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Deportes 23 de noviembre de 2023

Comesaña: “Me gustaría estar dentro de los 50 primeros del mundo”

El gran desafío del tenista marplatense Francisco Comesaña para 2024. Su gran año, el cambio de entrenador, la familia y mucho más en esta extensa entrevista con LA CAPITAL.

Francisco Comesaña con su ciudad, Mar del Plata, como fondo. Descanso reparador antes de la nueva pretemporada.

Por Marcelo Solari

A los 23 años, el marplatense Francisco Comesaña atraviesa el mejor año de su carrera. Jugó más partidos que nunca, también ganó más partidos que nunca y sin dudas fue uno de los tenistas argentinos más destacados en el circuito de torneos Challengers. Quedó al borde de acceder directamente al Grand Slam de Australia y poder entrar a los cuadros de los torneos grandes y afianzarse en el circuito de la ATP son sus nuevos desafíos para 2024.

Durante unas minivacaciones en Mar del Plata junto a la familia y amigos antes de iniciar la pretemporada, se brindó a pleno para una extensa entrevista con LA CAPITAL:

-Obviamente éste ha sido el mejor año de tu carrera, más allá de que en 2021 tuviste aquel ascenso meteórico del puesto 774° al 213° del ranking mundial en cuatro meses…
-Sin dudas que ha sido mi mejor año. Tal vez en aquel momento se notaba mucho más la diferencia de ranking. Ahora es mucho más difícil subir. Después de un torneo, subir 5 posiciones es muy bueno. Cada puestito que se avanza tiene mucho valor porque no es nada fácil. Empecé a trabajar con Sebastián Gutiérrez y creo que se sintió el cambio. Más que nada en mí mismo. En volver a confiar, a creer. Se sumaron Nicolás Sac y Martiniano Orazi, en Sportslab, para la parte física, y Andrés Romaniuk, en kinesiología. Físicamente me sentí en una forma increíble y en los momentos en que tuve algunas molestias, las puede sacar en cuatro o cinco días, algo que antes por ahí me llevaba uno o dos meses. Eso para mí fue algo clave para no tener que cortar el año. Es la primera vez que juego arriba de 25 torneos (N. del R.: exactamente fueron 27, incluidos tres títulos).

-Fueron muchos torneos, muchos partidos pero también muy buenos resultados…
-Sí, jugué 84 partidos y gané 59. Nunca había jugado tanto, porque generalmente tenía problemas de lesiones. Esta vez jugué un montón y físicamente llegué impecable al final del año. Tal vez se notó la exigencia desde lo mental. No sé si era cansancio. Pero me encontré con algunas posibilidades de llegar al Top 100 y creo que eso me autopresionó un poco. Está claro que el pensamiento tenía que ir por otro lado, pero es todo muy nuevo, llegó bastante rápido y se hace difícil.

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-¿Es muy difícil manejar esa ansiedad?
-Sí, es difícil. Lo intentamos pero a mí me costó un poco. Se dio todo bastante rápido en un momento determinado y me parece que no me lo esperaba tan de golpe. Más, después de cómo venía mi juego, que me había llevado a pasar siete meses sin ganar un partido. Y de repente comencé a escalar, a escalar y a escalar. Metí varios torneos muy buenos, me sentí muy bien y mejoré mucho mi nivel. Por ahí no me esperaba llegar tan arriba en tan poco tiempo y eso tal vez me jugó un poco en contra.

-Habías encontrado tu lugar en el mundo en Córdoba, con Facundo Argüello como entrenador, pero de pronto algo cambió. ¿Esas sucesivas 12 derrotas en primera ronda fueron un poco el detonante para que se terminara esa relación?
-Yo estaba muy bien en Córdoba hasta que empezó a fallar un poco la comunicación con mi equipo. Quizás ya no me venía sintiendo cómodo, pero a veces es difícil dejar un lugar al que le tomás cariño. Tuve que tomar la decisión de irme, volver a Buenos Aires. Y estuvo bien, porque para mí, Seba Gutiérrez es de los mejores entrenadores sino el mejor, diría. Tiene muchísima capacidad, es muy inteligente y me ha ayudado un montón. Es un placer tenerlo como cabeza de mi equipo. Tengo otra tranquilidad.

-Y estás más cerca de tu casa, también…
-Sí, es verdad. Siempre que puedo me hago una escapadita. Sé que a mi familia le gusta que esté un poco más cerca. Y a mí también, porque en un momento ya era muy difícil venir a Mar del Plata. Apenas podía venir una vez por año. El hecho de estar en Buenos Aires y poder venir un fin de semana para ver a mi familia está bueno. Ellos me extrañan más a mí, yo soy de extrañar menos, pero siempre es necesario parar un poco de tantos viajes y tantas valijas y recargar las baterías en casa.

-Jugaste una muy buena qualy en el Abierto de Estados Unidos y ganaste dos partidos. ¿Te encontraste con una velocidad de pelota que no esperabas ante Taro Daniel o fue otra cosa?
-Fue un día difícil ese. Venía jugando bien esa semana, me estaba sintiendo muy bien, me adapté bien el cemento. No estaba jugando mucho en cemento pero ahora proyectamos jugar más en esa superficie. Estaba por entrar a la cancha, se largó a llover, estaba con esa adrenalina, ya había hecho la entrada en calor. Con la lluvia tuvimos que parar y es como que me costó mantener la energía. Y la segunda vez que entré a la cancha me sentía muy nervioso. Yo sabía o intuía que él se iba a dar cuenta de que era mi primera vez en el último turno de la qualy de un Grand Slam. Quizás con más experiencia, él supo cómo manejar mejor esos nervios. Taro Daniel es un jugador muy inteligente, con muchísimos años y muchísimos de esos partidos encima, los que obviamente me faltan a mí. Él estuvo más suelto y casi no cometió errores. Es cierto que uno se prepara para afrontar esos momentos, pero cuando llegan, hay que estar ahí ¡eh! No es nada fácil.

-¿Qué pasa con Mariano Navone? Le ganabas siempre y ahora se dio vuelta la cosa. ¿Hay alguna explicación?
-En un momento yo le había agarrado la mano a cómo tenía que jugar contra él. Lo conozco mucho. Pero, al igual que yo, también está en su mejor momento. Creo que los dos somos los que más nos destacamos este año en el Circuito de Challengers. Él también hizo un cambio de entrenador, que también lo ayudó mucho, se lo ve más sólido y también muy fuerte. Mariano ganó las últimas cuatro, está jugando muy bien, muy competitivo. Es una linda rivalidad que tenemos desde hace un par de años, nos conocemos mucho y así como él ganó cuatro seguidos, yo en su momento le había ganado seis seguidos. Espero que la próxima vez me toque a mí (risas).

-¿Es posible hacer amigos en el circuito?
-Adentro de la cancha nadie es amigo porque estamos jugando por puntos, por plata, por un montón de cosas. Afuera es otra cosa. A mí me pasa que me llevo muy bien con mucha gente. Por ejemplo, con Mariano Navone. Hemos compartido viajes y hasta me ha salvado de ir preso en Rumania.

-¿Cómo fue eso?
-Teníamos que cruzar caminando de Serbia a Rumania, porque el taxi no dejaba en la frontera y otro taxi nos esperaba del otro lado. Cuando presenté mi pasaporte, no me identificaban porque la foto era de cuando yo tenía 11 años, entonces no estaba ni parecido. Después me pidieron una firma en una hoja en blanco. Y cuando firmé, también era distinta porque era una firma de diez años atrás. Entonces me pidieron mi documento y ahí tenía otra firma diferente. Cuando me di cuenta de que la firma en el pasaporte era de mi mamá, Mariano me ayudó al recordarme que en Argentina, cuando sos menor, el pasporte lo firman tus padres. Cuando le explicamos eso, el oficial de la frontera más o menos entendió. Pero ya lo estábamos viendo con más ganas de llevarme preso que de otra cosa (risas).

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-Decías que te llevás bien con mucha gente. ¿Sobre todo con los tenistas argentinos?
-Sí, sí. Con los otros chicos argentinos a veces nos juntamos a tomar mate en los torneos, compartimos viajes, coincidimos durante muchas semanas y eso también te ayuda a sentirte un poco más acompañado cuando estás lejos. Y está bueno que a todos nos vaya bien, pero a la hora de entrar a la cancha, cada uno cuida lo suyo.

-¿Ya tenés planificada la primera parte de la próxima temporada?
-Sí, arranco la pretemporada la semana que viene, el lunes 27. Son cuatro semanas. Vamos a ir a Río de Janeiro, con Sebastián Báez, Thiago Seyboth Wild y Sebastián Gutiérrez. Para el 24 o 25 de diciembre la idea es arrancar para Australia, estoy tramitando la visa. También hay un ATP 250 en Hong Kong. La intención es jugar un torneo (Challenger o ATP, dependerá de las listas de entrada), antes de la qualy del Abierto de Australia. Y después me vengo a Sudamérica para los Challengers de enero y febrero, antes de las clasificaciones de los ATP de Córdoba, Buenos Aires, Río de Janeiro y Santiago de Chile. Hay alguna posibilidad de entrar derecho al cuadro, si tengo un poco de suerte. Pero en principio lo pensamos como para jugar la qualy. No conozco mucho el circuito ATP y creo que no me vendría mal agarrar un poco de ritmo y rodaje jugando la fase previa.

-Empezaste a jugar al tenis a los 6 o 7 años y se fue convirtiendo en tu profesión. Ahora estás en un muy buen presente pero también atravesaste no pocos inconvenientes ¿Cuántas veces te dieron ganas largar todo?
-Cuando tenía 15 o 16 años en un momento lo pensé. No me sentía bien conmigo. Se me cruzó la idea pero fue algo medio rápido. El tenis es un deporte que amo, me encanta. Es más, ahora que tengo estas mini vacaciones me dan ganas de ir a jugar un rato, pero sé que es necesario parar un poco para cuidar el físico. Y después tuve otro momento complicado a principios de 2021. Me costó mucho recuperarme de una lesión, tuve ataques de ansiedad, nervios. Prácticamente estuve una semana sin comer y sin dormir. Fue antes de irme a vivir a Córdoba. Eso fue difícil porque no sabía adónde iba a terminar. Me sentía varado. Ahí tomé la decisión de irme. Eso me ayudó y aquí estamos. Todavía dando batalla.

-¿De todo lo que has jugado, cuáles son los torneos más lindos, los mejores o los que más te han gustado?
-La verdad que el US Open es una locura. Compartís vestuario con todos los mejores jugadores, podés entrenar. Está muy bueno. Estaría genial que fueran todas las semanas de Grand Slam, pero sabemos que eso es imposible. Son torneos de otro nivel, superiores a cualquier cosa. No conozco mucho los ATP, pero dicen que hay muchos que son increíbles. Hay algunos Challengers que son muy buenos, como el de Buenos Aires que organiza Mariano Ink, también el de Montevideo. Pasa mucho por cómo te tratan, porque somos profesionales y merecemos un trato profesional. Hay algunos torneos en que la hospitalidad no es buena, o el traslado, pero hay que jugar igual. Es como todo.

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-Uno de los aspectos que más mejoraste es el saque. ¿Qué pretendés ahora mejorar para el próximo año?
-Estamos practicando mucho para ser más agresivo. Lo he mejorado muchísimo. Poder subir más veces a la red para definir porque creo que ahí también me siento cómodo. Pero sé que tengo que mejorar la transición porque a veces me retraso mucho y la red me queda muy lejos. Lo he mejorado, pero puedo hacerlo más. Y seguir mejorando físicamente, porque hoy es un arma, ya que todos los jugadores son muy fuertes y los partidos son muy duros.

-¿Dónde te ves o te gustaría verte el año que viene a esta altura?
-(Se le ilumina el rostro) Realmente me gustaría estar dentro de los 50 primeros del mundo y poder mantenerme. Creo que sería algo muy bueno para mí. Con Seba y con todo el equipo estamos trabajando para para eso. Me siento con condiciones para hacerlo. Creo que este año aprendí muchísimo, me acerqué bastante a ese nivel y eso me dio la visión de que puedo estar ahí.

-Llegar a ser el 50° del mundo te abriría puertas para jugar la Copa Davis, por ejemplo. ¿Lo pensaste?
-Sí, para mí es un sueño poder jugar para Argentina. Es algo que me gusta mucho. Jugué un Sudamericano y es muy lindo llevar la bandera. Me gustaría poder hacerlo en una Copa Davis. El ambiente que se vive es espectacular, aunque no sé ahora, con la nueva reglamentación. Creo que antes era mucho mejor por las localías. Pero habrá que adaptarse, ¿no? También entiendo que hay jugadores argentinos muy buenos, como (Francisco) Cerúndolo, (Sebastián) Báez, (Tomás) Etcheverry que están ahí y habrá que destronar a alguno para meterse.

-¿A quiénes les dedicás este presente tuyo, en el mejor momento de tu carrera?
-A mi familia, que la sufre, se levantan a ver los partidos cuando juego en Europa a la mañana y acá es plena madrugada. No sé cómo harán ahora cuando me toque en Australia. Seguro no van a dormir. A ellos, a mi papá (Agustín), a mi mamá (Adela) y a mi hermana (Morena), que me bancan en todo desde que era muy chiquito e hicieron lo imposible para que hoy yo pueda estar acá y siguen laburando para que yo pueda cumplir mis sueños. Ahora me toca empezar a devolver.

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SU AÑO EN NÚMEROS

Torneos jugados      27
Partidos jugados     84
Partidos ganados    59
Partidos perdidos   25
Títulos                         3
(M 25 Tucumán, CH Vicenza y CH Liberec)
Finales                        2
(CH Skopje, CH Santa Cruz de la Sierra)
Semifinales                5
Ranking al inicio (2/1/23)       271°
Ranking al cierre (20/11/23)   119°
Mejor ranking (16/10/23)        117°