El País

Los turistas disfrutan de la playa, las salidas nocturnas y los paseos

Un público federal, de diversas franjas etarias, opinaron ante LA CAPITAL sobre las actividades desarrolladas durante su estadía, sus expectativas, los precios y cómo ven a "La Feliz" en este verano de "casi normalidad" pospandemia.

Desde Tucumán, Humberto llegó a Mar del Plata el 26 de diciembre y alquiló un departamento en la loma de Colón que comparte con su hijo. “No sé si está caro o barato -dijo- porque hace rato que no tenemos parámetros. Me parecieron carísimos los precios para las fiestas de Fin de Año, pero por otra parte me parece normal lo que te cobran por un whisky”.

Si bien se calificó como “un enamorado de Mar del Plata, vengo desde hace 30 años, y me encanta”, el hombre reconoció que “hay zonas que están sucias o dejadas”. “Todas las mañanas salgo de caminata y después me meto al mar, aunque a veces la playa está muy sucia por efecto de la gente, porque dejan restos de yerba, por ejemplo, y también el mar está muy lleno de algas y huevos”.

Después de disfrutar de una jornada playera con más de 31° (la máxima fue de 31°6 a las 13.10), Martín tiraba del carrito que cargaba las reposeras, la heladera y la sombrilla, seguido por su mujer Alina y sus hijas Valentina y Gina, con quienes iba camino al departamento para bañarse, cambiarse e ir al desfile que se desarrolló al atardecer en Playa Grande.

“Venimos siempre -contó el hombre oriundo de San Jerónimo (Santa Fe)- y a diferencia de año pasado, vemos a Mar del Plata con más vida, más despierta. Igual, habíamos venido en diciembre y creo que tuvo que ver que estábamos saliendo de la pandemia”.

Arribados el 26 de diciembre pasado, para Noche Vieja optaron por comer en el departamento que les prestaron en cercanías del Casino Central y “después bajamos a brindar a la playa Varese. Hicimos algo diferente, aunque hizo un poco de frío”, relató Alina.

El programa nocturno que repitieron fue “salir a comer todas las noches y eso es más barato que en Santa Fe. Por ejemplo, acá comemos muy bien por 2 mil pesos por persona, allá no baja de $ 3.500 por cabeza”, reseñó el padre de familia.

Otro de los rubros que les resultó más económico fue el textil. “La ropa está mucho más barata”, recitaron a coro las tres mujeres.

A punto de terminar sus vacaciones, ya que mañana regresan a su ciudad de origen, adelantaron que ya compraron los souvenirs. “Ya está todo, alfajores, de los Havanna”.

Acalorados

Los hermanos Juan Francisco (23 años) y Juan Diego (20) llegaron a la ciudad desde Santa Cruz para pasar las fiestas de Navidad y Fin de Año, “con la ‘nonna’ que vive acá, así que venimos siempre”. Instalados en la zona de Playa Chica, contaron que además de las estadías playeras salieron a la noche “básicamente a bares y cervecerías”.

“Los precios están muy bien -señalaron- aunque mucho no podemos comparar porque también son otros sueldos los de allá. Pero la cerveza artesanal está muy en precio y con promociones, como el ‘happy hour’ y el Cuba Libre está más barato que allá”, enumeraron.

Con las marcas del sol en el rostro, los jóvenes consideraron que “la ciudad es divina, venimos siempre por mi abuela, pero nos parece que hay una parte que es más linda, digamos desde el casino hacia el sur. Y otra que es más feucha o dejada, del casino hacia el norte”, describieron.

En su segundo día de estadía en Mar del Plata -se quedarán una semana-, Oriana, Agustina, Ana, Agostina y Mary (entre 19 y 20 años, estudiantes platenses) bajaban a media tarde a Varese con una heladerita cargada con “fernet, cola y fruta”, recitaron. El plan es “salir” este sábado a la fiesta “Bresh”. “Ya compramos la entrada, a esa vamos seguro”, anunciaron.

El miércoles a la noche, en el debut de sus excursiones nocturnas, fueron “a Ananá (en Playa Grande)” y la idea es seguir con ese ritmo. “Altas expectativas para las salidas”, señalaron y, en cuanto a precios, dijeron que “fuimos al supermercado a comprar lo básico y los tragos están más caros que en La Plata. Allá salen $ 600 y acá los pagamos $ 1.500”.

Julieta (20) y Nahuel (23) llegaron ayer desde Longchamps, a la casa de unos amigos, para pasar el fin de semana. “Es una escapadita, vamos a ir a la playa y alguna salidita haremos. Los precios de las cafeterías están como allá, sí notamos las frutillas mucho más baratas”, aseguró la joven pareja.

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