El País

Martínez Carignano: “La ley de Alcohol Cero permitirá bajar las hospitalizaciones”

El director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial recalcó la importancia de la educación y el rol de los jóvenes en la construcción de conciencia vial y que espera que la ley sea sancionada en las sesiones extraordinarias.

Por Florencia Vaveluk

El director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), Pablo Martínez Carignano, sostuvo que la “aprobación abrumadora” que tendrá el proyecto de ley de Alcohol Cero a nivel nacional permitirá “bajar las hospitalizaciones” sin afectar el consumo de bebidas, y advirtió que “no hay que naturalizar las muertes y hablar sobre educación vial”, sobre todo entre los más jóvenes, a quienes caracterizó como los más “permeables” a los hábitos saludables.

El funcionario dialogó con Télam sobre la importancia de la educación y el rol de los jóvenes en la construcción de conciencia vial, el tratamiento de la Ley de Alcohol Cero en la Cámara Alta que, de ser sancionada en las sesiones extraordinarias, quedará establecido a nivel nacional que la tolerancia de alcohol en sangre para la conducción de vehículos motorizados será cero.

– ¿Cómo prevé el tratamiento en el Senado para la aprobación a nivel nacional de este proyecto que ya fue implementado en algunas provincias?

– Creo que en el Senado se va a repetir la mayoría abrumadora que tuvo en la Cámara de Diputados, donde el resultado de la votación fue de 195 (votos positivos) a 19 (votos negativos). Este proyecto de Alcohol Cero no reconoce grietas ni partidos políticos determinados, hay un consenso amplio de que hay que acompañarlo. Por supuesto, con excepciones de algunos representantes de las provincias productoras de vino que se hacen eco de la queja de bodegueros que realizan planteos que no están acompañados por la evidencia.

– ¿Qué señalan con esos planteos?

– Ellos (por los bodegueros) sostienen que Argentina es un país productor de vino y que esta ley afectaría el consumo de esa bebida, cuando no solamente en las provincias que tienen ley de Alcohol Cero desde hace tiempo, sino en los países de la región como es el caso de Uruguay -que tienen patrones de consumo similares- bajaron mucho los accidentes por consumo de alcohol y no bajó el consumo de la bebida.

– Un argumento en contra que suele utilizarse es que esta ley afectaría a la industria de bebidas alcohólicas.

– Las evidencias marcan que no. De hecho, en Brasil hay un estudio publicado en la revista Nature, con filtros rigurosos, en el que se hizo una proyección de todas las hospitalizaciones que se evitaron en ese país por ley de Alcohol Cero, y al mismo tiempo se mostraban los índices de consumo. Bajaron las hospitalizaciones pero no bajó el consumo, acá -en Argentina- va a suceder lo mismo.

– En este sentido, ¿considera que, además, hay una gran aceptación por parte de la gente?

– La gente entiende que una copa de vino en la mesa, entre amigos o en una fiesta, aporta placer. Pero eso, llevado a manejar, lo que aporta es dolor. Por eso hay que disociar totalmente el alcohol de la conducción. Esto significa que hoy en día estás en un bar y no vas a ver a nadie prender un cigarrillo, aunque tenga ganas, porque ya está aceptado socialmente que no se hace dentro de un bar. Hace 10 años, cuando se prohibió fumar en los bares, había también reacciones de los gastronómicos diciendo que con eso se venía el mundo abajo.

– ¿Cómo le explica a una persona que considera que una copa de vino no altera los reflejos que es necesario que baje a cero la tolerancia del consumo si debe manejar?

– También con evidencia. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta los toxicólogos locales, se han hecho infinidad de estudios en los que se testean todas las personas que ingresan con traumatismos causados por accidentes de tránsito a los hospitales y se mide su nivel de alcohol en sangre. En la mayoría de los casos son graduaciones de 0,3 o de 0,2 (gramos por litro de sangre). El alcohol empieza a afectar desde la ingesta inicial, el 0,5 es una medida de convención y nunca afecta de la misma manera a dos personas distintas. Y las estadísticas muestran que el alcohol está presente en uno de cuatro siniestros viales fatales.

– ¿Qué repercusión tiene la ley entre sus pares provinciales?

– Únicamente se ha expresado públicamente en contra de esto el representante de Santa Fe. En cuanto a los demás representantes, ni siquiera Mendoza o San Juan se han pronunciado en contra.

– ¿Qué rol cumplen los jóvenes frente a esta iniciativa?

– Los jóvenes son mucho más permeables para todo lo que es seguridad vial, adopción de nuevos hábitos, convivencia más responsable en la vía pública y demás. Yo creo que el núcleo más conservador es de los de 30 a los 60, de los más jóvenes estoy recontra esperanzado de que rápidamente dirán: no, no tomo.

-¿Cómo se aborda el tema de la educación vial teniendo en cuenta que los chicos y los jóvenes son más permeables al cambio de hábitos?

– Todas las provincias, y ya hay 21, menos Mendoza y CABA, todas han suscripto al Plan Federal de Educación por el que se está planificando una plataforma web donde habrá contenidos prácticos para que los docentes puedan impartir educación vial de manera transversal en materias como física, matemáticas y música.

– ¿Qué otros aspectos contribuyen a construir conciencia sobre la seguridad vial?

– La educación es muy importante junto con la educación no formal. La campaña, los mensajes, queremos que se hable del tema. La seguridad vial en Argentina es un caso de salud pública, y sin embargo, pasa como inadvertida o naturalizada.

– ¿Cuál es la situación actual de los siniestros viales en Argentina?

– Hoy en día, el 60% de los muertos son motociclistas, la enorme mayoría se concentra en zonas urbanas, en las ciudades y pueblos. Eso ya te está dando una pauta de que es un tema de intendentes. Por eso, una de las grandes deudas que tenemos es que, a nivel local, se involucren los intendentes.

– ¿Por qué remarca esta responsabilidad en determinadas intendencias?

– Vos te vas a ciudades como Posadas (Misiones) o Formosa capital y te vas a encontrar con el uso de casco casi como la Ciudad de Buenos Aires. Pero te vas a San Miguel de Tucumán y no lo usa nadie, por poner tres ejemplos cercanos. Es cuestión de tomar la decisión, por supuesto no salir de cacería, pero reconocer que hay un tema cultural, que la moto es el vehículo familiar y la herramienta de trabajo. ¿Por qué en Formosa sí usan el casco, si son los mismos ciudadanos? Es una cuestión de cuidar la vida y cuidar, también, las finanzas del estado municipal.

Télam.

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