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“Me siento respetado en Mar del Plata”

Cultor del perfil bajo, el técnico que llevó al equipo marplatense a ser campeón en la B Nacional y lo volvió a poner en la elite prefiere el "paso a paso". Asegura que quiere un equipo ambicioso y no se pone metas ni plazos.

por Víctor Molinero

@vhmolinero

A Gustavo Alvarez no le resultó sencillo lograr el reconocimiento en Mar del Plata. Más allá de sus muy buenos números dirigiendo a Aldosivi (63,7 de los puntos), ni siquiera el ser el técnico del equipo campeón y concretar el regreso a Primera División le permitió tener el cariño explícito de la gente. En el Minella no se canta por él ni se ven banderas con su nombre.

Sin embargo, Alvarez tiene claro que está en la segunda etapa de un proceso que necesariamente debe recorrer. Que ya lo estudiaron y que hoy lo respetan. Ya llegará el tiempo del cariño si las cosas le siguen yendo como hasta ahora, con su Aldosivi peleando bien arriba en la Superliga y un equipo capaz de ganarle a pesos pesados como Lanús, Huracán, Estudiantes o Belgrano.

Por lo pronto el reconocimiento también llega de parte de sus pares y no es un dato menor. Mucho menos si parte de un entrenador como Gabriel Heinze, con quien no lo une una relación y que es poco afecto de la palabra amable.

“Aldosivi tiene un gran entrenador, cuando yo empecé en esto él estaba en Temperley y lo vengo analizando desde allí. Cuando lo han cesado había hecho 5 partidos magníficos. Me gusta aprender de la gente que hace bien su trabajo y Aldosivi es un equipo trabajado”, soltó Heinze en la semana cuando le preguntaron sobre el rival al que enfrentará el lunes en Liniers por la séptima fecha de la Superliga.

***

Son las 17.30 de la gris y húmeda tarde del sábado en Mar del Plata y Gustavo Alvarez llega con puntualidad a la cita con LA CAPITAL, en un café ubicado frente al mar, en la zona de Cabo Corrientes.

Pasó una nueva jornada de trabajo y prepara el partido ante Vélez con la certeza de que no podrá contar con Matías Pisano (ver aparte).

Se relaja y confiesa sorprendido cuando en el arranque de la charla se le recuerdan los elogiosos conceptos sobre él vertidos por Heinze.

“Me lo hicieron llegar. Siempre el reconocimiento del medio es gratificante y la verdad que me sorprendió porque no tengo ningún vínculo con él, ni siquiera de haberlo enfrentado”, confiesa.

Y enseguida devuelve elogios sobre Vélez, su próximo rival. “Para mí los equipos son el reflejo del carácter del entrenador. Y acá estamos ante un entrenador temperamental y vertical. Vélez tiene intensidad y un juego prolijo con una ambición de ataque permanente”, destaca.

– ¿Y qué se puede esperar entonces del partido del lunes?

– Primero tenemos que neutralizarlo desde lo táctico, segundo emparejarlo desde la intensidad y después ganarlo desde el juego. Necesitamos tres cosas: el orden para neutralizar, la intensidad para emparejar y el juego para ganar.

– El orden lo han tenido en varios pasajes del torneo, al igual que la intensidad, ¿El juego es el ítem al que le falta mayor regularidad en este Aldosivi?

– Si, yo lo que hablo con los muchachos es que nosotros empezamos esta temporada con el desafío de rápidamente ensamblar 21 jugadores nuevos. Sabíamos que el funcionamiento iba a llevar tiempo pero el orden y el esfuerzo era lo que nos iba a permitir avanzar. Eso se logró. Para crecer como equipo tenemos que darle mayor continuidad y regularidad al juego. Tener respuestas permanentes desde el juego. No necesariamente hablo de una posesión numerosa, sino a veces con un ataque directo pero preciso.

– Eso es lo que más trabajo lleva…

– Eso necesita trabajo, conocimiento y tiempo. Algunas cosas se mostraron. Hubo recuperaciones que terminaron en gol como en Lanús, que fueron cuatro o cinco pases. Otras como con Huracán que fueron veinte – veinticinco pases y otras que fueron pérdidas de pelota que nos hacen retroceder y defender cerca de nuestro arco.

– ¿Los momentos que más te gustaron más allá de los triunfos? Ese pasaje en cancha de Lanús del primer tiempo, el vuelco contra Huracán…

– Me quedo con el partido de Huracán en general. Me parece que fue, desde el juego, lo mejor del equipo. Pasajes del partido con Lanús… y con Tigre el equipo quizá mostró lo mismo sin profundidad y con menos agresividad. Por eso por ahí nos costó llegar al gol aunque el equipo tuvo juego. Me parece que el partido con Huracán es el que más se acerca a lo que pretendo.

– Con Tigre, para cuando te diste cuenta, ya estabas 0-2 abajo. Salvo contra Unión, les pasó en todos los partidos que antes de los 10′ el rival tuvo una chance clara por una distracción o error individual. ¿Te preocupa que se venga repitiendo ese déficit?

– Eso se habla. Primero analizamos el error que se cometió ya sea individual o colectivo. Por ejemplo en el partido con Estudiantes, la que Luciano (Pocrnjic) le tapa a Apaolazza es un desplazamiento hacia la izquierda de lo que nosotros le llamamos la protección del juego externo. Nosotros tratamos de defender el juego externo con 3 y 1: el primer central, el segundo central y el cierre del lateral abarcando el ancho del arco, más el cinco en el punto del penal. Si ves, en la jugada de Apaolazza ese 3 y 1 estaba desplazado afuera del arco. Perdimos la referencia del arco. Puede haber sido por desconcentración. Lo hablamos, lo trabajamos y espero que no se repita. Tenemos que estar atentos para que no vuelva a suceder.

– Hablabas de las dificultades que te genera tener tantas caras nuevas pero te he escuchado decir que ese recambio masivo del plantel fue consensuado con la dirigencia. ¿Fue una decisión técnica, el factor humano? ¿Qué los llevó a renovar tanto un equipo campeón?

– La primera decisión que tomé al mismo tiempo de la renovación fue consensuar todas las decisiones con la dirigencia y la dirección deportiva. No me gusta trabajar cuando el técnico elige dos jugadores y los dirigentes otros dos. Hay que estar de acuerdo, definir un modelo de juego, un perfil futbolístico y estudiar algunos rasgos deportivos y humanos de cada jugador. El mismo criterio se utilizó para contratar refuerzos y para renovar a los integrantes del plantel campeón. La lista de los que se iban a ir era mucho menor de lo que finalmente fue. Pero hubo muchos jugadores que decidieron no continuar en Aldosivi por ofertas económicas mejores, retiros de la actividad o el caso de Velázquez que decidió volver a vivir en Capital.

En cuanto a los 21 refuerzos podríamos haber sido más ansiosos y llegaban antes. Pero yo considero que la jerarquía individual de los jugadores elegidos acorta los tiempos. Lo que el tiempo de trabajo no me da, me lo da la capacidad intelectual y de trabajo de estos jugadores para interpretar rápido el mensaje.

– Hacés mucho hincapié en la jerarquía individual del plantel ¿Considerás que los hinchas y la prensa no lo vio igual en un primer momento? ¿Te sentiste cuestionado por esas elecciones?

– Considero que el fútbol es una materia muy opinable y cuando alguien opina distinto a mi no me siento cuestionado por eso. Siempre tuve la tranquilidad de que cada uno de los jugadores que traíamos reunía las condiciones para tener una temporada como las que ya había tenido en primera. Prácticamente no hemos traído ninguna apuesta. Son jugadores que pueden estar por encima o por debajo de su rendimiento habitual pero en primera división. Después las opiniones de la gente y la prensa son totalmente respetables. Yo tengo que demostrar con hechos si fueron aciertos o no.

– ¿Y cuánto considerás que te costó insertarte en lo personal, teniendo en cuenta que para el futbolero marplatense el tuyo quizás no fue en su momento un nombre tan reconocido?

– Yo creo que los técnicos pasan por tres momentos. Primero son estudiados, después respetados y después queridos, si logran transitar las tres etapas. Salvo que ya te conozcan entonces la etapa de análisis es más corta. En Temperley yo era conocido porque había jugado en el club y hay un afecto hacia mi persona. Pero no como entrenador de primera. Ahí también fui analizado y quizás se cuestionó la decisión de haberme contratado para la primera. Después, cuando empezaron a ver el trabajo y la forma de manejarse de uno, te respetan. Y si tenés logros deportivos pasás a ser querido. Hoy en Mar del Plata me siento respetado. Me parece que la etapa de análisis está terminando, que saben que uno es capaz para el puesto que ocupa. Uno en fútbol puede ganar, empatar o perder pero nadie duda de la capacidad de este cuerpo técnico.

– Sacando a Aldosivi ¿Te sorprendió o esperabas más de Mar del Plata como plaza futbolera?

– Cuando Olimpo y Huracán de Tres Arroyos aparecieron en primera siempre preguntaba por qué no lo hacía Mar del Plata…

– Es la pregunta que nos hacen siempre a los marplatenses vinculados con la actividad…

– Yo a Aldosivi lo he enfrentado con distintos equipos en el Argentino A y me parece una plaza poderosa deportiva y económicamente que tiene que tomar la decisión de pertenecer al fútbol de elite. En el caso de Aldosivi, puertas adentro, creo que la decisión está tomada. Vine a la B Nacional a un equipo que para mi era de primera, siempre lo dije. Y considero que este es un club con mucho mejor futuro que presente. Después, en cuanto a la idiosincracia futbolera de la sociedad recién la estoy conociendo. La verdad que he sentido la calidez del hincha en una ciudad muy grande… Quizás en otros lugares se vive distinto pero me he sentido muy bien con el marplatense y con el hincha de Aldosivi.

– Te entusiasma el futuro del club…

– El club me sorprende día a día. Imaginate que cuando yo llegué había tres canchas y hoy hay siete y de primer nivel. Aldosivi diseñó un proyecto institucional serio, una coherencia entre el fútbol profesional y el fútbol juvenil. Con ya casi un año acá estoy acostumbrado a un club sorprendente e, insisto, con mucho más futuro que presente.

– En ese sentido te gusta ver seguido a los equipos juveniles…

– Me gusta pero es parte de mi trabajo. El entrenador de fútbol profesional tiene que estar al tanto del fútbol juvenil. Porque tiene que ir viendo y charlando con el coordinador sobre los jugadores con proyección de primera o reserva. Para capitalizar el patrimonio del club que son los futbolistas genuinos.

– Hoy la cara de esa proyección es Iñiguez, quien apareció en un momento difícil y respondió al punto de ganarse un lugar entre los titulares en primera…

– Iñiguez me había llamado la atención en los amistosos de pretemporada. Yo a Emanuel lo tenía como un volante centro. Después jugó como central en los entrenamientos circunstancialmente y en los amistosos de pretemporada lo puse como lateral en un partido con Olimpo, en el que tenía varias bajas. Y lo hizo muy bien, no sólamente desde el juego sino desde el caracter. Hay muchos chicos que tienen las cualidades físico-técnicas para pasar de juveniles a profesionales pero lo que los que termina sosteniendo es el caracter. Y Emanuel dio esa prueba de carácter contra Villa Dálmine. Entró en un equipo con la necesidad de ganar para retomar la punta, en un partido muy difícil, con dos puntas muy peligrosos, y a partir de ahí no salió más. Las capacidades técnicas suman pero la actitud multiplica.

– ¿Y a qué juvenil ves con la posibilidad de seguir los pasos de Iñiguez?

– No quiero nombrar a ninguno porque no quiero ser injusto y además eso correspondería que lo diga el coordinador. Pero sí puedo aseverar que se está haciendo un buen trabajo no sólo puertas adentro del predio sino también en la captación para mejorar la materia de prima para la temporada que viene. La competencia de juveniles otra vez en la A le da a los chicos mayores posibilidades de crecimiento y hay un grupito de chicos en reserva y que van a empezar a alternar que son el futuro del club.

– Entonces hagamos nombres de profesionales. No puedo dejar de preguntarte por el momento de Cristian Chávez…

– Está en un nivel superlativo. Él en la B Nacional fue muy importante para nosotros pero ha mejorado muchísimo y la condición física en primera. Está más suelto, tomando decisiones muy buenas dentro del campo. Destaco su gran esfuerzo. Fijate que en el último partido la estadística dice que hizo dos goles pero tengo que ver más allá y valorar las seis pelotas que recuperó, que como extremo no es poca cosa.

– Esa actitud se ve en prácticamente todos los jugadores, incluido un Stracqualursi al que no se le está dando el gol pero que hace un esfuerzo enorme en la recuperación…

– Lo mismo. Nosotros vemos videos del partido que pasó y del que será el próximo rival. Y en el partido con Estudiantes destaqué tres intervenciones de Stracqualursi tirándose al piso para recuperar. Cuando los primeros defensores son los delanteros se hace mucho más fácil recuperar la pelota y mantener el arco en cero. Un equipo de fútbol para mi es eso, donde la responsabilidad de la recuperación y del ataque pasa por los once.

– Trascendió que cuando fueron a buscar refuerzos les decían que el promedio no era un tema u objetivo, que se apuntaba más arriba. ¿Eso es así?

– No es así. Yo fui el encargado de llamar a cada uno de ellos. Y a cada uno le dije cómo es el club, cuál es la idea de juego y que el objetivo es protagonizar cada partido. Nosotros jugamos 25 campeonatos de 3 puntos. Con la intención de protagonizar cada partido y ganar a cada rival y en cada cancha. Y que a fin de campeonato contamos puntos y vemos para qué nos alcanzó. No me parece que haya que establecer objetivos fijos, inamovibles, antes del comienzo de la temporada. Yo estoy para preparar un equipo que sea protagonista.

– ¿Esperabas tener 12 de estos primeros 18 puntos?

– Es difícil de responder. Sí esperaba tener un equipo serio. Cuando cerramos el plantel con la llegada de Colman llegamos a la conclusión con el cuerpo técnico y la dirigencia de que teníamos un plantel serio, que íbamos a dar batalla con un equipo a la altura.

– ¿Y no arriesgás a soñar con una clasificación a una copa?

– Esto es como una escalera para mí: si miro muy arriba le erro al escalón que sigue, me caigo y después no me puedo levantar. Yo entiendo a la prensa y a los hinchas pero para mi es de a tres puntos, con la idea de ganarlos siempre.

– Hablabas del club y en los últimos días la dirigencia confirmó la compra de terrenos para la construcción de una cancha propia. ¿Lo considerás fundamental para robustecer la localía o es irrelevante en lo deportivo?

– Es importante por el sentido de pertenencia que da. Para el club es un crecimiento a nivel infraestructura y le da sentido de pertenencia al jugador también.

– Viene para largo igual el tema de la cancha ¿Te gustaría estar? Tendrías que ser una suerte de Fergusson…

– No me pongo plazos y además cuando terminan los contratos, como sucedió después del ascenso, siempre pido dos o tres días para analizar el futuro y ver cómo seguimos. Si puedo decir que me siento muy cómodo en el club y en la ciudad. Creo que pasé de observado a respetado.

– ¿Tu bajo perfil, hizo que te cueste más a que llegue en todo caso la etapa del ser querido por el hincha, ese tercer paso que mencionás?

– Eso les pasa a todos los entrenadores y en todos los lugares.

– Hay algunos que logran rápido ser queridos o todo lo contrario…

– Vos me decías lo del nombre y en realidad cuando empieza la competencia todos son analizados. El nombre es una carta de presentación pero no tiene validez en ninguna de las tres etapas que menciono. Lo de tomármelo con tranquilidad es parte de mi personalidad. Si estoy tranquilo estoy lúcido y puedo tomar mejor decisiones.

 

63,7 %

Es el porcentaje de puntos que ganó Aldosivi desde la llegada de Gustavo Alvarez. El entrenador asumió en un triunfo como local ante Brown de Adrogué (1-0) en la B Nacional. Fueron 16 partidos para ascender, con 9 victorias, 4 empates y 3 derrotas. Además jugó 1 por Copa Argentina ante Olimpo (empató y perdió en los penales) y lleva 6 en la Superliga (4 triunfos y 2 caídas).

En total, con Alvarez como DT, Aldosivi disputó 23 partidos de los cuales ganó 13, empató 5 y perdió 5, sumando 44 puntos sobre 69 posibles.

 

 

Sacchi, Messi, Maradona, el Lanús de Almirón…

Por último Gustavo Alvarez se prestó a un ping pong de preguntas y respuestas para intentar conocer un poco más sobre los gustos de un entrenador reservado y cultor del bajo perfil.

– ¿Un entrenador?

– Arrigo Sacchi.

– ¿Un sistema?

– El que me permita ser protagonista. No me ato a un número.

– ¿Un jugador de la actualidad que te gustaría dirigir?

– Messi. Porque es el mejor

– ¿El mejor jugador que viste en la historia?

– Maradona. Yo no vi a Pelé, no vi a Di Stéfano, vi poco de Cruyff, si vi a Platiní, a Zico. Pero el mejor es Maradona.

– ¿Un equipo?

– El Barcelona de Guardiola y en el ámbito local el Lanús de Almirón.

– ¿Un deporte que no sea el fútbol?

– Para practicar tenis y para ver… me cuesta porque veo mucho fútbol en realidad.

– ¿Viste basquet aprovechando tu estadía en esta ciudad?

– Fui en Pergamino y en Junín. Puede ser basquet. Iría ehh. Me gusta.

– ¿De chico eras hincha de…?

– El Porvenir. Mi papá era hincha de Independiente. Me llevaba a ver los domingos a Independiente y los sábados a El Porvenir o a Lanús. Pero más a El Porvenir. Yo empecé a jugar en inferiores ahí. Si hay un club por el que sufrí como hincha es El Porvenir.

– ¿Un libro?

– Leo mucho. Un libro sería “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, de Stephen Covey.

– ¿Una serie?

– Prison Break, Game Of Thrones.

– ¿Un sueño?

– La felicidad de mi familia.

– ¿Qué está compuesta por…?

– Por mi mujer Daniela, mis hijos Ariana, Tomás, Facundo y Kian, de dos años.

– ¿Está la idea de traerlos?

– Tomás juega en la séptima de Temperley así que tiene su colegio, sus amigos…, Ariana va a empezar la universidad. Sería sacarlos de su vida…

– ¿Y un sueño en lo deportivo?

– Dirigir y trascender en el ámbito internacional. Siempre tuve el progreso como meta sin un punto fijo.

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