La jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez, dijo ayer que antes de que finalice 2018 podrían comenzar a prestar declaración testimonial algunos familiares de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, en la causa que investiga la desaparición y búsqueda del buque en el Atlántico Sur.

A pocas horas de que se cumpla el primer aniversario del último contacto del submarino, Yáñez aseguró que los testimonios de los familiares de los submarinistas “sin dudas van a ser importantes, porque son los últimos que tuvieron comunicación con ellos”.

“Todavía no declaró ninguno en la causa, porque respetamos su situación emocional y sus prioridades. Pero esperamos muy pronto poder contar con sus testimonios: hay tres familiares que manifestaron que podrían venir en el transcurso de este año”, señaló.

“Les dijimos que vamos a respetar sus tiempos, y que no hay problema que vengan un sábado o un domingo, que nosotros habilitamos el juzgado y les tomamos declaración”, agregó.

La jueza explicó, además, que esta investigación -que ha generado 15 cuerpos de expedientes y 40 cajas de información tras la declaración de más de 70 testigos y una decena de allanamientos- ha significado para ella y su equipo de colaboradores “un desafío profesional muy grande, pero también un desgaste emocional y personal tremendo”.

“Este caso me moviliza desde el primer día, porque no me puedo escindir, soy una sola persona: soy jueza, mujer, madre, hermana. Me pongo en el lugar de los familiares y es un dolor que nadie espera. Son ausencias que nadie espera. En lo particular, he tenido pérdidas muy grandes, en un accidente en el que murieron mi cuñada y mi sobrino. Y una cosa así es muy difícil de asimilar”, señaló.

La magistrada contó que desde que comenzó la instrucción registra cada detalle en una serie de cuadernos que llena a medida que pasan los meses: “Llevo unos cuadernitos en los que anoto absolutamente todo desde el día uno. Yo sola sé por qué puse lo que puse y en qué momento lo puse. Porque además de que es nuestro trabajo, lo tomamos de manera personal, porque la situación provocó un estrépito en todo el país y en el mundo”.

En cuanto a la complejidad de la investigación, señaló que “hay una gran distancia entre un evento que ocurre en la superficie, incluso algo tremendo como la Tragedia de Once, y este caso que motiva que se estudie el lecho marino, las profundidades, los elementos técnicos con que se cuenta, los puntos del mapa ya relevados, y los que se van a relevar e incorporar a la carta náutica de la Argentina”.

“La magnitud de esta tragedia a cada uno lo hizo actuar como podía: a todos nos obligó a ponernos los borceguíes y mantener la cabeza fría”, dijo.

Yáñez se refirió, además, a la búsqueda del ARA San Juan que lleva adelante la empresa Ocean Infinity, y explicó que “a lo mejor ellos teniendo la mejor tecnología pensaron que iban a arribar a un resultado positivo en un término más corto, y hoy están replanteándose las áreas de búsqueda”.

“O no lo pudieron encontrar por la complejidad del lecho marino y está ahí; o puede que no sea este el lugar, sino otro siguiendo la ruta hacia Mar del Plata, más al noreste. De proseguir, se van a replantear muchas cosas, porque ellos también están de algún modo desconcertados”, aseguró.

En ese sentido, dijo que las dos veces que mantuvo reuniones con personal de la firma estadounidense hizo “hincapié en la necesidad de confirmar o descartar que estuviese en las coordenadas donde se habrían escuchado los golpes contra el casco”, tal como reportaron tres sonaristas que viajaban en la corbeta ARA Spiro de la Armada en los primeros días de búsqueda.

Ese punto será inspeccionado en las próximas horas por el buque Seabed Constructor, informo la empresa en las últimas horas.

“Hay muchos que dicen que es imposible que esté en esa ubicación. Pero si fuera así se abre todo un nuevo planteo de hasta dónde llegó y en qué condiciones. Yo no me voy a privar de que lo puedan encontrar”, concluyó.