El movimiento global impulsado por el emprendedor radicado en Suiza Fikret Zendeli llevó adelante en la ciudad una jornada pensada para jóvenes, enfocada en prevención de adicciones. "El mensaje es: vos importás, y tu tiempo importa. No necesitás esperar el momento perfecto ni el sistema perfecto para hacer algo significativo", dijo el creador a LA CAPITAL.
A veces, una pequeña acción, un rato compartido, una charla, un encuentro con el otro, puede generar “algo”. Una conexión. Un punto de partida. El viernes pasado, durante la tarde, mientras para muchos terminaba la semana, tuvo lugar una nueva edición de Social Friday, una iniciativa internacional que se realiza en simultáneo en distintos países del mundo y que, por primera vez, tuvo como protagonista a Mar del Plata.
Con una jornada gratuita pensada para jóvenes, enfocada en habilidades blandas, prevención de adicciones y construcción de comunidad, desarrollada en un espacio ubicado en Sarmiento 4301, la ciudad se sumó a este movimiento que, en síntesis, propone algo distinto: frenar un poco, encontrarse con otros y usar ese tiempo “improductivo” para generar impacto real.
“El mensaje es: vos importás, y tu tiempo importa. No necesitás esperar el momento perfecto ni el sistema perfecto para hacer algo significativo”, resumió en diálogo con LA CAPITAL Fikret Zendeli, creador del movimiento y uno de los principales referentes de la jornada, quien desde 2017 se enfocó en una pregunta: “¿Cómo usamos nuestro tiempo y qué efecto tiene eso en nuestro bienestar mental?”.
Fikret es un emprendedor radicado en Suiza, vinculado a la ingeniería civil, la innovación social y la psicología. En un momento de su vida, encontró en los viernes una oportunidad.
“En todos los países, los viernes son consistentemente el día menos productivo. La gente está presente físicamente, pero mentalmente ya desconectó. No vi eso como algo para arreglar, sino como una oportunidad”, indicó en el marco de su reciente visita a Mar del Plata, hasta donde viajó especialmente para la jornada.
De aquella idea inicial surgió Social Friday, que propone transformar ese tiempo disperso en momentos de conexión real. “No hablamos de caridad, sino de una experiencia humana compartida, de juntarnos, de combatir la desconexión que sienten muchas personas hoy”, señaló el emprendedor.
La idea tuvo éxito y se expandió. Lo que empezó como una iniciativa pequeña fue creciendo de manera orgánica hasta convertirse en un fenómeno global. Hoy, Social Friday se realiza al mismo tiempo en alrededor de 15 países, desde Suiza y Estados Unidos hasta Uganda, Hong Kong o Kosovo. Y este viernes, llegó a Mar del Plata.
El emprendedor suizo Fikret Zendeli y el marplatense Agustín Mumare encabezaron la jornada en la ciudad junto a varios voluntarios.
“Saber que miles de personas están activando el mismo cambio al mismo tiempo genera una energía única”, destacó Zendeli. Y agregó: “La gente suele decir que después se siente más presente, más conectada y menos agotada. Ese compromiso social fortalece el bienestar mental y deja un sentido de propósito que se arrastra durante toda la semana”.
La llegada a Mar del Plata de este movimiento no fue casual. La conexión se dio a partir de Agustín Mumare, un joven ingeniero industrial marplatense que trabaja en energías renovables en Alemania y es fundador de Evenimpact (@evenimpact), la startup que trajo Social Friday a la Argentina.
“Nos conocimos en el evento ChangeNOW, en París, y cuando me mostró lo que estaban haciendo desde Mar del Plata entendí que la ciudad tenía el ecosistema perfecto para validar el modelo”, explicó Zendeli. “Era importante que Social Friday no fuera algo ‘traído de afuera’, sino que creciera a través del talento local”.
El evento realizado el viernes pasado tuvo un formato más disruptivo. “No queríamos una conferencia donde alguien habla y el resto escucha”, explicó Agustín Mumare a LA CAPITAL.
“Diseñamos una jornada para darle a los chicos herramientas clave para su futuro. Reunimos a jóvenes de distintos barrios para trabajar habilidades blandas y prevención de adicciones, como una experiencia donde el aprendizaje y la acción se mezclan”.
Consultado por el mensaje que se les da a los jóvenes, Zendeli indicó que “es simple: vos importás, y tu tiempo importa. No necesitás esperar el momento perfecto ni el sistema perfecto para hacer algo significativo”.
En esa línea, agregó: “Las pequeñas acciones, especialmente cuando se comparten con otros, tienen un impacto real. Se trata de mantenerse conectado con la gente y con uno mismo, en lugar de dejarse llevar por la indiferencia”.
El contexto actual está marcado por hiperconectividad digital y la falta de vínculos reales. “Vivimos en un mundo rápido que empuja las interacciones hacia las pantallas”, reflexionó Zendeli.
“Eso debilita la conexión real. Las redes de comunidad crean estabilidad en tiempos de incertidumbre. Cuando las personas se conocen y se apoyan cara a cara, las sociedades se fortalecen de adentro hacia afuera”, agregó.
Mirando hacia adelante, el objetivo es que Social Friday deje de ser “algo excepcional” y se convierta en un hábito. “La tecnología suele ser culpada por nuestra desconexión, pero creemos que también puede ser parte de la solución si se diseña con propósito”, sostuvo Zendeli.
Luego, agregó: “La visión es que Social Friday sea fácil de replicar, visible y repetible, hasta volverse parte de la cultura”.
En ese sentido, Mumare adelantó que desde Evenimpact están desarrollando Spark, una herramienta tecnológica para conectar empresas privadas con organizaciones sociales y gestionar el impacto de manera integral.
“Queremos que las empresas dejen de ver la responsabilidad social como un gasto filantrópico y empiecen a gestionarla como una inversión estratégica”, explicó. El proyecto, que hoy está siendo acelerado por el MIT a través del programa IDEAS, busca posicionar a la ciudad como un nodo de innovación social con proyección global.
“Social Friday se trata de usar el tiempo menos productivo de la semana para juntar a las personas y apoyarse mutuamente”, resumió Zendeli.
En Mar del Plata, ese mensaje dejó abierta la puerta para que el viernes vuelva a ser algo más que un día poco productivo de la semana.