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Opinión 7 de febrero de 2024

Mar del Plata, nuestra identidad

Por Jorge Laborda Molteni

Ya próxima a celebrar su 150 aniversario, Mar del Plata es sinónimo de mar y no podríamos pensarla sin sus ramblas, residencias, hoteles, clubes, modernismo y el inmenso océano que la bordea, protagonista omnipresente de nuestra vida cotidiana.

Pensar Mar del Plata repasando sus orígenes, es recordar a sus líderes visionarios, Patricio Peralta Ramos, Teodoro Bronzini, José Camusso, José Francisco Chauvin, Alejandro Bustillo Madero, Alula Baldassarini entre tantos otros vecinos referentes que, con sus creativas vidas de servicio, engrandecieron la ciudad, dorados años, memoria viva e identidad.

Pensar Mar del Plata es saber que afronta diferentes realidades dentro de su vertiginoso resurgimiento como ciudad moderna. La mayor expectativa de vida, el envejecimiento, la longevidad extrema, la creciente vulnerabilidad de su población, la soledad, la inestabilidad laboral, las desigualdades sociales y la degradación ambiental sumada la reciente pandemia que mucho nos golpeó y nuestro crítico contexto actual con tanta incertidumbre.

Aspectos todos que impactarán en su futuro y necesitan de soluciones con gestiones modernas y eficientes, un urbanismo con concepción eco-sistémica que incorpore conceptos de salud ambiental y desarrollo sostenible favoreciendo entornos sanos.

Mar del Plata es un laboratorio social por excelencia. Una reflexión del reconocido arquitecto alemán Ludwig Mies Van Der Rohe ayuda a interpretar mejor estos conceptos : “La ciudad de nuestro tiempo aún no existe, pero la transformación del modo de vida exige su realización”.

Nos ha costado siglos darnos cuenta que nuestro bienestar biológico, social y mental, la salud y la enfermedad no son meros accidentes en nuestra vida, corresponden a situaciones ecológicas, económicas y sociales que hacen parte del día a día, de los lugares que habitamos que nosotros mismos creamos. David Sinclair, investigador de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) expresa que más del 80 % de nuestra futura salud depende de cómo vivamos y no solo de nuestro ADN. Por tal motivo, no podemos darnos el lujo de estar distraídos frente a lo que se viene y en Mar del Plata, nuestro lugar en el mundo, urbanismo y salud son materias compatibles y complementarias, un urbanismo científico pensando en el mundo que vendrá y su complejísima encrucijada.

Parafraseando a inolvidable Mario Benedetti, podríamos decir que en materia de planeamiento urbano, cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, nos cambiaron todas las preguntas.

Aunque todos estemos ávidos de soluciones rápidas y certezas tranquilizadoras, persiste la incógnita: ¿qué paradigma de humanidad prevalecerá? ¿replantearemos nuestras prioridades de vida también propiciando una ciudad amigable que tienda al bienestar o volveremos a entregarnos a los estupefacientes de la indiferencia, al egoísmo, a la insensibilidad y/o a las falaces dulzuras de la estulticia humana ? interrogantes también pensando Mar del Plata, nuestra identidad y lugar en el mundo, no el mejor sino el propio, donde ancla nuestro presente y donde soñamos nuestro futuro posible.


El autor es médico consultor en Gastroenterología.  



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