La Ciudad

Un concurso sobre la trata que despierta vocaciones y genera conciencia en alumnos

Joel Freile y Angie Tevez resultaron ganadores del concurso sobre la trata en el 2016 en el que se presentaron 400 trabajos. Hoy son voceros del tema y hasta descubrieron una vocación.

Joel Freile y Angie Tevez son alumnos de escuelas secundarias de la ciudad y el año pasado se convirtieron en ganadores del concurso “Jóvenes contra la trata“. Sus temas musicales son hoy herramientas para abordar la temática, y ellos voceros para muchos pares que desconocen la problemática.

Para Angie y Joel el sueño de ganar un concurso se hizo realidad y se transformó en una motivación para seguir creando y aprendiendo. “Si no fuera porque vinieron a la escuela y vimos un documental sobre la trata, nunca hubiese sabido del tema ni me habría imaginado que iba a hacer un rap y estar hoy componiendo”, confiesa Joel, quien cursa el 5° en la escuela Secundaria Municipal 209 de México y Matheu.

A Angie, que está en el 5° año de la escuela Secundaria 9 de Batán, también le sucede algo parecido: “Me empecé a interiorizar del tema a partir de que la vicedirectora me contó del concurso y pensó que podía participar porque siempre hago cosas relacionadas con la música”.

El año pasado la Mesa Interinstitucional contra la Trata, lanzó la primera edición de este Concurso Intercolegial “Jóvenes contra la Trata”, que apuesta a la concientización, prevención y lucha de este delito, tanto con fines de explotación sexual como laboral, a través del arte. Las inscripciones están abiertas hasta el 8 de septiembre y las consultas e inscripciones se pueden realizar a intercolegialcontralatrata@gmail.com.

Las modalidades de presentación este segundo año abarcan cinco posibilidades: gráfico (afiches de difusión y prevención), literario (cuentos cortos y poesías), audiovisual (cortos de no más de tres minutos de extensión), musical (en diversidad de géneros), y artes plásticas (escultura, pintura, objetos).

Pueden anotarse estudiantes de 4to, 5to y 6to año de escuelas secundarias, públicas y privadas, del Plan Fines y centros comunitarios. La intención es prevenir el delito, y problematizar los mitos que se tejen socialmente alrededor de la explotación sexual y laboral. Los trabajos pueden ser individuales o grupales, de hasta cinco personas.

Creación

Angie, que ya tenía experiencia musical, eligió realizar para el concurso un tema melódico que “me llevó casi dos meses componer”, revela y asegura que estuvo viendo documentales, leyendo e interiorizándose mucho sobre la trata porque “traerlo a la realidad es mucho más fuerte”. La canción tiene letras sacadas de la boca de chicas que fueron víctimas como: “Se puede construir mucho a partir del terror, todavía no lo hice, pero sigo en la lucha”. Al respecto la joven explica: “Lo incluí en la letra porque quise hacer más hincapié en mostrarle a la gente eso, el delito y lo que sufren las chicas víctimas de trata y mostrar esa realidad de una forma artística. El mayor desafío fue contar algo tan fuerte en un formato lindo, agradable al oído”.

A Joel la motivación para el rap que luego compuso llegó el mismo día que miró el documental sobre la trata. “Cuando lo veíamos la profesora nos había propuesto que en una hoja fuéramos escribiendo las palabras que más nos movilizaban o llegaban. Así fue que comencé a escribir esclavitud, violación, policía, etc, etc….llené casi una hoja de palabras y a eso le sumé los documentales y videos que veía en casa. De ahí surgió el rap Libertad que apunta a la libertad de la mujeres”, relata Joel.

Objetivo cumplido

Los adolescentes sienten que cumplieron su objetivo, no sólo porque aprendieron, sino porque su trabajo se convirtió en referencia sobre el tema. Por eso esperan también que este año, se sumen muchos otros jóvenes.

“Yo creo que logré mi objetivo, tuvo mucha repercusión. Se lo envié a una cantante española por twitter con el link de la canción, jamás creí que lo fuera a escuchar sin embargo lo hizo y lo retwiteó y a raíz de eso las visitas subieron”, comenta Angie. A raíz de esto, la comenzaron a llamar de otras escuelas para que vaya a festivales de arte, y en su escuela muchos chicos se acercaron para preguntar cómo había hecho para componer algo tan fuerte.

Para Joel transformar esas palabras sueltas en un rap fue también descubrir su veta artística. “Yo no hacía nada relacionado con la música, fue mi primera canción. La grabé en la casa de mi tío y en una sola toma”, rememora. Ahora compone otros temas relacionados con la desaparición de personas y adicciones. “Tengo un canal de youtube, ahora pienso en cambiar la base del rap porque la actual no es mía y quiero obtener los derechos de autor porque es una letra que me costó mucho”, dice el joven.

Para los chicos, que son los primeros ganadores del concurso, es una responsabilidad ser portavoces de un tema tan delicado y fuerte, pero a su vez esto les genera satisfacciones. “Es un despertar en la juventud porque creo que nosotros somos los que podemos cambiar ya que somos los de abajo y si nos movemos, los de arriba caen”, asegura Joel.

Para Angie, es una responsabilidad hoy ser portavoces porque “en mi caso estoy en 5° año y cuando canté la canción en la escuela vinieron los chicos de 1° a preguntar cosas. Pero las experiencias que vamos adquiriendo y la cantidad de gente que vas conociendo, hacen que obviamente sea una responsabilidad que hay que hacer a conciencia porque es algo muy serio y no podés tomártelo a la ligera”.

En este marco, los dos estudiantes coincidieron en que “falta incentivar a los chicos” porque “tenemos mucho potencial y queremos hacer de todo”. Entonces aseguran que “está en los adultos incentivarnos porque el joven se guia por el adulto y si ellos no están, o no marcan el camino, se pierde una semilla.”

“Actividades como el programa jóvenes y memoria, los interciolegiales, el modelo de Naciones Unidas, son cosas que te hacen ver y estudiar de una forma distinta y el apoyo que necesitamos de los adultos es mucho”, asegura Angie. Entonces añade, “si no tenemos profesores que se interesen realmente por confiar en nosotros, directivos que apoyen a esos docentes, y si no hay gente que genere propuestas para nosotros, no podés buscar tu potencial e interiorizarte en estos temas”. Todo esto para que “busquemos nuestra vocación, y nuestro proyecto de vida y que podamos encarar la vida. De eso se tratan estas experiencias que te abren muchísimo la mente y te hacen madurar y poder contagiarlo a otro”, remata.

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