El excombatiente Leonardo Corvalán escribió su historia en 2009, 26 años después de la guerra, y recién ahora, en 2025, el libro vio la luz. Sin fines de lucro, su obra se distribuye en escuelas y bibliotecas de la región como material educativo y de memoria colectiva.
Con apenas 18 años, Leonardo Corvalán llegó a las islas Malvinas como un soldado sin preparación, y meses después regresó como veterano de guerra con una mochila que todavía carga 43 años después. “Uno quedó abrochado en Malvinas, quiera o no”, dice al hablar, lleno de emoción, sobre “Memoria de guerra”, el libro que escribió primero como un desahogo personal y que terminó convirtiéndose en una herramienta educativa para cientos de chicos y maestros.
Su experiencia personal en las islas, detalles del diario de guerra, estremecedoras cartas intercambiadas con su familia, fotos y un diálogo, a merced de la imaginación del lector, entre el Leo de 18 años y el Leo adulto de hoy, casado y padre de cuatro hijos, llenan las páginas de este libro.
Este jueves por la mañana, en el Centro de Ex Soldados Combatientes de Mar del Plata, ubicado en Misiones 3172, Corvalán presentó la segunda edición de su obra y entregó 536 ejemplares a instituciones educativas de General Pueyrredon, General Alvarado y Mar Chiquita.
Del acto participaron el excombatiente y expresidente del Centro, Fernando Álvarez; el rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Alfredo Lazzeretti; el secretario de Participación Ciudadana del municipio, Gustavo Serebrinsky, docentes y representantes educativos de la región.
En diálogo con LA CAPITAL, Corvalán habló de los orígenes del libro: “En 2009 tuve una crisis personal y familiar. Malvinas era algo que no se contaba en casa, era una carga que yo tenía. Pensaba que me iba a morir con todo eso adentro. Entonces escribí mis memorias, para dejárselas a mi familia. En tres meses terminé el manuscrito, sin ser escritor ni nada.”
Pero ese manuscrito, pensado como algo íntimo, comenzó a tener vida propia. “Los colegios donde iban mis hijos lo vieron, lo pidieron. Me decían ‘esto es importante, tenés que editarlo’. Y así fue que lo empecé a pulir”, contó.
El manuscrito del libro fue declarado de interés cultural en 2009 y, finalmente, de interés educativo en 2025, año en que por fin se publicó, luego del último 2 de Abril. Sí, pasaron 16 años en el medio, hasta que finalmente “Memoria de guerra” vio la luz.
“Nunca pensé que lo iba realmente a editar. Lo que más me emociona no es la satisfacción personal, sino poder cumplir con los maestros que lo pidieron. Ellos fueron los que me empujaron a hacerlo”, confesó Corvalán, emocionado, junto a las cajas llenas de libros recién salidos de la editorial Dunken, con ejemplares que fueron donados.
La primera edición de “Memoria de guerra” fue de 400 ejemplares. Se vendieron alrededor de 100, y con ese dinero Corvalán financió la segunda tirada de 700 libros.
“Todo se reinvierte. No hay lucro en absoluto, no es por el dinero. Esta edición es íntegramente para los colegios, bibliotecas públicas, institutos de formación docente, escuelas primarias y secundarias. Es un material de trabajo para los maestros, para los chicos”, agregó.
Lo interesante es que muchos docentes ya vienen usando el texto desde hace años: “Algunos colegios tienen el manuscrito y lo aplican en distintas áreas, hasta en matemáticas o geografía. Y eso me llena de orgullo.”
En “Memoria de guerra”, Corvalán reconstruye su experiencia desde el momento en que, con 18 años, fue enviado a Malvinas, hasta su regreso y el después.
“El libro narra lo que va sintiendo ese joven que entra como soldado y vuelve como veterano. Pero también tiene la mirada del Leo adulto, que reflexiona después de tantos años. Lo que más conmueve a la gente son las cartas. Esas cartas guardan el sentir puro de ese momento”, indicó.
En el salón del Centro de Ex Soldados Combatientes, Leo, hoy con 62 años, admite: “Malvinas es todo, como la familia”.
Corvalán es padre de cuatro hijos. El mayor de 37, el menor de 25, y lleva 43 años junto a su esposa. Ella, confiesa Leo, nunca leyó el libro: “Es un tema que le genera mucha angustia. Vivió conmigo toda la posguerra.”
“Uno quedó abrochado en Malvinas, quiera o no. Pasaron 43 años y yo recién a los 40 recién me empecé a medicar por trastorno de guerra. Fue un largo proceso… que no termina. Este libro es parte de ese camino”, explicó.
Pero más allá del dolor, Corvalán siente orgullo por lo que la obra genera: “Es un libro que muestra el valor, el sacrificio y la entrega de todos los jóvenes que fuimos a Malvinas. Y tiene mucho de este Centro de Ex Comabientenes y de su gente, tan valiosa. Me emociona que siga llegando a las aulas, que se extienda este mensaje.”
Este jueves fueron 536 libros. En total, serán 700 los ejemplares donados. “El 6 de noviembre voy a viajar a Gálvez, Santa Fe, a entregar más libros. Ojalá que esto llegue y viaje por todos lados“, dijo Leo, con la ilusión de seguir compartiendo con todos no solo su historia, sino la de muchos más en Malvinas.