Interés general

Los casos de coronavirus y las paradojas de las buenas cifras, presiones que crecen y el debate entre salud y economía

Todos los entretelones de lo que es noticia en Mar del Plata

Cumplido el primer mes desde que se detectó el primer caso de coronavirus en Mar del Plata –paradójicamente convertido a los pocos días en el primer fallecimiento en la ciudad de una persona infectada- en la Municipalidad local están satisfechos con las tareas realizadas, aunque reina mucha preocupación ante los días que vienen. “Si nos relajamos un segundo todo puede desmoronarse”, repite una y mil veces el intendente a su equipo. Es que nadie quiere imaginar el peor escenario, con decenas y decenas de contagiados necesitando tratamiento hospitalario al mismo tiempo, cuando las deficiencias en la materia no pueden ocultarse. “Lo mejor que nos puede pasar es ir aguantando como hasta ahora, con pocos casos, con un control estricto, impidiendo que esto pueda desmadrarse”, refería un concejal oficialista que trabaja codo a codo con representantes del Ejecutivo.

En tal sentido, la decisión de realizar testeos a cerca de 2.000 personas que estuvieron en contacto con los casos ya detectados en Mar del Plata (14) se convierte en una acción de avanzada. La necesidad de instrumentar testeos es un reclamo a nivel nacional, y en Mar del Plata arrancarán en estas horas gracias al acuerdo alcanzado por la comuna con un laboratorio privado. La ciudad vuelve a estar a la vanguardia como sucedió con la suspensión de clases, decidida antes que la Provincia, lo cual hasta provocó algún cortocircuito entre Montenegro y el gobernador Kicillof, lo cual pasó a ser una anécdota ya que se incrementaron los contactos entre ambos y no se descarta la llegada del mandatario bonaerense en las próximas horas para recorrer las obras del hospital modular que a buen ritmo se levanta en predio del Hospital Interzonal General de Agudos. Asimismo, Montenegro –como sucede con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta- dialoga telefónicamente entre dos y tres veces por semana con el presidente Alberto Fernández, al tiempo que se intercambian experiencias e información sobre esta guerra contra el enemigo invisible, tal como lo define el jefe de Estado.

Sin embargo, hay otro tema que desvela tanto al intendente como al gobernador, y que tiene que ver con la otra pata de esta pandemia, que es la económica. A la mesa de trabajo de Montenegro llegan diariamente los pedidos de distintos sectores comerciales e industriales de la ciudad reclamando cierta flexibilidad para ir reactivando la actividad comercial. “Iremos analizando caso por caso y lo consensuaremos con el gobernador y con el Presidente”, insiste el intendente, quien está obsesionado con la necesidad de mantener la cuarentena lo más estricta que sea posible. “Hoy las estadísticas, los números nos avalan desde lo sanitario. Cada permiso que se dé para que un marplatense salga a trabajar debe ser analizado exhaustivamente”, escucharon en la Municipalidad los máximos directivos de la UCIP que ante prácticamente el ruego de sus asociados piden excepciones para ampliar la actividad comercial en la ciudad. Todos, funcionarios, empresarios, representantes gremiales y hasta trabajadores, saben que el panorama marplatense desde lo económico, en los próximos meses, será de una inusitada gravedad.

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Comerciantes sin poder abrir sus negocios y obtener dinero como para pagar sueldos, impuestos y alquileres -el comercio minorista en marzo tuvo un derrumbe de ventas del 50 por ciento que será aun mayor en abril-, industriales con sus fábricas paralizadas, suspensiones de trabajadores, despidos y hasta quiebras, constituyen una escena habitual en estas horas. En paralelo, la Municipalidad deja de percibir millones de pesos en materia de impuestos, la coparticipación se reduce como nunca, y a pocas semanas de desatarse la pandemia sólo alcanza para el pago de los sueldos de marzo –con fondos reservados, tras la correspondiente autorización del Concejo Deliberante- y algunos pocos servicios esenciales. “Prefiero tener 10 por ciento más de pobres y no 100.000 muertos”, señala desde lo más alto del poder el Presidente de la Nación y quienes en la comuna saben que no van a poder tapar un solo bache en lo que queda del año, confían en que habrá ayuda gracias a la emisión. “Nos toco esto. Hay que hacerle frente”, se dijeron Montenegro y Fernández en una de las últimas comunicaciones telefónicas.

“Si esto es la guerra lamento recordarte que después viene la postguerra”, graficaba un funcionario de Economía, que admitía que la caída de la recaudación alcanza récords históricos. “Ojo que pasa en todos los municipios. ¿Sabés cual es la única diferencia entre algunas comunas? Muy simple. Unas se quedan sin plata en abril y las más afortunadas en mayo. Será imposible gobernador sin un rescate financiero de la Provincia a través de la Nación”, dice, en un diagnóstico en el que coinciden la mayoría de los jefes comunales. A todo esto el secretario de Producción de la comuna recibió en las últimas horas los más variados pedidos para que se permita la reanudación de actividades en algunos sectores. La presión es cada vez mayor, en base, vaya paradoja, de que los casos de coronavirus en Mar del Plata son escasos.

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El hecho de que la comunidad perciba -tras casi diez días sin nuevos casos registrados- que “acá no pasa nada” se convierte en la más peligrosa de las armas. Relajarse constituiría una trampa mortal, sostienen los epidemiólogos. Miran a Córdoba, donde un médico contagió a más de 20 personas en un geriátrico. O al sur donde un asado se convirtió en el epicentro de un desastre. “Lo importante va a ser establecer incluso un protocolo especial para la entrada y salida del personal en las actividades que puedan llegar a habilitarse. El transporte para nosotros es clave. Además, a la hora del análisis, hay prioridades. Están quienes piden autorización para desmantelar los balnearios, lo cual tranquilamente puede esperar algunas semanas más, hasta quienes reclaman el delivery para lo cual antes se necesita autorizar el trabajo de los empaquetadores”, graficó un funcionario. También se acumulan pedidos de autorización para reanudar la obra privada, en lo que coinciden empresarios, desarrolladores inmobiliarios y la Uocra. “No hay margen para cometer errores. Todo debe ser muy bien estudiado, y finalmente consensuado con las máximas autoridades provinciales y nacionales”, se insiste.



Incluso este martes, el intendente se reunió con distintos sectores productivos y los respectivos representantes sindicales de los trabajadores para determinar los protocolos que llevará al gobernador Axel Kicillof de cara al desarrollo de las actividades en el marco de la pandemia. Se plantearon algunas excepciones y cuestiones puntuales de cada sector, como desarrollar protocolos para la venta online, y el intendente confirmó que acompañará el pedido del sector textil para posponer el Día del Padre, para el tercer domingo de julio. Montenegro, en cada una de las reuniones, señaló que “tenemos que tener la responsabilidad de plantear cosas posibles y serias, y que cuiden la salud de la gente”. Pudo saberse que fue absolutamente realista cuando trazó el cuadro económico que se viene, en el encuentro con el sector gastronómico, hotelero, comercio, construcción, textiles e inmobiliarias. Acompañado por el Jefe de Gabinete, Alejandro Rabinovich; el secretario de Gobierno, Santiago Bonifatti; y el secretario de Producción, Fernando Muro, el jefe comunal admitió, según confió uno de los visitantes, que “para que se den una idea, yo voy a recaudar 450 millones de pesos y necesito mil solamente para poder pagar los sueldos”. “Está igual o peor que nosotros”, añadió el represenante de los gastronómcos que se fue más preocupado que lo que estaba cuando entró.

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“Este conflicto que a veces se plantea entre la economía y la salud, en realidad es falso. Si la salud sufre un gran deterioro, no va a haber economía sana más tarde. Es en el interés de todos que los países se recuperen cuanto antes, que rebotemos lo más rápido posible”, sostiene Santiago Sánchez Pagés, especialista en política económica del King College de Londres. Y mientras en la Argentina más de uno se sorprende cuando el economista liberal José Luis Espert sostiene que ahora el Estado debe emitir, Sánchez Pagés resalta que “no creo que nadie en los próximos años vaya a defender el achicamiento del Estado en cuanto a los servicios públicos y a la sanidad. Un país como España, que ha sufrido privatizaciones muy fuertes en la sanidad, Reino Unido que ha sufrido severos recortes, Estados Unidos que tiene problemas de cobertura sanitaria… Son países que están siendo muy afectados por el virus y están teniendo que tomar medidas de confinamiento muy estrictas y muy severas para compensar estas fallas”. Y añade: “En el futuro vamos a ver a ciudadanos mucho más preocupados por estas cuestiones, por un sistema de transferencia en el bienestar que permita a todas las personas no ser tan vulnerables en una situación como ésta”.



“En tiempos de paz y normalidad es casi un deporte vituperar al Estado y sus cargas, hasta que viene una crisis, sea del tipo que fuere, y todos salen a reclamarle y a exigirles a los vilipendiados políticos que se hagan cargo. Hoy la gente quiere que alguien se haga cargo del Estado y afronte la crisis”, señalaba por su parte, el ex presidente uruguayo José María Sanguinetti. Remarcaba, en coincidencia con distintos referentes políticos argentinos, que el proceso de recuperación económica, pasada la pandemia, será lento, al tiempo que pasado el temor, la paciencia de la ciudadanía será menor. “Los Estados –refiere Sanguinetti- tendrán que reorganizar sus sistemas de seguridad social y muy especialmente los de salud, que está claro, no tenían en su agenda episodios de este tipo”. Nada será igual tras esta pandemia. Nadie lo duda. La economía argentina, según una proyección del Banco Mundial, caerá 5,2%. Además, estima el BM que el país crecerá 2,2% en 2021 y 2,3% en 2022, es decir, la posible recuperación en los próximos dos años no alcanzará a compensar la caída que sufrirá en el actual.

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Cuesta imaginar lo que hubiese sido vivir esta pandemia en el plano local con una gestión municipal como la anterior encabezada por Carlos Arroyo. Los contrastes entre la actual y la anterior gestión quedan a la vista. Los resultados también. Arroyo gobernó en absoluta soledad. Su tozudez, su falta de diálogo con los concejales, propios y opositores, su enfrentamiento con todas las instituciones y entidades intermedias de la ciudad y su endeble equipo de colaboradores lo llevaron a conformar el peor gobierno municipal de la historia de la ciudad, con un rechazo generalizado de la población en un marco de ausencia total de diálogo con la Provincia y la Nación. El 3 por ciento de los votos cosechados en su intento reeleccionista marcaron el hartazgo de una comunidad que vio cómo la ciudad retrocedía en todos los campos. Pero lo que es más grave aún es que muchos de quienes fueron parte de aquel olvidable gobierno, hoy pontifican y hasta reclaman que ni siquiera se los nombre. Una vez más, la necesidad o el deseo de no hacerse cargo del desmadre del que fueron protagonistas.

Tal el caso de “El inmolado”, funcionario de extrema confianza de Arroyo, quien a lo largo de cuatro años avaló una y cada una de las decisiones de su jefe –algunas bochornosas por cierto que ya forman parte del anecdotario local- y hoy pide a través de cartas documentos que no se lo nombre especialmente en sus incursiones a Tribunales, adonde lo citan para que aporte algunas explicaciones ante medidas que les costarán mucho dinero a los marplatenses y batanenses. “El inmolado” tampoco quiere que lo llamen “El Inmolado”, y de hecho su absurdo pedido roza con la censura previa, lo cual no debería sorprender porque sus mismos excompañeros de gabinete lo sindican como el ideólogo de haber pretendido, en algún momento, poder acceder al contenido de ciertas publicaciones periodísticas antes que se editaran, a cambio de “aflojar” con persecuciones y abrir el grifo a la publicidad oficial. Personajes, en definitiva, que mucho daño le han hecho a la ciudad y que estaban convencidos de que finalizado aquel gobierno la ciudad los olvidaría rápidamente. Hay otros personajes también relacionados con la gestión anterior que siguen sin entender que el panorama político de la ciudad cambió y que el tiempo de ellos ya pasó. Tal el caso del ex corresponsal de la CNU, quien oficiara como asesor mediático de Arroyo a cambio de prebendas y designaciones familiares. Sin embargo, dedicarles más de cuatro líneas a quienes también se divorcian de la realidad sería un verdadero dislate.

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Quien sí le dedicó más de cuatro líneas a la gestión anterior fue el contador municipal. Después del cachetazo que recibió en las urnas en octubre del año pasado cuando intento la reelección, Carlos Arroyo sigue cosechando reveses. El último se lo acaba de dar la Contaduría General, que en la memoria anual de 2019 hizo un repaso por las obras paralizadas, las irregularidades y los juicios que generó el municipio en el último año de gestión del ex intendente. Hasta la publicidad oficial aparece en la mira. “La documentación incorporada como respaldo del egreso” de fondos municipales “no acreditaba el carácter de finalidad pública que toda publicidad oficial debe contener”, señala el informe. Cabe recordar que ya el Tribunal de Cuentas de la Provincia vino realizando observaciones sobre irregularidades detectadas en cada uno de los años de mandato de Arroyo, aplicando las multas económicas correspondientes.

“Todos necesitamos hacer nuestro aporte y sacrificio ante esta pandemia, pero si vienen a pedirme que venda más barato que lo que compro la mercadería me fundo en una semana”. La confesión pertenece a un almacenero de la zona de Constitución, quien en las últimas horas recibió a inspectores de la comuna dedicados al control de precios, quienes le labraron un acta. Pero el comerciante, boletas en mano, mostraba claramente que los valores fijados como precios máximos en algunos artículos no son respetados por los mayoristas, por lo que resulta imposible para el pequeño comerciante. “Tenemos que trabajar con los formadores de precios y no castigando a los almacenes de barrios”, admiten desde la comuna. En este caso específico, el propietario del comercio ponía ejemplos concretos. “El precio por el kilo de azúcar molida clásica está marcado a 56 pesos y yo lo pagué a 55,55 pesos. El arroz parbolizado Gallo de medio kilo debe venderse a 45,02 pesos y yo lo pago a 41,93 pesos mientras que mi mayorista me vende el puré de tomate Molto de 520 gramos a 38,51 pesos y teóricamente el precio máximo debería ser de 32 pesos. Es algo que debería corregirse porque realmente la situación no da como para que además de todo debamos pagar multas”, afirmó.



“Me levanto con la incertidumbre de pensar si será el día que empiece a levantar la curva”. La secretaria de Salud municipal, Viviana Bernabei, contó cómo vive el avance de la pandemia en una entrevista concedida a LA CAPITAL, donde admitió que “vamos a tener más casos: esto recién empieza”. Su obsesión es que se mantenga la cuarentena.

“Como sociedad, nunca hemos estado ante un desafío de esta magnitud”, dijo. “Está dentro de la probabilidad”, sostuvo cuando se le preguntó sobre el estudio realizado por la Universidad Nacional de Mar del Plata que indica que puede haber 1.600 casos de coronavirus en la ciudad a fin de mayo.

 

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