Monseñor Carlos Malfa, obispo emérito de Chascomús y misionero en Tierra Santa, presidió la celebración de la misa del peregrino en Santiago de Compostela.

El prelado marplatense viajó desde Jerusalén, donde desempeña su tarea pastoral.

El viaje se produjo en la previa del inicio de la festividad de Santiago Apóstol, patrón de España, que se celebra este jueves. De hecho, en las comunidades autónomas de Galicia, Madrid, Cantabria, Navarra y País Vasco el día tendrá carácter festivo.

En mayo, Malfa se entrevistó con el papa Francisco en Roma, donde le transmitió su decisión de trabajar pastoralmente en la tierra de Jesús.

El prelado argentino presta su servicio en la misión y las obras de la Custodia de Tierra Santa, confiada por la Iglesia a la Orden de los Hermanos Menores u Orden franciscana. Lo hace desde la basílica de la Agonía, en Getsemaní, ubicada en el bíblico Monte de los Olivos.

Oriundo de Mar del Plata, donde nació el 13 de noviembre de 1948 y fue ordenado sacerdote el 28 de diciembre de 1978, es licenciado en Psicología por la Universidad Nacional de Mar del Plata y licenciado en Sagrada Teología por la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino de Roma.

El 16 de diciembre del año pasado, durante la ceremonia de beatificación del cardenal Eduardo Pironio frente a la basílica de Luján, Malfa –que había sido secretario del entonces obispo de Mar del Plata– leyó, entre lágrimas, la carta apostólica en español declarando beato al purpurado.

Al día siguiente, concelebró una misa de acción de gracias por la beatificación de Pironio, durante la que aseguró: “Pironio es todo de Dios”.

El papa Francisco le aceptó la renuncia por edad el 9 de enero.