La Ciudad

Mesas afuera y “huelga la japonesa”, el nuevo reclamo de los gastronómicos

Algunos locales abrieron sus puertas y reciben clientes con mesas en la vereda. Piden que habiliten la actividad. La medida es “hasta que haya una respuesta”.

 

Un grupo de empresarios gastronómicos volvió a manifestarse hoy para pedir que les permitan reabrir las puertas y poder recibir clientes en sus locales.

Para visibilizar la situación y el reclamo que sostienen hace varios meses, algunos empresarios llevan adelante una “huelga a la japonesa” que consiste en continuar con el desarrollo la actividad. La modalidad fue aplicada la semana pasada por los trabajadores de la construcción.

En algunos  locales decidieron hoy sacar las mesas a la vereda para recibir clientes y anunciaron que permanecerán “hasta que haya una respuesta”.

“Estamos trabajando con las mesas afuera, con los protocolos correspondientes,  en modo de protesta hasta que el gobierno provincial  de una respuesta porque no podemos seguir fundiéndonos”, describió el responsable de diferentes locales de cafetería, Juan Rodríguez.

La protesta la lleva adelante un grupo de gastronómicos y cuenta con el respaldo del sindicato del sector. “Arrancamos con las mesas en el exterior y después iremos viendo que medidas tomamos porque, como ya hemos dicho, la situación es insostenible”, apuntó.

Otro de los afectados describió que esta situación es “algo que iba a pasar porque es muy grande la desesperación”.

De todas maneras, la medida de fuerza por el momento no incluye a todos los gastronómicos sino a un sector. “El desgaste es muy grande y se hace difícil sostener la lucha tanto tiempo”, advirtió el responsable de uno de los locales.

El 8 de septiembre se habían manifestado con aperturas simbólicas y cortes de calles en cinco puntos de la ciudad.

Desde que comenzó la pandemia, los locales gastronómicos sólo pudieron trabajar con las modalidades de delivery y take away, salvo un breve período en el que fueron habilitados a recibir clientes con el cumplimiento de un protocolo. Precisamente, las cafeterías pudieron abrir sus puertas por dos meses mientras que los bares y restaurantes lo hicieron durante 28 días.

Desde el 29 de agosto, el retroceso de General Pueyrredon a la fase 3 obligó a los gastronómicos a volver a cerrar sus puertas.

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