Arte y Espectáculos

“Los libros han desordenado mi vida por completo y le han dado una disciplina absoluta a mi existencia”

Este viernes, en Teatriz, Fabián Vena se pondrá en la piel de un bibliotecario creado por Juan Villoro, que monologa sobre la poesía, la lluvia y el amor.

por Claudia Roldós

@clauroldosmdp

“Los libros han desordenado mi vida por completo y le han dado una disciplina absoluta a mi existencia”, asegura Fabián Vena. El actor volverá este viernes a Mar del Plata, esta vez con la puesta “Conferencia sobre la lluvia”, un unipersonal basado en el texto del autor mexicano Juan Villoro, en el que un bibliotecario, habla sobre los libros que marcaron su vida, el amor y la lluvia.

En esta oportunidad, Vena no sólo protagoniza sino que, por primera vez, transita el rol de director -junto a su colega José Luis Arias- de esta pieza con la que hará una única función, a las 21 en Teatriz.

Antes de llegar a la ciudad, con esta propuesta poética, intimista, con un personaje que genera una gran identificación por parte de los espectadores, el actor, director y docente teatral, analizó la puesta y el texto en una profunda charla con LA CAPITAL, en la que aseguró que “Me enamoré por completo del texto y del personaje”.

– ¿Cómo fue tu primera aproximación al texto de Villoro y cómo decidiste interpretarlo?

– Son las cosas casi mágicas que tiene este laburo, encontrarse el material desde la búsqueda o desde la sorpresa de la aparición. Uno siempre tiene que estar abierto a la posibilidad de que surjan cosas impensadas. Esto lo fue. No conocía nada de Villoro, su nombre me resultaba conocido pero no sabía nada de él, tampoco sabía que tenía teatro, lo cierto es que el destino de este laburo llevó a que me acercara este texto una íntima amiga de mi mujer casi casi para brindarle una devolución. El texto durmió en una maleta de gira de Casa Valentina por el país, durante muchos meses. Lo agarré porque era un papelón no dar una devolución, más a una amiga. Lo cierto es que lo leí a altas horas de la noche y no pude despegarme más. Me enamoré por completo, de punta a punta, del texto.

– ¿Cómo es la la experiencia de incursionar por primera vez en la dirección y a la vez dirigirte a vos mismo?

– Con el texto tengo una de esas historias de amor fuertes y creo que va a durar mucho tiempo. A partir de ahí un deseo muy fuerte no solamente de llevarlo adelante, actuarlo, sino también de dirigirlo. Abría las puertas de un rol que también quiero investigar mucho pero al no tener experiencia, me pareció que era una buena experiencia dirigirme a mí mismo.

Y me acompaña en la dirección José Luis Arias que es un gran amigo, profe de mi escuela, con mucha experiencia en dirección, dramaturgo y como actor que terminó de conformar una de las piezas claves del equipo, que por supuesto está conformado por muchas personas más muy íntimas y muy talentosas dentro de sus roles.

– ¿Cómo organizaron el trabajo con José Luis Arias?

– Tanto el actor como el director son los que más saben del personaje y el actor cada vez se apodera más y cada vez sabe más qué tiene que hacer y la precisión de lo que tiene que hacer. Y en la dirección el desafío es generar el personaje que cargue con la coherencia, lógica, veracidad para transitar el camino. La diferencia es que tomaba las decisiones y no tenía con quién negociar porque el trabajo con José Luis ha sido de mucha complementación y la organización que tenemos es parecida a la de la escuela. Podemos intervenir mutuamente en la medida que sea necesario y lo mismo que enseñamos lo ponemos en práctica: un recorrido con la creación a través del método de las acciones físicas. Nos da alegría enseñar algo que después podemos poner en práctica en escena porque permite exponer lo enseñado y, en realidad, es poner en arte lo que hemos aprendido, lo que nos han enseñado a nosotros.

“Es imposible no empatizar con él”

– ¿Cómo abordaste desde arranque todo lo que tiene para transmitir la obra?

– Primero y principal, hacer una buena comprensión del texto y llevar ese texto en su plenitud a la mayor cantidad de gente. Comprenderlo es mucho más que entenderlo, es transmitir exactamente lo que el autor de alguna manera quiere decir. Todo el recorrido que tiene el bibliotecario pasa por muchísimos estados emocionales, muchísimas historias distintas unas de otras, hay un recorrido natural de esta conferencia, pero a la vez, un in crescendo importante en su andar y estructuralmente, por más que siempre es muy complicado generar la convención en un monólogo, en un unipersonal, en este caso ha sido de lo más fácil, Villoro mismo dice: no hay nada más teatral que una conferencia. Ya de por sí te pone en una situación teatral y armar la convención muy fácil con el público, el público se tranquiliza y uno también sabiendo que se entiende lo que estamos hablando y lo que vamos a decir. Nuestra obsesión ha sido siempre llegar con este texto de la misma manera que nos ha llegado a nosotros, desde un lugar de muchísimo humor, sensibilidad, de un recorrido de un personaje que cuenta las historias y se cuenta a sí mismo de una forma que es imposible no empatizar con él.

– ¿Qué particularidades técnicas tiene la puesta?

– Empezamos a hacer ese recorrido lógico de acciones de una persona que está intentando dar una conferencia y recurre a citas y que está en su mundo, en su biblioteca, con sus libros y quisimos darle también un amparo técnico, escenográfico y de arte de alguna manera complementario a la idea de tener solo un actor en escena. Pensamos en una estructura de pantalla, visual, que nos permita salir un poco de lo estanco de una biblioteca. Hicimos un viaje muy grande con una pantalla que está en el fondo, que hace su propio recorrido casi como si fuera la mente de este hombre donde aparece una biblioteca y miles de imágenes que tienen que ver con lo que están transitando en ese momento la historia y el personaje.

Tenemos una versión unplugged con un texto en esplendor, que es el que llevamos de gira y es suficiente porque el texto mismo y su desarrollo te llevan a un viaje donde prácticamente no necesitás más que escuchar.

– ¿Cómo trabajaste, como actor, el texto que parece tener como protagonista absoluta a la palabra y la ironía, la emoción, la nostalgia que transmite?

– Trabajamos palabra por palabra. La musicalidad después vino. Fue un recorrido lógico, genera una intimidad muy grande con el público y la posibilidad de recorrer su vida y sus historias de una manera muy natural en principio. Creo que la misma potencia del texto y lo atractivo de sus imágenes y sus historias nos resultó un viaje muy placentero donde todos esos sentimientos y más se han desprendido pura y exclusivamente de un recorrido propio, natural, personal y a partir de ahí encontrarnos con estados, con imágenes, con tomas de posiciones. Cada uno de esos recorridos tienen sus propias leyes y a partir de ahí es tratar de ir a fondo con cada una de esas cosas y que no se nos escape nada. Por eso, también aparecen, una vez que uno recurre a los sentimientos, la idea de potenciarlos, del in crescendo de meterse cada ves más en esa historia que es una manera de que el público se involucre cada vez más en el trabajo de la palabra, de la musicalidad. Todo ese trabajo técnico que es una de mis grandes pasiones.

– La conferencia / monólogo habla de poesía, pero también de amor, desamor y soledad, temas universales, combinándolos con situaciones cotidianas. Más allá de la descripción que hace el texto ¿Cómo es para vos el bibliotecario?

– Es un personaje tan extraordinario, bellísimo en términos técnicos también. Es un personaje que está totalmente al servicio de lo que cuenta, del autor y sus palabras y lo que piensa, es un transmisor inmediato del autor, casi en tono de confesión y a tal punto, si bien está muy definido y tiene su personalidad y cuenta y describe cómo cree que es y se autodefine, que no tenga nombre me da la sensación de que lo pone en un lugar de transmisor, de este texto bellísimo y estas ideas que cuenta el autor.

Es un personaje erudito pero que no te lo hace saber, simple por su nivel de vida, pero a la vez de un nivel de profundidad y apasionamiento sobre determinadas cosas que a veces un ser humano no tiene coraje para transitar, como por ejemplo una gran historia de amor. Es un personaje que también recorre muchas situaciones que lo muestran como son y ahí también la idea de transmisión, de inmediata identificación que uno tiene con ese personaje. Estoy seguro de que todos los que están en la platea, en algún momento son ese personaje porque lo han vivido, lo han sentido o porque lo desean. Desean ser, sentir, ver la vida desde el lugar que la ve este bibliotecario al que lo resignifica no tener nombre.

Mundos nuevos

– ¿Qué creés vos que simboliza quien escucha las palabras del bibliotecario?

– Está relacionado con la esencia, la idea máxima del tema: la relación que hay entre la lluvia, el amor y los libros, esos mundos totalmente relacionados y unidos como si siempre hubiesen estado así. Un autor siempre nos propone mundos nuevos, una mirada distinta, entrar en zonas donde un simple ser humano no sería capaz de entrar o no tendría condiciones o las inquietudes como para hacerlo. Sin embargo el bibliotecario lo hace. La idea del sentirse enamorado asociada con la idea de la lluvia que nos agarra repentinamente en la calle. Uno no espera la lluvia, aparece, uno no elige enamorarse, el amor lo toma a uno por completo. Las ideas de la obra aparecen en las ideas de este bibliotecario.

– Entre las citas del texto están Dante, Neruda, Pessoa, Goethe, Lugones, Vallejo, Verlaine, Eliseo Diego, Cortázar, entre otros. ¿Trabajar ‘Conferencia sobre la lluvia’ te generó curiosidad, interés por acercarte o volver a alguno de ellos?

– Todos los autores que aparecen en la conferencia, en las citas, son enormes y los conocía en su mayoría. A algunos los he investigado, claro que sí, en la medida que aparecían en el texto, esa misma noche del ensayo me metía en esas vidas, en esas citas y me imaginé -no tuve la oportunidad de preguntarle a Villoro que estuvo para los estrenos en Buenos Aires- cuántos otros autores debe haber dejado afuera. Me da la sensación de que podría haber un mundo muy grande de autores que han hablado sobre la lluvia.

– El texto dice, ‘los libros han desordenado mi vida’. ¿Qué creés al respecto? ¿Te ha pasado?

– Por supuesto, los libros me han desordenado la vida por completo, en todos los mejores sentidos de lo que significa el desorden. Al desorden podemos relacionarlo con el caos, al caos con creatividad, la idea de romper moldes establecidos, la idea de investigar sobre un mundo, meternos en esta historia desde la primera palabra el primer conflicto y poder investigar que hay ahí, todo lo que está detrás, lo que subyace, las circunstancias que lo rodean, las cosas que no están escritas.

Los libros han desordenado mi vida por completo y le han dado una disciplina absoluta a mi existencia. Están absolutamente relacionados con el teatro, he tenido la suerte de pertenecer a una generación donde en la infancia los libros eran muy importantes. Han completado mi existencia, le han dado sentido. La literatura es ver la vida o algo de la vida a través de un prisma que no da ningún otro arte y va directamente a la imaginación y un actor sin imaginación está perdido. Sin dudas, la imaginación me la han dado los libros.

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