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La Ciudad 25 de marzo de 2019

Más de 2 mil venezolanos se refugian en la ciudad

Superan las radicaciones de inmigrantes bolivianos y paraguayos, quienes históricamente lideraban el ranking.

Más de 20 mil venezolanos cruzan diariamente a Cúcuta en una oleada migratoria sin precedentes.

Según información del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda el número aumentó considerablemente en 2018. Esta fecha coincide con la profundización de las problemáticas que viven los ciudadanos en Venezuela. Se trata de la nacionalidad con mayor número de radicaciones en Argentina, superando incluso a Bolivia y Paraguay, quienes históricamente lideraban el ranking.

En este contexto, más de 2 mil venezolanos eligieron Mar del Plata para escapar del futuro incierto que su país les deparaba.

Según números del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda actualmente residen cerca de 130 mil venezolanos en el territorio argentino. Se trata del principal flujo migratorio en el país.

De las distintas nacionalidades que se radican en Argentina, son los que lideran el ranking. En 2016 se encontraban en el quinto puesto, en 2017 pasaron a ser terceros y en 2018, primeros, con una notable diferencia.

En Mar del Plata

Migraciones detalló que este crecimiento exponencial también puede observarse en las cifras de venezolanos que residen en Mar del Plata. En 2016 el número era de sólo 82; en 2017, creció a 160 y en 2018, momento en que el conflicto estalló, el total fue de 1.473. Sólo en enero de 2019, 295 venezolanos se radicaron en la ciudad, una cifra alta coincidente también con la profundización de las numerosas problemáticas.

El ente informó que el perfil medio de los migrantes es gente joven que, en su mayoría, se suma a la Población Económica Activa (PEA).

“En general son profesionales, tienen estudios universitarios y se integran al mercado laboral formal”, comentó Hugo Mouján, jefe de prensa de Migraciones, a LA CAPITAL y aseguró que desde el organismo “se trata de conseguir la integración laboral para así lograr una correcta integración social, sin afectar las posibilidades laborales de los argentinos”.

El conflicto supuso para Venezuela la conjetura de distintos problemas económicos como la crisis financiera, la escasez de productos básicos y medicinas, el aumento del desempleo por el cierre de empresas privadas y la migración masiva hacia otros países de la región. Asimismo, la hiperinflación, la corrupción política, el deterioro de la productividad y competitividad, la caída de los precios del petróleo, son otros de los problemas que también contribuyeron al agravamiento de la situación.

Por todo esto, que lleva a que los venezolanos tengan condiciones de vida preocupantes, es que se produce el éxodo en busca de comida y una vida mejor.

La xenofobia

Mientras los venezolanos atraviesan esta dura realidad, aquellos que cuentan con los recursos para dejar el país, también se enfrentan paralelamente con un fenómeno conocido en estos procesos migratorios: la xenofobia, es decir, el desprecio a los extranjeros.

Respecto a este complejo tópico el licenciado en Ciencias Políticas, Rafael Briano, comentó que en el caso argentino “el rechazo a los inmigrantes es más criticable aún siendo una sociedad, en gran medida, consecuencia de grandes corrientes inmigratorias de fines del siglo XIX y principios del XX”. Y agregó: “Muchos de los que hoy recelan de los recién llegados son nietos o bisnietos de aquellos inmigrantes que tuvieron que sufrir la xenofobia o el racismo de algunos argentinos que pensaban que esos ‘gringos’, ‘rusos’, ‘gallegos’ o simplemente ‘forasteros’ venían a pervertir aquello que concebían como ‘argentinidad'”.

El mismo Zygmunt Bauman en “Extraños llamando a la puerta” explicó que ese desprecio hacia “esos nómadas” -los inmigrantes-, no es más que el reflejo del reconocimiento a la “vulnerabilidad de nuestra posición y la fragilidad endémica de ese bienestar nuestro que tanto nos costó alcanzar”.

La historia de Emerson

En pleno verano, la historia de Emerson Starke resonó en todo el país. “En Venezuela era fiscal y ahora vende cupcakes”, podía leerse en distintos medios. Emerson es abogado y, efectivamente, trabajó como fiscal octavo del estado de Carabobo por 19 años. Escapó de su país natal junto a su esposa y sus dos hijos tras sentir que su labor se volvía peligrosa. ¿El destino? Mar del Plata. En la ciudad empleados de diferentes comercios lo esperan ansiosos. Ya se volvió un personaje popular gracias a su nueva fuente de trabajo: la repostería.