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Los posibles escenarios del proceso constituyente en Chile tras el triunfo del rechazo

La enmienda constitucional que dio paso a la redacción de un nuevo texto señalaba que si el plebiscito ratificatorio era rechazado continuaría "vigente la presente Constitución" de 1980, instaurada en la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

El contundente rechazo popular al proyecto de Carta Magna elaborado por la Convención Constituyente en Chile abrió múltiples escenarios en el país, donde la continuidad del proceso derivado del estallido social de 2019 quedó ahora en manos de un Congreso atomizado.

Sin embargo, el presidente chileno, Gabriel Boric, un ferviente defensor de este proceso, se comprometió tras el triunfo del rechazo la semana pasada a “construir en conjunto con el Congreso y la sociedad civil un nuevo itinerario constituyente” y realizó una serie de cambios en su gabinete con el fin de facilitar el diálogo político.

Pero analistas consultados, destacaron la dificultad a la que se enfrenta el mandatario, fuertemente debilitado tras el referendo, ante un Parlamento fragmentado donde no tiene mayoría.

“Se puso un freno de mano y va a ser difícil. Ahora volvemos a foja cero y esto queda en manos del Congreso, que tiene que decidir si vota una ley para una nueva constituyente”, dijo Juan Negri, director de Ciencia Política y de Estudios Internacionales en la Universidad Torcuato Di Tella.

“La derrota política implicaba una redistribución del poder y esta, a su vez, implica una redistribución del poder de toma de decisiones respecto a cómo sigue el proceso”, señaló, por su parte, Federica Sánchez Staniak, académica en la Universidad Alberto Hurtado de Chile.

Ante esta situación de incertidumbre, se han barajado en los últimos días un abanico de escenarios sobre el futuro del proceso constituyente en el país.

-Una nueva Convención Constituyente:

Esta es la vía por la que apuesta Boric y que fue la elegida por los chilenos en el plebiscito de 2020, cuando casi un 80% votó a favor de una nueva Carta Magna redactada por un órgano constituyente.

Pero la amplia victoria del rechazo (61,87%) el pasado domingo expuso un nuevo contexto y, según un sondeo de Ipsos publicado esta semana, aunque un 78% de los chilenos desea una nueva Constitución, sólo un 15% quiere que la elabore una nueva convención electa en votación.

El proceso constituyente fue, asimismo, algo “desgastante” para la ciudadanía, según Sánchez Staniak, que no sabe si podría tolerar un camino igual de largo que el hecho hasta ahora.

“Chile salió de una gran crisis con mucha más democracia y una institucionalidad sumamente robustecida a través de todo el proceso constituyente, pero al mismo tiempo en 24 meses hubo seis elecciones y eso es un montón”, dijo la también integrante de la Red de Politólogas #NoSinMujeres.

Algunas voces abogan por un proceso exprés dado que, además de la propuesta de texto rechazada el domingo, existe la presentada durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018), pero Negri puso en duda el “apoyo parlamentario” que tendría esta alternativa.

“No me imagino que sea muy exprés porque ahora va a tener que empezar a acordar la nueva Constitución con la derecha también, que quedó empoderada con este resultado”, señaló.

En ese sentido, la politóloga destacó el movimiento hacia el centro que hizo Boric con su reciente cambio de gabinete: “Para poder construir y dialogar hay que tender puentes hacia la derecha y a la derecha se llega a través del centro”, indicó.

-Reformas constitucionales en el Congreso:

El centro también fue uno de los grandes impulsores del rechazo, pero mientras la centroizquierda pretende impulsar una nueva Carta Magna, la centroderecha sugirió reformar el actual texto como salida.

De hecho, ante la previsible victoria del rechazo, la mayoría de grupos en el Parlamento aprobó hace unas semanas rebajar el quórum necesario para modificar la Constitución de 1980 y dio alas a esta vía.

No sería la primera vez que esto sucede. El texto constitucional sufrió múltiples modificaciones, la más importante de ellas en 2005 durante la presidencia del centrista Ricardo Lagos (2000-2006).

Pero los especialistas temen que estas reformas parciales no sean suficientes.

“Había un planteo muy firme de hacer un cambio paradigmático en Chile, con una nueva Constitución, y me da la impresión de que esa salida a los sectores más de izquierda de la coalición de Boric les parece poco”, señaló Negri, quien consideró que el mandatario buscará impulsar un texto más consensuado.

Sánchez Staniac, en tanto, subrayó que en el Congreso “no hay más que política partidaria”, por lo que quizás una alternativa más legítima sea optar por una “convención mixta”, integrada por una mitad de legisladores en ejercicio y la otra electa por la ciudadanía.

-Una comisión de expertos:

Otra de las posibilidades mencionadas estos días es que la redacción de una nueva Carta Magna sea encargada a una comisión de expertos, una opción respaldada por un 41% de los chilenos consultados en la encuesta de Ipsos.

Sin embargo, la académica consideró a este modelo como “muy retrógrado” para la ciudadanía chilena después de “todo lo que luchó” por este proceso constituyente.

A su juicio, es un modelo “controlado desde arriba” y ese fue justamente uno de los planteos principales que se le hicieron a la actual Constitución, diseñada “entre cuatro paredes” por un grupo “muy selectivo” en un gobierno autoritario.

Si bien la consideró poco viable, no descartó que una comisión de expertos asesore a una nueva convención, ya que la inexperiencia fue una de las mayores críticas que se le hizo a la última, dominada por independientes y en la que los partidos políticos quedaron alienados.

También Negri calificó a esta opción como “el otro extremo”: “No creo que lleguemos a ese extremo, pero sí me parece que el proyecto va a ser una construcción mucho más atravesada por los partidos tradicionales e incluso con más presencia de la derecha”, opinó.

-Vigencia de la Constitución actual:

Aunque Boric abogó por un “nuevo itinerario constituyente”, el rechazo al proyecto de la Convención Constituyente supuso un duro golpe para su Gobierno, que en estos seis meses en el poder perdió notablemente su popularidad en medio de una creciente inflación, varias crisis internas y fracturas entre la coalición política que lo respalda.

“Ahora tenemos un presidente debilitado, una derecha empoderada, así que la posibilidad de que esto quede bloqueado está definitivamente muy presente”, advirtió el especialista.

Si bien reconoció que Chile “necesita un cambio de sentido”, consideró que por el momento el proceso queda “congelado”.

“En el corto plazo imagino a un presidente empujando lo que puede, pero muy debilitado, y esto perdiendo fuerza en lo que queda de su Gobierno”, sentenció.

Algo con lo que no concuerda Sánchez Staniac, quien reconoció que actualmente “la derecha tiene la sartén por el mango”, pero alertó que si “esto no llega a buen puerto” existe el riesgo de un nuevo estallido social en el país.

“A los ojos de la ciudadanía, la Constitución de 1980 tiene muy bajos niveles de legitimidad”, dijo y concluyó: “La ciudadanía va a exigir que cumplan con el mandato que les dio de tener una nueva Constitución y, en ese sentido, no estaría conforme con quedarse con esta, aun si incluyera reformas”.

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