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Policiales 3 de enero de 2018

Los crímenes más resonantes que se produjeron en 2017

Hubo 33 asesinatos, lo que representa una baja del 25% respecto de 2016. Entre ellos, se registraron casos conmocionantes como "La masacre de El Martillo", el homicidio de un médico y el descuartizamiento de un ex convicto.

El médico Roberto Tortorella tenía 72 años cuando fue asesinado.

Por Bruno Verdenelli

Mar del Plata y Batán fueron escenario de 33 asesinatos durante 2017, lo que representa una baja del 25 por ciento respecto a 2016. Los hechos fueron esclarecidos en su mayoría, aunque no por eso algunos dejaron o dejan de asombrar a la población.

De los crímenes más resonantes, el primero que impactó a los ciudadanos fue el de Diamela Sánchez (25), ocurrido en horas de la madrugada del 20 enero de 2016. La víctima fue atacada en el interior de su casa de Falkner al 8100 frente a su pequeña hija de 2 años.

La autopsia reveló que Sánchez murió por una puñalada que le atravesó el esternón y le afectó un pulmón. Pero además tenía otros 7 puntazos más y numerosos golpes en el rostro. De acuerdo a la investigación que llevó adelante el fiscal Alejandro Pellegrinelli, el autor del hecho fue el carnicero Ariel Enrique González (37), quien se entregó a la policía días después e irá a juicio oral por el hecho.

En un principio se sospechó que se trataba de un caso de violencia de género en el marco de una pareja, pero luego los investigadores supieron que en realidad no existía una relación sentimental entre ambos. El acusado y la mujer eran vecinos y se conocían desde hacía poco tiempo. Esa madrugada se habrían reunido a consumir cocaína y en ese contexto se produjo el brutal asesinato.

Hermanos, cómplices y víctimas

A Luis Alberto y a Marcelo Romero, dos hermanos de 50 y 46 años, los mataron el 9 de marzo, en un presunto ajuste de cuentas por la venta de droga cerca del Parque Camet.

Por el hecho están detenidos Antonio “Pico” Báez (54), Ezequiel “Chanchi” Costa (33) y Ezequiel Sánchez (28).
Luis Alberto Romero acababa de regresar del cine con su pareja de solo 20 años y ambos se hallaban dentro de la casa de Frenguelli al 6000.

En ese momento dos hombres golpearon la puerta de la vivienda y la mujer abrió. Romero estaba sentado en el sillón. “¿Así que vos me andás buscando para matarme?” le dijo uno de ellos a Romero y le disparó. Luego se dirigieron en un automóvil conducido por un tercer delincuente a la vivienda de Marcelo Romero, en Calabrese al 4500, donde lo fusilaron. En ese lugar se ocultaba un poco más de un kilogramo de cocaína que los hermanos Romero se encargaban de dosificar y vender.

Tras el ataque, la mujer de Romero fue la principal testigo para poder identificar a Sánchez, primero, y Báez y Costa después. El fiscal Juan Pablo Lódola inició la investigación junto a la comisaría decimoquinta y a la DDI Local, y dio con los principales sospechosos, que continúan detenidos.

El homicidio del médico

El homicidio del médico cardiólogo Roberto Tortorella tuvo ribetes de película clase B, lo cual llamó la atención de los lectores de la sección Policiales.

De acuerdo a la investigación, el viernes 17 de marzo de 2017, a las 9 de la mañana, la policía Rosa Saino llegó hasta la vivienda El Zorzal al 400 del barrio Colinalegre y tras coordinar con Débora Faijós -pareja ocasional de Tortorella- ingresó por una puerta lateral. Dentro de la casa y utilizando su arma de fuego que ocultaba en una mochila de color negro, tomó por detrás a Tortorella y le propinó varios culatazos. Faijós colaboró con ella.

Ambas llevaron al conmocionado y dolorido Tortorella hasta la habitación secundaria de la finca, en donde lo pusieron sobre la cama y le colocaron una almohada en el rostro y una de ellas se sentó encima. Antes le habían colocado dos medias dentro de la boca. Entonces Saino lo esposó en manos y pies y de esa manera logró desmayarlo.

Después de limpiar la habitación envolvieron a la víctima en una cobija que tomaron del lugar, arrastraron el cuerpo hasta la camioneta Chery Tiggo del cardiólogo y se hicieron de una pala.

Ambas se robaron dos computadoras portátiles, un reloj pulsera, una linterna recargable, tarjetas bancarias y un teléfono inalámbrico junto a su base.

Faijós, que se mantuvo dentro de la casa todo el tiempo, manejó el rodado por el camino Los Ortiz hasta detenerse en proximidades del Arroyo de los Padres. Allí las mujeres hicieron un pozo no demasiado profundo y abandonaron el cuerpo de Tortorella. Al día siguiente, a las 18.30, el cadáver fue descubierto.

Aunque la detención de las dos mujeres se demoró algunos días, desde un primer momento la pesquisa estaba orientada. Cruces telefónicos, testimonios y rastros levantados en la casa de Colinalegre permitieron identificar a las sospechosas. Después fue cuestión de reunir algo más de prueba para que la Justicia de Garantías autorizara sus detenciones.

También fue clave que Faijós se presentara por sus propios medios y completara con su versión la reconstrucción de lo sucedido.

Lo que también pudo establecer la investigación del fiscal Leandro Arévalo y de la DDI local fue que el mismo día viernes en que fue atacado Tortorella, la joven Faijós hizo un raid por distintos cajeros automáticos para extraer dinero con las tarjetas de débito robadas. En total obtuvo 5.800 pesos de los bancos Galicia y HSBC. En la actualidad, las dos mujeres permanecen detenidas y a la espera del juicio oral.

El caso del preceptor

El preceptor Ricardo Héctor Mario Gómez (50) fue asesinado en abril de 2017 en su departamento del 9 piso de Corrientes al 2200. Las cámaras de seguridad del edificio lo mostraron cuando entraba acompañado de un joven a las 21.28 del miércoles 12 de abril. Poco más de 4 horas después, ese joven también fue registrado por las cámaras cuando escapaba, con el rostro cubierto.

Una vez agotados los intentos en el entorno de Gómez para identificar al joven del video, las imágenes fueron difundidas por los medios locales tras la autorización del fiscal con el objeto de encontrar a alguien que pudiera aportar datos precisos. Así fue como dieron con un familiar de Luciano Almaraz, la persona identificada finalmente, y comenzó el proceso que terminó con su entrega.

Almaraz quedó aprehendido en la Alcaidía Penitenciaria de Batán, donde actualmente sigue alojado. Está acusado de asesinar de al menos seis puñaladas a Gómez en el marco de una pelea. Según la hipótesis inicial, Gómez invitó a Almaraz a su departamento para mantener un encuentro íntimo y fue en esas circunstancias que se produjo el feroz ataque.

Traición

Antonio García (70) y su esposa Lidia Corbo (69) fueron asesinados el 15 de abril en una casa de Fitte al 1800 del barrio Las Dos Marías. Eran jubilados a los que atacaron con un arma blanca y una violencia inusitada: la autopsia arrojó que la mujer recibió entre 40 y 60 puñaladas, y el hombre fue degollado, a punto de ser decapitado.

En un principio se sospechó que se había tratado de un asalto. Sin embargo, el fiscal Pellegrinelli avanzó en la investigación y descubrió que, en efecto, había existido un robo. Pero detrás de ello se escondía una traición.

Al parecer, el autor del doble crimen era un conocido de las víctimas, que buscaba quedarse con distintas pertenencias del matrimonio. El acusado: Brian “Chuqui” Cano (25), quien al verse cercado se entregó en la sede de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local. Desde entonces, se encuentra detenido y la causa ya fue elevada a juicio oral.

“La masacre de El Martillo”

Uno de los automóviles quedamos durante "La masacre de El Martillo".

Uno de los automóviles quedamos durante “La masacre de El Martillo”.

La matanza de Nelson Alderete (25), Francisco Chaves (15) y Brian Falcato (17) se registró en horas de la madrugada del 1 de mayo. Fue, tal vez, la serie de ajustes de cuentas más sangrienta de la historia criminal marplatense.

Fue bautizada por la prensa como “La masacre de El Martillo” y comenzó cuando fue asesinado Matías Moyano (31), el 30 de abril. Ese día Moyano salió como todos los domingos de la cárcel de Batán para gozar de su régimen de salidas transitorias. Iba en moto junto a su novia. En esas circunstancias, fue acribillado de cuatro balazos, en el marco de una supuesta venganza de allegados a uno de sus antiguos cómplices, que había muerto durante un asalto que ambos cometieron en 2010.

El asesinato de Moyano generó una ola de versiones en los barrios General Pueyrredon y El Martillo sobre el autor de su ejecución. Su muerte afectó a Alderete: los dos habían nacido en Termas de Río Hondo y habían llegado juntos a Mar del Plata. Era su mejor amigo.

Conocedor de los rumores del barrio y de las internas que mantenía Moyano, Alderete planeó una venganza sobre los que creía autores del crimen de su amigo. Ese mismo domingo a la noche esperó paciente en la esquina de Sicilia y Vidal. En un momento, Mariano Lescano (18) -uno de los apuntados por el asesinato- pasó manejando en su automóvil marca Volkswagen Gol Trend negro. Chaves iba como acompañante. Al verlo, no dudó: disparó contra el rodado en varias oportunidades. Una de las balas hirió en la cabeza al adolescente de 15 años. Luego de cometer el ataque, Alderete escapó.

Lescano, al ver a Chaves gravemente herido, lo llevó de urgencia al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), donde lo dejó en la guardia. A partir de ahí se puso en marcha otra venganza que se desarrolló la madrugada del lunes siguiente.

Falcato y Olivera quisieron vengar el ataque del adolescente y fueron a buscar a Alderete a su vivienda. Ahí se produjo otro feroz tiroteo que terminó con los dos jóvenes baleados e internados. Poco después, Chaves y Falcato murieron, y Olivera quedó gravemente herido.

Enterados de las nuevas víctimas, sus demás parientes y allegados decidieron seguir con la venganza. Fueron en camionetas y cercaron el barrio. Y encontraron a Alderete en una casa ubicada en Sicilia al 7200. Estaba junto a su novia. Allí se produjo otro enfrentamiento. Alderete pudo escaparse y esconderse en una casa cercana. Pero nuevamente lo encontraron y lo ejecutaron. Las versiones de los vecinos indicaron que fue decapitado y prendido fuego. Luego lo tiraron en el medio de la calle.

“Hubo que taparlo con chapas porque los perros se lo comían. Fueron siete horas de un tiroteo infernal”, comentó una mujer. En la misma vivienda donde mataron a Alderete apuñalaron a otro joven.
Además, en el medio de los enfrentamientos para cercar a Alderete, los amigos de las otras víctimas cercaron las calles con autos. Los usaron como barricadas para que la policía no pudiera pasar. Un patrullero con uniformados que intentó acercarse fue baleado.

Horas después, finalmente la policía pudo ingresar a la zona y la fiscal María Isabel Sánchez tomó intervención en el caso. Los crímenes de Falcato, Chaves y Olivera no fueron investigados ya que su autor, Alderete, estaba muerto, y la acción penal quedó extinguida. Pero por su linchamiento sí se siguió una investigación en el marco de la cual fueron detenidos Mariano Lezcano, Alexis Juarez, Angel Chaves, María Belén Palavecino y Javier Falcato.

Descuartizado

El cuerpo de Luciano Provenzano fue descuartizado en noviembre.

El cuerpo de Luciano Provenzano fue descuartizado en noviembre.

El fiscal Pelleginelli también tuvo que investigar, casi a fines del año, el descuartizamiento del ex convicto Luciano Manuel Provenzano (34). Distintas partes de su cuerpo fueron halladas por cartoneros entre bolsas de basura ubicadas en Almirante Brown al 1700, en horas de la tarde del 6 de noviembre.

Provenzano vivía en Mar del Plata. Tenía desde 2015 una causa por robo agravado, por lo que había tenido una sentencia condenatoria de tres años de prisión y salido en libertad tras cumplir la mayor parte de la pena.

Desde entonces, la causa no ha avanzado demasiado y no existen sospechosos identificados. Sólo se sabe que Provenzano padecía una grave adicción a las drogas y se había alejado de sus relaciones familiares para vincularse con personas allegadas a la venta de narcóticos.

De acuerdo a los últimos datos que obtuvo LA CAPITAL, el fiscal Pellegrinelli ordenó el análisis de los registros telefónicos de Provenzano y otra serie de peritajes cuyos resultados aún aguarda. Además, se supo que el investigador sospecha que el hecho fue cometido “por alguien que sabía lo que hacía y conocía de disecciones”.

El femicidio de Batán

El femicidio de Cristina Fuentes, cometido por su ex novio Juan Torancio, conmovió a Batán.

El femicidio de Cristina Fuentes, cometido por su ex novio Juan Torancio, conmovió a Batán.

La mañana del pasado 12 de diciembre, Batán amaneció teñida de sangre: Cristina Graciela Fuentes fue asesinada de más de 70 puñaladas por un ex novio, Juan Torancio, que no toleró su negativa a finalizar la relación. La mujer había decidido dejar de salir con él para regresar con su ex pareja, con quien tenía una hija de 4 años.

Lo demencial del ataque lo evidenció el hecho de que, en ese momento, Fuentes se encontraba con la niña, que fue testigo de la embestida de Torancio, y sus gritos, mezclados con los de su madre agonizante, alertaron a los vecinos.

La policía llegó unos pocos minutos más tarde y detuvo al asesino en el mismo lugar, navaja en mano y todo ensangrentado.

“Es un caso de homicidio en flagrancia, prácticamente”, dijo la fiscal Andrea Gómez cuando se refirió a la forma en la que el femicida fue detenido por personal de la comisaría octava. Al ser citado a declarar por la investigadora, no sólo se negó a hacerlo sino que no mostró ningún tipo de arrepentimiento o consternación.