Los remeros marplatenses, los hermanos Cristian y Brian Rosso, están a punto de afrontar uno de los grandes objetivos del año 2018: el Prepanamericano de Río de Janeiro, a desarrollarse en la Lagoa Rodrigo de Freitas, desde el miércoles 28 de este mes hasta el domingo 2 de diciembre. El certamen será de capital importancia puesto que será clasificatorio para los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

Sin embargo, el aspecto deportivo lamentablemente pasa a un segundo plano, porque la contaminación y la basura que invaden la Pista Nacional de Remo y Canotaje, en el Tigre, ya superaron los límites de lo tolerable.

Nada menos que siete integrantes del seleccionado argentino sufrieron diferentes indisposiciones e incluso uno de ellos tuvo que ser hospitalizado. En diálogo con el programa “El Clásico”, que se emite por LU6, Brian Rosso explicó la situación:

“Desde el domingo que llegamos con mi hermano Cristian a Buenos Aires todos en mayor o menor medida sentimos náuseas o tuvimos diarrea. Mandé e-mails al Enard y a la Secretaría de Deportes de la Nación pero no obtuve ninguna respuesta”, explicó el deportista que representa al Club Atlantis de Mar del Plata.

Y agregó: “Anoche -por el jueves-, a las 23, tuvimos que ir de urgencia al hospital con una chica mendocina que no se podía mantener en pie. La tuvieron en la guardia hasta las 3 de la mañana y le colocaron suero porque estaba deshidratada”.

La pista, ubicada sobre el río Reconquista, está cada vez peor. Y la dirigencia hace oídos sordos a los reclamos de los deportistas, que literalmente están a la deriva. “Dos meses antes del Mundial nos quedamos sin Director Técnico Nacional porque lo despidieron. Y en las convocatorias nos obligan a venir a entrenar al Tigre, porque sino, nos retiran las becas. Entonces, nos callamos y venimos. Pero esto no puede seguir así”, indicó.

También, el menor de los hermanos Rosso señaló que “ver las fotos de cómo está la cancha es una cosa. Pero estar en el agua entre toda esa porquería es mucho peor. Dan ganas de vomitar, porque golpeamos la basura todo el tiempo con el remo y el olor es terrible, inaguantable. Dos horas de respirar todo ese aire nauseabundo es algo asqueroso”, afirmó.

Lo peor es que no obtienen respuesta alguna. El equipo está próximo a viajar a Brasil y nadie se ocupa de una cuestión sanitaria absolutamente prioritaria. “El equipo está sin ganas y muchos quieren dejar de remar. Es una lástima. A mí me da mucha pena. Nosotros lo hacemos por la camiseta argentina”.

Si bien hay gente específica encargada de limpiar la pista, la contaminación igual permanece, así que se trata de esfuerzos en vano.

Las condicione precarias para los deportistas de elite no quedan ahí, porque fueron alojados en un club en el que los remeros están poco menos que hacinados. “El lugar es un nido de ratas. En una habitación hay 20 colchones y tenemos un único inodoro para compartir entre todos. Estamos cansados porque no se hace nada para revertir esta situación”, graficó Rosso.

Los dos hermanos marplatenses conformarán el cuádruple par en Río de Janeiro, porque esa modalidad solo entrega 5 plazas para Lima, en tanto el single (12) y el doble (11) tendrán las clasificaciones más accesibles.