

Lo poco que se dice, lo mucho que se calla

Por Susy Scándali

suscandali@gmail.com

Fiel a mi costumbre, en El Salvador compré diarios todos los días, además de leerlos por internet. El olor de la tinta, el contacto con el papel, tiene una atracción a la que no puedo sustraerme.

Y así como había notado que muy poca gente –o mejor dicho, casi nadie-, critica al presidente Nayib Bukele, comprobé que tampoco se publican críticas en los periódicos. Esto es así en casi todos los diarios, o por lo menos en los que conocí, y que se publican en la capital del país. Excepto en el opositor La Prensa Gráfica, así como en algún que otra publicación digital como el sitio El Faro.net o la radio YSUCA 97.1, que me recomendara escuchar nada menos que un oficial de policía al que me crucé diariamente en el Parque Cuscatlán, durante una charla informal donde no ahorró críticas al gobierno, quizá con la confianza que le daba el hablar con una extranjera.

Este policía, fue la primera persona que me habló de los arrestos a inocentes, algo que más adelante escuché denunciar a Mervin Reyes, titular del Movimiento de los Trabajadores de la Policía, durante un reportaje radial por la 97.1.

Con el correr de los días, también pude ver, en La Prensa Gráfica y en la hoja periódica “La página de Maíz”, fotografías de familiares –en su gran mayoría mujeres- de detenidas y detenidos inocentes (o que se suponen detenidos, porque en muchos casos todavía no saben dónde están), preguntando “dónde está mi hijo” y exigiendo “vivos se los llevaron, vivos los queremos”, en una aterradora similitud con lo vivido en nuestro país en la época de la última dictadura.

Según Reyes, hay más de diez mil personas inocentes detenidas y que por el régimen de suspensión de derechos constitucionales vigente, carecen de defensa, teniendo que esperar largos meses y en algunos casos, años, hasta que un proceso judicial les permita acreditar su inocencia.

Jaime, un periodista de Presidencia del que obviaré su apellido, me explicó que esto es así porque la Asamblea Legislativa renueva periódicamente el “régimen de excepción”, como se lo conoce popularmente.

Lo que no dijo, pero me explicaron más tarde las periodistas salvadoreñas, es que el presidente maneja la Asamblea Legislativa, ya que tiene la mayoría absoluta de legisladores de su partido, Nuevas Ideas. De hecho, la suma de poder de Bukele es tal, que hay quienes ven en él la figura de un moderno dictador.

Mientras tanto, una cantidad no precisada de inocentes, engrosan el número de presos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo, el promocionado CeCoT cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo al ser inaugurado con el traslado de mareros casi desnudos y arrodillados, mostrando descarnadamente lo que Nayib Bukele –y gran parte de la población salvadoreña- considera su mayor logro.

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