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Deportes 3 de noviembre de 2018

Los penales le dieron una gran alegría a San Lorenzo

Por esa vía dejó afuera a Quilmes. Ahora jugará el clásico con Kimberley en cuartos de final.

Juan Machado con la pelota ante Rodrigo Domínguez. El partido fue muy equilibrado y por eso se resolvió en los penales

Por Leonardo Rodríguez

En estos partidos donde no hay un más allá si te toca perder, los equipos primero piensan en la marca y el sacrificio. A partir de ahí empiezan a construir en función ofensiva y por último, si el encuentro lo permite, queda lugar para la osadía y la desfachatez individual. El cruce entre San Lorenzo y Quilmes lejos estuvo de brindarnos estas últimas variables, pero la incertidumbre de un mano a mano, la paridad hasta el final y la definición por penales al menos mantuvieron la atención de todos durante los noventa minutos.

Luego del empate sin goles, San Lorenzo tuvo mayor eficacia en los remates desde los doce pasos (5-3), eliminó a Quilmes y consiguió el pasaje a los cuartos de final

En el primer tiempo San Lorenzo intentó un poco más que su rival. Presionó en todo momento, y si bien Quilmes en algunos pasajes pudo salir bien de ese asedio, de tanto estar en terreno rival tuvo ocasiones como para desnivelar.

A los 14′ Mariano Carrizo no pudo darle dirección a un cabezazo en el borde del área chica y la pelota salió besando el palo derecho de Alberto Páez. Y ocho minutos más tarde una buena triangulación entre Machado, Carrizo y Adrián Corbalán, terminó con el anticipo del experimentado volante en el primer palo pero otra vez con el remate final desviado.

Quilmes no pudo disponer mucho tiempo la pelota. Y eso que la línea de volantes tuvo a Cartalá, Guido Arias y Jaureguiberry. Pero lo mejor lo generó Rodrigo Domínguez, el delantero tuvo un par de situaciones que complicaron a Alvarez a base de potencia y habilidad.

Pero la mejor ocasión fue para la visita a los 33′, cuando Bruno Barrientos ganó en velocidad por la derecha y desde una buena ubicación remató cruzado ante la salida de Páez. Otra vez el balón se fue cerca.
En el complemento se neutralizaron. Quilmes fue el que modificó su estructura, con el ingreso de Santaella busco soltar a Cartalá y también acomodó la defensa para que Federico Pistola sea el compañero de Arias en la mitad del campo.

Así se predispuso mejor para controlar al rival, pero en el último tramo de la cancha no generó peligro.
En contraposición San Lorenzo mantuvo su dibujo pero la presión ya no fue tan efectiva. El cansancio comenzó a jugar su papel y el paso del reloj otro tanto.

Ambos sabían que ya no quedaba margen para el error y, sin resignarse, se fueron amoldando a los penales.

La única del segundo tiempo fue en la jugada final cuando Facundo Luques fue a buscar de arriba y su disparo, un tanto defectuoso, pegó en la parte de arriba del travesaño. Finalmente el empate dejó todo en las manos de los penales y allí los jugadores de San Lorenzo no fallaron. Gracias a esa efectividad festejaron y ya piensan en su clásico rival: Kimberley.