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Arte y Espectáculos 1 de junio de 2016

Martín de Lassaletta cuenta cómo nació “Colección abstracta de objetos”

Su nuevo trabajo lanzado por el sello ICM (Improvisación Colectiva en Mar del Plata), está regido por la improvisación, la experimentación y la captura de los sonidos de la naturaleza

Un exquisito trabajo sobre el sonido se expande en cada tema del nuevo disco de ICM, que estuvo pensado por el conjunto de Lassaletta. “Esta música es una especie de racconto de cosas que fui recolectando en estos últimos años”, asegura el contrabajista Martín de Lassaletta.
“Para mucha gente es discutible si este disco es de jazz o no, de hecho para mí a veces lo es”. Lo que seguro sabe Martín de Lassaletta es que “Colección abstracta de objetos”, su flamante material de estudio lanzado por el sello ICM (Improvisación Colectiva en Mar del Plata), encierra su concepto de libertad. O se acerca bastante a la definición que piensa de ella.
“Estoy aferrado a la tradición de la música con respecto a las notas, escribo en partituras, toco el contrabajo que es de herencia académica, estoy dentro de lo convencional, pero después a la hora de hacer música te pasa esto de que te metés con la pata que tiene que ver con la libertad y se te abre mucho el camino”, expresa el músico a LA CAPITAL.
Y sigue: “Para mi la libertad es un valor absoluto, aunque también la estoy definiendo, no tengo resuelto el tema… qué pasa con la libertad una vez adquirida, siento que no somos libres absolutamente sino que estamos supeditados a algo que nos domina. En el disco hay algo en relación a la libertad, como una crisis con respecto a ella, ¿soy libre? ¿hasta dónde? ¿qué significa realmente ser libre?”.
Realizado junto a Julián Maliandi y Leo Gerstner, dos bastiones fundamentales al momento de grabar, esta “Colección…” está regida por la improvisación, la experimentación y la captura de los sonidos de la naturaleza. Sin palabra alguna, es un disco instrumental que casi casi viene pergeñando desde que vivía en el campo, en Santa Cruz, en el medio de la nada y el viento y el tiempo y el espacio parecían flotar en una dimensión diferente a la del resto de los mortales.
“De chico tenía una fantasía… cuando pensaba en hacer un disco pensaba en hacerlo superponiendo atmósferas o ambientes sonoros de la naturaleza o no necesariamente, pero hacer música sobre esos ambientes sonoros”, indica Martin.
La teoría de los conjuntos

Gran parte de estas composiciones nacieron de la experiencia de Marder, un colectivo de artistas oriundos de Mar del Plata que estudió en Buenos Aires y que se juntaban a hacer música. “Eramos de muchos palos y nos juntábamos a improvisar y siempre aparecían cuestiones muy experimentales con el sonido, superponiendo grabaciones, también está la herencia de participar de eso”, desliza.
Con espíritu de coleccionista, guardó esas músicas que aparecieron en los últimos años y compiló el disco. “No hay un eje conceptual, más allá de que es una especie de colección de recuerdos o de situaciones o momentos vividos que se plasman en músicas queriendo o sin quererlo”.