Policiales

Los condenan por el robo a una jubilada de 88 años en su casa

Lucía Galli recibió 5 años y 8 meses de prisión por haber manejado el Ford Focus con el que una banda asaltó a una mujer y luego exhibió una licencia de conducir apócrifa en un control de la Autovía 2. Un segundo acusado, Lucas García, recibió 4 años y 6 meses de prisión y fue declarado reincidente.

Lucía Marcela Alejandra Galli Villarruel y a Lucas Nahuel García fueron condenados por el robo a una jubilada de 88 años en su vivienda y, en el caso de la mujer, también por el uso de una licencia de conducir falsa en un control de ruta.

Galli recibió una pena única de 5 años y 8 meses de prisión, resultado de unificación con una condena anterior por delitos de hurto y robo. García fue condenado a 4 años y 6 meses de prisión y declarado reincidente, ya que había cumplido una condena previa en La Matanza.

El fallo absolvió a ambos del delito de falsificación de instrumento público vinculado a las licencias de conducir apócrifas, al considerar que la acusación sobre la confección de esos documentos era ambigua y no estaba suficientemente probada.

El robo a la jubilada y el Ford Focus

El hecho principal ocurrió la madrugada del 24 de febrero de 2024 en una vivienda de Juan A. Peña al 5000, adonde llegó una banda de al menos cuatro personas a bordo de un Ford Focus.

Según la investigación realizada por el fiscal Mariano Moyano, dos hombres descendieron de un auto, escalaron una medianera de unos dos metros y se escondieron en el patio trasero de la casa. Los otros integrantes —entre ellos, Galli y García— permanecieron en el vehículo, en las inmediaciones de Artigas y Juan A. Peña, en “actitud expectante” y en comunicación telefónica con los que estaban adentro.

Alrededor de las 8 de la mañana, cuando la jubilada de 88 años salió al patio para colgar la ropa, fue abordada por los delincuentes. La ingresaron por la fuerza a la vivienda, la llevaron a su dormitorio y la amenazaron exigiéndole dólares y joyas. Revolvieron los ambientes y se apoderaron de 150.000 pesos, una alianza de oro, una gorra militar perteneciente a su esposo fallecido y un teléfono Samsung.

En su testimonio, la víctima relató que los agresores estaban encapuchados, vestidos con ropa oscura y guantes, y que mantenían constante comunicación por teléfono con alguien afuera que les preguntaba si habían encontrado dinero y les indicaba cuándo y por dónde escapar. También recordó que uno de ellos la insultaba y le gritaba: “¿Dónde está la plata, vieja de mierda?”.

Luego de unos 30 minutos, los ladrones huyeron por la puerta delantera, se llevaron las llaves de la casa e intentaron sustraer el auto de la víctima, pero no pudieron porque no tenían las llaves del vehículo. Finalmente escaparon en el Ford Focus, que según la sentencia era conducido por Galli.

Cámaras, allanamientos y el rastro del Focus

La investigación comenzó a partir del llamado al 911 y del primer procedimiento de la comisaría séptima, que permitió constatar el robo en la vivienda de la jubilada. A partir de allí, los investigadores reconstruyeron el recorrido de la banda gracias a distintas cámaras de seguridad privadas y públicas que registraron la presencia de un Ford Focus en la zona y permitieron seguir parte de la ruta de fuga, además de identificar a su conductora.

Ese vehículo quedó luego claramente vinculado a Lucía Galli. Un vendedor declaró haberle entregado el auto mediante un boleto de compraventa en noviembre de 2023, y posteriormente, en un allanamiento en el domicilio de la imputada, la policía encontró dinero de características similares al sustraído a la víctima, documentación del Ford Focus —cédula verde, seguro y el boleto de compraventa— y el propio rodado estacionado en la vereda.

La sentencia destaca que incluso los detalles físicos del vehículo observados en las imágenes, como la rotura en el paragolpes delantero, las calcomanías y las obleas del parabrisas, coincidían con el auto secuestrado frente a la casa de Galli. Para el Tribunal N° 1, ese conjunto de elementos cerró el rastro del Focus y terminó de ubicar a la acusada como propietaria y conductora del coche utilizado en el robo.

Licencia trucha en la Autovía 2

El tercer hecho analizado en la sentencia se produjo el 3 de marzo de 2024 en la Autovía 2, kilómetro 366, donde personal del Destacamento de Seguridad Vial Vivoratá detuvo al azar un Ford Focus y le requirió a Galli la documentación.

La mujer exhibió una licencia de conducir a su nombre, que a simple vista no presentaba las medidas de seguridad habituales. Los policías advirtieron diferencias en la marca de agua, la tipografía, el tamaño del escudo y la ausencia de ciertos sellos bajo luz ultravioleta. Al consultar la base oficial, la licencia no figuraba como válida.

Una pericia documentológica confirmó luego que se trataba de un documento apócrifo. Por ese episodio, el Tribunal N°1 la declaró autora del delito de uso de documento público falso, ya que estaba conduciendo y utilizó la licencia para intentar superar el control.

Los chats incriminatorios

Uno de los puntos más fuertes de la sentencia es el análisis de los mensajes de WhatsApp extraídos del celular de Galli y de otra línea vinculada a García. El Tribunal N° 1 destacó que el robo no fue un hecho al azar sino un plan organizado que involucró a varias personas.

En su declaración, Galli admitió que aquél día la llamaron para “laburar” porque necesitaban a alguien con auto, que pasó a buscar a García y a otros integrantes del grupo, que la guiaron hasta la casa de la víctima y que se quedó esperándolos en el Focus mientras dos de ellos ingresaban a robar. También detalló el reparto del botín: los 150.000 pesos, la alianza de oro y el teléfono.

Los chats incorporados a la causa muestran, además, las tensiones internas después del allanamiento y la detención de Galli. En una de las conversaciones, una familiar reclama que “la saquen” porque, de lo contrario, ella “los iba a meter a todos”. En otra, se habla de juntar dinero, de la declaración de la víctima y de nuevos allanamientos en el departamento de la acusada.

Esos diálogos, sumados a la confesión de Galli, terminaron de cerrar el círculo probatorio sobre la participación de García y su vínculo con el robo.

Agravantes

Al momento de graduar la pena, el Tribunal valoró como agravantes la edad de la víctima, de 88 años, encuadrándola como persona especialmente vulnerable; y la nocturnidad, que facilitó la comisión del robo por la menor circulación de personas y vehículos.

Según el cómputo provisorio, el fallo estima que el vencimiento de la pena de Galli operaría en septiembre de 2028, mientras que el de García se proyecta a octubre de 2028, teniendo en cuenta las fechas de detención.

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