La Ciudad

Los familiares, entre el dolor, las críticas y una llama que mantiene la esperanza

Algunos se quiebran. Otros conservan la fe y creen que los submarinistas volverán. Saben que son horas decisivas en la búsqueda.

En el séptimo día sin novedades del submarino ARA San Juan, un día que todos consideran decisivo para el operativo de búsqueda, los familiares de los tripulantes que esperan noticias alentadoras en la Base Naval fluctúan entre el dolor, la fe y algunos cuestionamientos.

“Tenemos mucho, mucho dolor”, dijo Elena, hermana de Cristian Ibáñez, envuelta en lágrimas. “Esperamos un milagro, lo queremos de vuelta con nosotros”, agregó con voz entrecortada. “¿Por qué no lo empezaron a buscar por abajo? Están buscando un submarino, no un barco”, criticó por su parte Horacio, otro hermano del tripulante. “Sé de qué labura mi hermano. No voy a ser optimista sabiendo de qué labura. Entiendo que es una profesión de riesgo”, lamentó, y señaló que, a su juicio, el submarino está “desde un principio en el fondo” del mar.

Por su parte, Lourdes Ledesma, esposa de uno de los submarinistas a bordo del ARA San Juan, comentó que “hay gente que se pone muy nerviosa, pero realmente la familia naval, los que conocen a los submarinistas y conocen el submarino, saben que ha salido (al mar) en perfectas condiciones”.

“No tienen un comandante que los haga salir a misiones suicidas, como han dicho”, mencionó Ledesma, y contó que en la Base los familiares están unidos. “Estamos todos juntos, nos dan misas, rezamos”, indicó, y recordó que su esposo ya estuvo dos veces con los cascos azules en Haití y dos en la Antártida. “Hay que confiar, tener fe y rezar”, recomendó.

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