La Ciudad

Más voces en contra que a favor en el inicio de las exposiciones particulares

Los cuestionamientos a la exploración y explotación petrolera superaron a los apoyos. Claros contrapuntos sobre los tiempos de la transición energética.

 

El primer tramo de las exposiciones particulares reflejó este jueves más voces en contra que a favor de la exploración y explotación petrolera offshore en la audiencia pública consultiva que se realiza en el Concejo Deliberante.

A diferencia de lo que había sucedido en las exposiciones que sentaban posturas institucionales, en esta nueva instancia los cuestionamientos al proyecto superaron a los apoyos.

“Quiero un mar libre de petroleras. No las quiero acá para exploración sísmica y mucho menos para explotación”, dijo Mabel Maldonado. “Todos coinciden en la necesidad del control. Lo dicen en una ciudad donde los ejemplos de la falta de control es nuestro tema cotidiano desde hace décadas, al punto que se ha naturalizado que no se puede confiar en las instituciones del Estado. Un ejemplo es el hundimiento del Repunte, donde nadie controló el permiso de salida, el estado del barco y los implementos de seguridad”, ejemplificó, al tiempo que también advirtió sobre la falta de control a las cooperativas del puerto y a las fumigaciones.

Agustina Iwan, licenciada en Ciencias Ambientales, puntualizó que la Agencia Internacional de la Energía, en su informe del 2021, “reconoció que se debe dejar de invertir en nuevos pozos y nuevos proyectos asociados a combustibles fósiles”. “Si una de las organizaciones más conservadores, que en el pasado ha desestimado las energías renovables, hoy alerta sobre la pérdida económica que implica invertir en pozos de gas y petróleo por su riesgo a convertirse en activos varados, ¿por qué Argentina avanzaría en este camino?”, se preguntó.

Señaló además que “la experiencia en otros proyectos de exploración es que solo se crea aproximadamente el 13% del total de los trabajaos que se prometen”. Y, en relación con el impacto de la actividad en la economía local, apuntó que la empresa Equinor “lo considera bajo”.

También puso la mira en los controles y acotó: “El Ministerio de Ambiente, que poco puede regular las leyes sancionadas, que no puede con los incendios que ocurren en tierra, ¿puede afirmar que existirá una gestión del riesgo eficiente 300 kilómetros costa adentro en un área que es 75 veces la Ciudad de Buenos Aires?”.

María Florencia Armándola, docente de la facultad de Derecho, dijo que el mundo discute hoy “la implementación urgente de energías renovables”, como la eólica, la solar, la mareomotriz y el biodiésel. “La energía fósil se encuentra de salida hace años”, postuló. Y afirmó que “impulsar este cambio de paradigma es una obligación del Estado en todos sus estamentos: nacional, provincial y municipal”.

En la misma dirección se pronunció María Marta Casado. “En un contexto de crisis climática global, Argentina sigue apostando a las energías fósiles, en contraposición a los acuerdos internacionales firmados”, criticó. Y agregó que

“las especies que habitan en el mar son esenciales para la supervivencia de los ecosistemas marinos y para mitigar el cambio climático”.

A favor

Entre los defensores del proyecto se destacó Pablo Macchioli, que sostuvo que la actividad petrolera puede convivir en Mar del Plata “sin mayores problemas” con la pesca y el turismo, como ocurre en “Qatar, Noruega, Reino Unido, Brunei e Indonesia, entre otros”. En ese marco, consideró a Brasil como “un caso paradigmático” de esa buena convivencia, debido a que sus plataformas están “bastante cerca de la costa”.

Sobre posibles accidentes, Macchioli explicó que los derrames “en su gran mayoría” se han producido en los barcos que transportan petróleo, no en las plataformas. “Aun así, esa tasa de accidentes marítimos en los últimos 40 años bajó más de 30 veces por mejoras tecnológicas y mayores controles”, argumentó.

También se preguntó si el país está en condiciones de hacer una transición energética rápida. Mencionó que el mayor uso de energías alternativas dispararía el consumo de diversos minerales, y confrontó con los ambientalistas:

“¿Van a pasar a apoyar a la minería para promover la transición o se pretende que importemos el 100% de los molinos y los paneles solares? En ese caso, ¿lo pagarían los consumidores o el Estado?”.

Recordó que las energías tradicionales tienen “una infinidad de usos, desde ropa, fibra sintética, telas, calzados, asfalto, detergentes y plásticos hasta medicinas, fertilizantes”. “Entonces, ¿cómo hacer una transición energética que deje de lado esos usos, algunos de los cuales no tienen reemplazo o los reemplazos son muchísimo más caros? ¿Quién se haría cargo de esos costos?”, añadió.

El ingeniero Carlos Filippini también se pronunció a favor de la exploración y explotación petrolera. “La demanda mundial de combustibles fósiles sin duda debe disminuir, pero aún dentro del marco del Acuerdo de París el mundo seguirá dependiendo de ellos durante muchos años más”, aclaró.

El ex concejal detalló que “el 84% de la energía que se consume a nivel mundial proviene de los combustibles fósiles, el 95% del transporte del mundo se mueve con derivados del petróleo y el 87% de la energía de nuestro país proviene del petróleo y del gas, mientras que Argentina genera el 60% de la electricidad con gas natural”.

Enseguida apuntó: “La transición energética es un camino necesario e inevitable que obliga a buscar formas más eficientes y menos contaminantes para abastecer una demanda creciente de energía, pero no será inmediata”.

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