Policiales

Menor abatido por un policía: declaró una vecina y describió parte del hecho

Una mujer que vive en una casa ubicada justo frente al sitio donde se produjo el caso dio detalles de lo que vio al fiscal Juan Pablo Lódola. El subteniente del CPC Pablo Muñoz sigue detenido y sería indagado hoy.

Cuando el martes a la noche se conoció la noticia de que un policía había matado a un adolescente de 15 años que, en principio, había intentado asaltarlo junto a tres cómplices en el barrio Regional, surgieron diversos interrogantes.

Tanto los colegas del uniformado que arribaron al lugar, como el propio fiscal Juan Pablo Lódola, comenzaron a preguntarse acerca de qué hacía ahí el efectivo del CPC, si había existido un intercambio de disparos como consecuencia de un asalto o de un enfrentamiento, o por qué nadie estaba en condiciones de contar detalles de lo ocurrido.

Sin embargo, con el paso de las horas algunas cosas se aclararon y, entre otras respuestas, los investigadores tuvieron la oportunidad de conocer la versión de una testigo. Se trata de una vecina de la zona en la que ocurrió el crimen, que declaró en el marco de la causa.

También se supieron datos de la víctima, identificada como Facundo Gómez (15), y del policía, un subteniente llamado Pablo Muñoz que, al momento del hecho, debía estar en el Distrito Descentralizado El Gaucho prestando servicios.

De todas formas, el caso aún no fue esclarecido y por ese motivo Muñoz permanece detenido. Si bien aún no dio su versión formal de los hechos, podría hacerlo hoy de aceptar ser indagado por el fiscal Lódola.

En un principio, se especuló que dicha diligencia podía realizarse ayer, pero luego eso quedó desestimado debido a que el propio imputado decidió cambiar de representante legal. En lugar del defensor oficial, contrató un abogado particular con el que debía reunirse para definir ciertas cuestiones antes de presentarse a declarar.

La versión de la vecina

Una mujer que vive frente al lugar donde se produjeron los hechos sí decidió aportar datos sobre lo que escuchó y observó, alrededor de las 19 del martes. De acuerdo a los datos que trascendieron, dijo que vio un auto de color rojo estacionado adelante de su casa, sobre Roca, entre Champagnat y Bahía Blanca, pero no le prestó atención porque es habitual que se detengan vehículos ahí, debido a que es un sitio donde existe oferta de servicios sexuales por parte travestis.

Fue entonces cuando comenzó a escuchar gritos y se asomó para ver qué ocurría. Según mencionó, observó la presencia de cuatro jóvenes a bordo de dos motocicletas, y que al menos dos ellos se bajaron de los rodados y empezaron a atacar el auto. “Ahí me metí para adentro de nuevo y ya no vi más nada”, concluyó.

Pese a que su testimonio fue escueto, lo dicho por la vecina en Tribunales abona la hipótesis de que el automóvil del efectivo fue atacado. Es decir, por lo menos le tiraron con piedras. Y no se trata de un detalle menor, sino todo lo contrario: saber si la víctima y quienes la acompañaban llevaron a cabo una agresión previa al desenlace fatal puede cambiar la situación procesal del Muñoz, imputado por “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego”. Si el fiscal comprueba que el policía repelió un ataque anterior, el hecho podría encuadrarse en un caso de legítima defensa.

Por el momento, no se advierten indicios de que el automóvil marca Fiat Palio haya sido baleado, aunque resta conocer todavía el informe final de los peritos balísticos.

A priori, los investigadores no dudan en que existió al menor un accidente balístico desde el interior al exterior del rodado. Esto es, el destrozo de un sector del vehículo -una de las ventanillas- por un proyectil que salió desde adentro hacia afuera. En cambio, no se habrían descubierto hasta ahora señales que explicaran lo contrario: es decir, disparos desde el exterior al interior.

En tanto, los investigadores creen que el automóvil fue apedreado, debido a que al revisarlo notaron que tenía restos de polvo de ladrillo, y no proyectiles de un calibre diferente al de la pistola del uniformado, que quedó secuestrada por la Justicia.

Investigación y autopsia

La autopsia al cadáver de Gómez indicó que recibió dos balazos, como había adelantado LA CAPITAL en su edición de ayer: uno en el abdomen y otro en el intercostal derecho, con orificio de salida en la axila izquierda.

Pero, a juzgar por la cantidad de vainas servidas calibre 9 milímetros que se hallaron cerca del vehículo, se sospecha que Muñoz efectuó siete disparos con su arma reglamentaria.

Otro aspecto que puede ayudar a la investigación del hecho, es que el mismo fue registrado a través de una cámara de seguridad ubicada en la zona. Sin embargo, al estar incriminado un policía, el tratamiento del caso es más complejo de lo que ocurre comúnmente porque no pueden intervenir sus colegas. En ese sentido, fueron miembros de la Asesoría Pericial del Ministerio Público quienes realizaron una copia de las imágenes tomadas por el artefacto tecnológico y ahora deben analizarlas.

Por el momento, como se dijo antes, Muñoz continúa en calidad de detenido, por decisión de Lódola y de la jueza de Garantías, Lucrecia Bustos. En esa línea, y según pudo saber este medio, aceptaría declarar en la jornada de hoy, ya que busca contar su versión de los hechos porque conoce la gravedad que reviste su situación procesal.

Obreros hallaron réplica de un arma

Obreros que caminaban ayer a la mañana en dirección a un domicilio donde realizan diversos trabajos encontraron a la vuelta del lugar del crimen la réplica de un arma de fuego.

Inmediatamente, y al saber por los vecinos lo que había ocurrido tan sólo unas horas antes, pusieron en conocimiento del hallazgo al fiscal Lódola y declararon como testigos.

A pesar de ello, la aparición de esta réplica no cambiaría demasiado el desarrollo de la causa porque no está acreditado que esté vinculada al hecho investigado.

Pero, si existiera la posibilidad de hallar a más testigos o, incluso a los jóvenes que acompañaban a la víctima para tomarles declaración, y se estableciera que portaban un arma o una réplica, la situación se modificaría.

Es que, para el esclarecimiento del caso, será imprescindible la recolección de una importante carga probatoria y su posterior análisis, con el objetivo de no dejar lugar a dudas en las cuestiones jurídicas que puedan surgir en torno al encuadre del hecho. Si se trata de un caso de legítima defensa ante “un inminente ataque grave” (por ejemplo un asalto con agresión incluida), como prevé el Código Penal, Muñoz podría ser sobreseído y recuperar su libertad.

De lo contrario, si se acreditara que el efectivo del CPC actuó en otro contexto, excediéndose en el uso del arma que le suministró la fuerza a la que pertenece, podría afrontar una de las penas de prisión más altas establecidas por la ley.

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