La Ciudad

Mar del Plata retrocede a fase 3 y se suspenden varias actividades

A raíz del creciente número de contagios de coronavirus en la ciudad, donde hay transmisión comunitaria, las autoridades municipales decidieron que Mar del Plata retroceda a fase 3. Desde este sábado y por diez días se suspenderán numerosas actividades habilitadas en las últimas semanas.

Mar del Plata, a fase 3. A partir del notable crecimiento de casos de coronavirus a lo largo de los últimos días, y teniendo en cuenta que habiendo transmisión comunitaria en la ciudad se aguardan entre dos y tres semanas de altos registros de contagiados, el intendente Guillermo Montenegro decidió que Mar del Plata retroceda a fase 3. Según pudo saber LA CAPITAL a través de altas fuentes municipales, será desde este sábado y por diez días. 

El intendente Guillermo Montenegro y su secretaria de Salud, Viviana Bernabei, mantuvieron numerosas contactos en las últimas horas tanto con el jefe de Gabinete de la provincia, Carlos Bianco, como con el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, coincidiéndose en que es momento de “parar y ordenarse” ante lo que puede llegar a suceder en los próximos días, teniendo en cuenta que si bien hay camas y respiradores disponibles en las salas de terapia intensiva, se constata una importante disminución de médicos y trabajadores de la salud afectados por contagios y aislamientos.

Con el pase a Fase 3 quedan interrumpidas numerosas actividades en la ciudad que se fueron reabriendo a partir del trabajo consensuado entre concejales, funcionarios y personal de salud en una comisión especial conformada en el Concejo Deliberante. Desde allí surgieron pedidos para reiniciar 54 actividades en el marco de la pandemia, las cuales fueron autorizadas por el Departamento Ejecutivo.

Sin embargo, ahora deberán suspenderse la mayoría de ellas, siendo las más importantes las obras privadas, rubros comerciales y el sector gastronómico, donde solo se permitirá implementar el delivery y el sistema take away.

En el nuevo esquema, también deberán permanecer cerrados gimnasios y shoppings, no se permitirán las salidas recreativas ni la práctica de deportes individuales al aire libre.

Tampoco las actividades religiosas, el trabajo de personal auxiliar en casas particulares, la venta al por menor de productos textiles, ferias itinerantes de alimentos, servicios de lavadero de autos, servicios de gestoría, ensayos de obras musicales o teatrales y asistencia a espacios culturales.

No obstante, para locales de prendas de vestir, calzados y juguetes en comercios de cercanía, los comercios van a poder abrir pero no se permitirá gente en el interior.

Taxativamente, la Provincia había establecido que en fase 3 se incluirían los municipios donde la ocurrencia de casos autóctonos en donde se verifique que la cadena de transmisión se corresponde con un escenario de transmisión comunitaria.

“Siempre sostuvo el intendente que no le temblaría el pulso a la hora de dar marcha atrás cuando la situación así lo requiriese. Llegó ese momento de parar la pelota”, graficó uno de los colaboradores más estrechos del jefe comunal. Y fue categórico al remarcar que “no podemos salir a buscar médicos y personal para terapia de los hospitales mientras las cervecerías y los gimnasios siguen abiertos. Sería una total incongruencia”, expresó.

“Primero está la salud de la ciudadanía. Cuando la tasa de contagios es tan alta se debe priorizar la atención en desmedro de las actividades económicas que, cabe recordarlo, fueron fuertemente impulsadas desde el municipio a lo largo de los últimos meses”, sostuvo otro funcionario municipal.

¿Garantiza el cierre de actividades el ponerle un freno a los contagios? Las opiniones están divididas. “Mientras la gente no tome conciencia de que reuniéndose, comiendo asados o celebrando cumpleaños, esto no va a parar. Con reuniones sociales y familiares no lograremos demasiados resultados. Los contagios estrechos se incrementaron notablemente”, sostienen desde los sectores sanitarios.

Lo cierto es que la gente se relajó. “Muchos se hartaron de la cuarentena interminable y sucedió lo mismo que en todo el mundo: bajás la guardia y el Covid-19 te gana”, señalan desde diferentes sectores de la política.

Si bien apenas el 10 por ciento de los casos positivos se encuentran en estos momentos con atención clínica y hospitalaria, preocupa en Mar del Plata la falta de médicos y personal sanitario, especialmente en el sector público.

Afectados por los contagios y en otros casos en aislamiento, se han diezmado los planteles, razón por la cual no se descarta la necesidad de traer profesionales de otros distritos.

Desde que se inició la pandemia fueron más de 320 los trabajadores relacionados con la salud que se contagiaron. Esto ha generado que en muchos casos, habiendo camas disponibles, no se cuenta con el recurso humano como para habilitarlas, tal cual sucede en el Hospital Houssay o en el Hospital Español –por citar solo dos casos donde la atención se centra en pacientes del PAMI–.

En los diálogos entre las autoridades municipales y provinciales se abordó este tema, al igual que se analizó la capacidad de atención para las próximas semanas. Así se estableció en una “foto” del miércoles, que había 19 pacientes Covid ocupando camas de terapia. De ellos, 10 necesitaron el uso de respiradores. En tanto, las camas de terapia intensiva de Mar del Plata ocupadas con otras patologías llegaban a 61. “Hay 80 camas de terapia ocupadas en total, sobre aproximadamente 140. Todavía hay capacidad pero lo que preocupa especialmente es lo del personal para poder tener todas esas disponibilidades aptas para ser utilizadas”.

Asimismo, desde la comuna se hizo hincapié en solicitarle a las clínicas y sanatorios que al menos por dos semanas posterguen aquellas intervenciones que se puedan, a la vez que se los “invitó” a derivar pacientes internados con casos leves o a la espera del resultado de los testeos, a los hoteles especialmente acondicionados que tiene la comuna para esta pandemia, y donde ya se encuentran alojados 55 personas, entre confirmados y sospechosos de Covid-19.

“Desocupar camas, descomprimir la atención en los centros de salud en la medida que se pueda hoy se convierte en una necesidad”, remarcan desde la Secretaría de Salud.

En definitiva, la necesidad de “cortar” la tasa de contagios (en realidad el resultado se verá en al menos dos semanas) lleva a este retroceso de fase.

Los números son más que contundentes. Entre el sábado y el miércoles, Mar del Plata registró 787 contagios en apenas cinco días, arrojando un promedio de 157 casos diarios. En el mismo lapso de tiempo, pero la semana anterior, Mar del Plata sumó 331 nuevos casos, 66 por día. En lo que va de agosto –hasta el miércoles inclusive- la ciudad acumulaba 1942 casos. Prácticamente el 50 por ciento del total de contagios registrados desde que se inició la pandemia en marzo, que llegan a 2763.

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