CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Opinión 22 de octubre de 2025

Mar del Plata es Argentina

Por Diego Garciarena

Mar del Plata es una ciudad con una potencia única dentro del mapa bonaerense. Es orgullo e identidad de la Argentina. Es la capital nacional del turismo, una usina de conocimiento, una comunidad que combina industria, pesca, educación, innovación y una inmensa capacidad de resiliencia. Cada temporada, cada crisis y cada recuperación prueban su vigor y su compromiso con el trabajo.

Sin embargo, esa energía que Mar del Plata le aporta a la Provincia y al país no encuentra un correlato justo en la atención que recibe de quienes gobiernan. Existe una paradoja dolorosa: los recursos, el talento y la producción que surgen de esta ciudad no se corresponden con lo que vuelve en materia de inversión, infraestructura o políticas públicas. Peor aún, se percibe una tendencia consolidada de desatención y de indiferencia por parte del gobierno bonaerense.

La situación crítica de IOMA, que hoy deja sin cobertura a miles de trabajadores del Estado; la falta de voluntad política para devolver Punta Mogotes a los marplatenses y la ausencia de obras estructurales —como se evidencia en el deterioro del acceso Champagnat— son solo algunos ejemplos de un abandono que ya no puede explicarse por omisiones circunstanciales. Es un abandono premeditado, una decisión de mirar hacia otro lado.

A este cuadro se suma la inacción del Estado nacional frente a la crisis del sector pesquero, uno de los más dinámicos y con mayor capacidad exportadora del país, y la falta de coordinación entre Provincia y Nación en materia de seguridad, que deja a los vecinos a merced de una escalada de delitos cada vez más preocupante.

Mar del Plata necesita otra actitud. No pide privilegios, pide justicia. Hace falta vocación de diálogo, compromiso de trabajo y una visión superadora de la grieta que ponga a las personas en el centro de las decisiones.

Porque cuando a Mar del Plata le va bien, le va bien a la Argentina. Porque esta ciudad no solo representa su belleza y su historia, sino también su fuerza productiva, su espíritu de superación y su fe en el futuro.

Mar del Plata no puede seguir creciendo con un gobierno provincial distante y un gobierno nacional ausente. Necesita aliados, no administradores indiferentes. Necesita políticas que acompañen su desarrollo, no que lo frenen.

Mar del Plata es Argentina. Y merece ser tratada como tal.