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Policiales 30 de mayo de 2018

Más de un asesino en el doble crimen del barrio Don Emilio

La autopsia reveló que se usaron dos armas diferentes para atacar en muy pocos segundos al hombre de 80 años. Eso sugiere la presencia de dos asesinos.

La ciencia forense aportó esta tarde un dato fundamental a la investigación del doble crimen del barrio Don Emilio ocurrido ayer por la tarde: no habría actuado un solo asesino. Todo indica que a Mirta Falco de Luongo (81) y a su esposo Oscar “Coco” Luongo (80) los mataron a puñaladas al menos dos personas.

El fiscal Juan Pablo Lódola recibió el informe de la división de Medicina Legal de la Policía Científica con el resultado de la autopsia a ambos cadáveres en los que se reveló ese detalle a partir de las características de las heridas que fueron avistadas. Tanto en la mujer como en el hombre, la muerte fue causada por una sola lesión en el cuello cometida por un arma blanca del tipo de un cuchillo de cocina.

Por otra parte, trascendió que para el fiscal Lódola no existen dudas que el doble crimen fue el resultado de un intento de robo, ya que el desorden en una de las habitaciones es una clara muestra de que los autores buscaban algún bien para sustraer. De hecho, desde el punto de vista jurídico el robo quedó consumado a partir de la desaparición de un revolver calibre 38.

El matrimonio fue asesinado en la tarde noche del lunes dentro de su casa de calle Scarpatti al 1700. Los cuerpos estaban en el pequeño living comedor de la vivienda y en un cuarto los muebles habían sido revisados. Cajones quitados de su lugar, ropa sobre la cama y objetos tirados en el piso evidenciaron la maniobra de búsqueda. Pese a esto, la policía que inspeccionó la escena del crimen encontró dinero oculto en la casa que, naturalmente, escapó de esa revisión apurada de los asesinos.

Pero también fue recuperado un revólver calibre 32 que estaba escondido, a diferencia de un arma similar pero calibre 38. Se sospecha que este revólver fue accionado durante el episodio violento y que luego fue sustraído.

En base a esos elementos, por estas horas se tiene una idea aproximada de lo que pudo haber pasado en la tarde noche del lunes. Debido a que no había ingresos forzados, se cree que uno de los miembros de la pareja fue sorprendido en la parte delantera o trasera de la casa  y obligado a retornar.

Ya dentro de la vivienda la mujer fue tomada fuertemente de uno de los brazos, con tanta violencia que en la autopsia se observó un gran hematoma por sujeción. Luego, y esto ya es parte de una especulación hipotética, Oscar Luongo habría intentado defenderse con el revolver calibre 38, lo que provocó un accidente balístico en el cielorraso. Peritajes pendientes de dermotest podrán asegurara que fue él quien efectuó ese disparo. El proyectil, por su natural recorrido de abajo hacia arriba, nunca fue encontrado.

Acaso ese intento de resistencia fue el que impulsó a los delincuentes a atacarlo, primero con un golpe de puño en el rostro –presentaba una gran contusión en un pómulo- y posteriormente con dos armas: un cuchillo le seccionó el cuello y le realizó cortes en la mano; otro, tipo destornillador por las heridas en forma de “paleta”. Estas lesiones son más punzantes que cortantes, compatibles  con el ataque que se comete a profundidad al usarse esas herramientas.

La mujer también sufrió una lesión vital en el cuello que devino en una gran e inmediata hemorragia, de acuerdo al informe preliminar del médico Adolfo Peñeñory.

“Es extraño lo que sucedió dentro de la casa porque cuando se buscan dinero suele haber un estadío pervio de intimidación y hasta tortura, incluso víctimas maniatadas. Acá la característica es otra, pero esto puede deberse a ese disparo de arma de fuego”, dijo una fuente consultada por LA CAPITAL.

Los cuerpos del matrimonio estaban junto a la mesa del living comedor. El de la mujer estaba más cerca de la cocina, como si hubiera intentado escapar para ese sector.

Respecto al móvil, todo se orienta hacia el robo. Aunque la casa había un cajón con dinero cercano a los 6.000 pesos no quedan dudas que la intención de los asesinos no fue otra que la de un asalto.

Se conoció el dato que el año pasado las víctimas habían vendido una propiedad en Necochea y que aún cobraban algunas cuotas. No obstante, los familiares directos no pudieron confirmar que tuvieran ese dinero en la vivienda de la calle Scrpatti.

Los peritos de rastros de Policía Científica analizarán algunas evidencias (hisopados sobre el cuerpo de las víctimas para obtener algún perfil genético) a los efectos de seguir con su aporte a la investigación.