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Opinión 15 de marzo de 2022

Los planes locales de acción climática, un nuevo modelo de gestión: ¿Mar del Plata va en esa dirección?

Por Mónica Biasone (*)

 

La ciudad de Mar del Plata será sede de la IV Asamblea Nacional de Intendentes Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático, durante los días viernes 18 y sábado 19 de marzo de 2022.

A pesar de ser uno de los municipios más importantes del país, nuestra comuna no figura entre las 46 que ya han cumplido con el Plan Local de Acción Climática.

Lejos de ello, la ordenanza 24.953 promulgada el 16/12/2020, es el último instrumento en pos de tan importante e insoslayable tarea en materia ambiental. Dicha ordenanza crea el Consejo Municipal frente al cambio climático.

Las democracias de proximidades requieren la activa participación y compromiso de los gobiernos locales. Si bien cuestiones referidas a la protección y cuidado del medio ambiente irrumpen en la aldea global, parte importante de sus soluciones están en la cotidianeidad y la proximidad que presentan los territorios municipales.

Su ciudadanía es el sujeto vital para provocar un cambio que pueda sostenerse. Se trata de la cercanía, del compromiso en conciencia y en acción.

Nuestra comunidad demanda soluciones colaborativas en todos los ordenes, tenemos ante nosotros el gran desafío colectivo de generar políticas de sostenibilidad que nos acerquen a las generaciones futuras.

Esta perspectiva lleva a la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático a concentrar sus esfuerzos sobre tres aspectos de la acción climática: la mitigación del cambio climático, la adaptación a los efectos adversos y el acceso universal a energía segura, limpia y asequible.

La herramienta que se diseñe, tanto en lo formal como en su concepción de base, debe impulsar nuevos modelos de gestión. Estamos ante la primera etapa diagnóstica en orden al desequilibrio e impacto nocivo en el ambiente.

Necesitamos pensar un nuevo paradigma para afrontar los desafíos del presente pero fundamentalmente de un futuro que se nos presenta cercano.

El cambio de mentalidad requiere de nuevos instrumentos, nuevos diseños de participación ciudadana.

Si se revisa el marco brindado por la Ordenanza 24.953 habla a las claras que se repiten fórmulas perimidas y que han sido parte importante de los fracasos en nuestra ciudad en materia de planificación urbana y ambiental.

La célebre frase de Albert Einstein, “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, aplica para la ocasión.

El Consejo Municipal creado por la ordenanza en cuestión, no puede quedar en manos del Ejecutivo Municipal, que va de suyo es unipersonal según nuestro sistema constitucional.

El artículo 2 de la norma encomienda al referido consejo la elaboración del plan encargándose dicha tarea a cinco miembros que, mayoritariamente, representan al gobierno de turno (tres de ellos corresponden al Ejecutivo y uno del deliberativo, es decir cuatro miembros sobre cinco). Ellos están facultados (no obligados) a consultar especialistas, entidades intermedias, ONG y cualquier otra organización que consideren relevante o consideren de interés para el cumplimiento de su objeto.

Esta visión refracta contra los ejes nucleares que devienen indispensables para lograr los objetivos de la Red, a saber:

  • Participación Ciudadana
  • Descentralización del poder y de la toma de decisiones
  • Reducción de las desigualdades
  • Uso más eficiente de los recursos
  • Adquisición de compromisos internacionales que tengan impactos locales

En cada acción, en cada propuesta debe considerarse si vamos en la dirección de estos puntos. La realidad nos indica el camino contrario.

No alcanza con buenos anuncios en repetidas reuniones que nada dejan. Al decir de Heiner Müller, “en ocasiones el optimismo no es más que falta de información”.

La Organización de la Naciones Unidas (ONU) afirma que la población urbana representara hacia el 2030, dos tercios de la población mundial.

En este contexto quienes habitamos las ciudades tenemos un protagonismo indiscutido, no hay manera de pensar acciones referidas al cambio climático sin los verdaderos protagonistas del cambio, de lo contrario se presentaran informes, estudios, propuestas que cumplan en lo formal pero devendrán en impracticables o inejecutables a la hora de los hechos.

Si verdaderamente queremos cambiar la preocupante situación en materia ambiental, cambiemos el juego.

A crear o erramos.

 

(*) Contadora Pública y Docente Universitaria. Ex decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UNMdP.