“Un 25 nunca es poco (guiño)”, enfatizó Miguel de Luna Campos, “Maikel”, compositor y guitarrista de Kapanga, la banda que está atravesando 28 años ininterrumpidos sobre los escenarios y 25 del disco que “nos cambió la vida”: “A 15 centímetros de la realidad“.

Antes de emprender la gran gira de celebración de este especial aniversario, el artista mantuvo una charla con LA CAPITAL en la que valoró que “Mantener la inocencia, los sueños y las ganas es el gran desafío en la adultez” y reconoció que en la actualidad hay más tolerancia entre los distintos géneros musicales, aunque advirtió que prevalece alguna “envidia”, hacia las nuevas formas de hacer música.

El festejo de Kapanga en Mar del Plata será el 16 de julio en GAP, al inicio de las vacaciones de invierno.

Kapanga, banda que se completa con el cantante Martín “Mono” Fabio, Javier “Memo” Manera y Claudio “Mafia” Maffía, tiene en su disco “A 15 centímetros de la realidad” un grupo de canciones que se tornaron himnos para una generación, como “El mono relojero” -en el que cantaban “andate a dormir vos” cuando el gobierno de la provincia de Buenos Aires de entonces estaba implementando una ley que obligaba a los boliches y bares a cerrar a las 3 de la mañana- “Me mata”, “Ramón” o “Agujita de oro”.

Con su mezcla de rock, cuarteto y ska (aunque siempre reniegan de las clasificaciones y etiquetas), comenzaron haciendo temas de Juan Carlos “La Mona” Jiménez, continuaron con Un asado en Abbey Road, Operación rebenque, Bitánika, ¡Esta!, Crece, Todoterreno, Todo es poco, Lima, ¿Mamá dónde estoy? y Motormúsica.

Ahora, están preparando un nuevo material. “Por supuesto, tenemos muchas ganas de editar nuevas canciones. Ya hay muchas. Pero primero lo primero, estamos de celebración” dijo Maikel.

– 28 años como banda, 25 años de “A 15 centímetros de la realidad” ¿Qué significa este disco para ustedes?

– Nos cambió la vida, sin saberlo en ese momento. De manera inconsciente. Entendíamos que nos estaba pasando algo súper lindo (editar tu primer material) pero no imaginábamos hasta donde podíamos llegar. Proyectábamos, pero más que nada, vivíamos el día a día. “A 15cm…” es un antes y un después en nuestras vidas.

– ¿Cuánto de esos chicos que querían divertirse y divertir a los demás queda en ustedes y qué cosas han cambiado, en qué se perciben distintos?

– Queda mucho; el mantener la inocencia, los sueños y las ganas es el gran desafío en la adultez. No solo en el arte, sino en la experiencia del vivir en general.

Obvio que las cosas se fueron “transformando” más que cambiando. El profesionalismo, la interpretación, el generar nuevos proyectos o desafíos es constante. El aceptar todo eso como cotidiano, es en lo que nos percibimos diferentes, a diferencia que en los comienzos.

– ¿Cómo analizan hoy la necesidad de divertirse, de disfrutar el hoy, el ahora del público con respecto a otras épocas?

– El disfrutar y divertirse es fundamental. En general, los seres humanos, ponemos más ganas cuando algo nos genera placer. Las música (y el arte) no es la excepción.

El público es atemporal (lo digo como público) si elegís un artista o su obra, no es solo porque te gusta su música, su estética, etc… creo que lo elegís porque en un punto te sentís identificado.

La diferencia entre “antes y ahora” es la tolerancia a que convivan los diferentes géneros (antes estaba todo un poco más polarizado) aunque, para ser sincero… hay un ninguneo (creo que disfrazado de envidia) hacia nuevas formas de hacer música o nuevas propuestas. Ese “ninguneo” o descalificación, definitivamente no me gusta.

¿Te gusta la vainilla? ¡Comé vainilla! Pero no me descalifiques el chocolate. (Al final, la música es como el helado, una cuestión de gustos).

– Siempre han dicho que las giras, tocar en vivo, es lo que más les gusta. ¿Cómo se preparan para esta?

– Como todas las giras que encaramos. Ensayando, preparando las visuales, luces, escenografía, etc. Siempre viendo el show como un “espectáculo” y no solamente como un playlist.