La Ciudad

Mestre, recuperado de Covid: “Me hizo redimensionar mi vocación como obispo”

Tras recibir el alta, Monseñor Gabriel Mestre contó cómo atravesó la enfermedad, entre la fiebre y "dolores muy molestos". Consideró la experiencia como un aprendizaje. Este sábado celebró una misa en la parroquia La Asunción junto al Hospital Materno Infantil.

El Obispo de Mar del Plata, Monseñor Gabriel Mestre, celebró este sábado su primera misa tras recibir el alta luego de convivir 14 días aislado en la Catedral con coronavirus, experiencia que calificó como “un aprendizaje” y que lo llevó a “redimensionar la vocación” como “instrumento de Dios”.

La máxima autoridad de la Iglesia local contó que en un primer momento no creía haberse contagiado de Covid-19, ya que los síntomas se asemejaban a “un simple resfrío” o “un estado gripal”.

Sin embargo, con el correr de los días la enfermedad se hizo sentir en su cuerpo. Durante casi una semana presentó fiebre y “dolores muy molestos”, explicó en declaraciones a LU6 Radio Atlántica.

“Lo viví en tres etapas durante 14 días: la primera muy molesta por el dolor de cabeza, la fiebre y el malestar intestinal. Después estuve mejor, con menos dolor y empecé a dormir mucho, casi 12 horas, el doble de lo habitual. Y finalmente me fui recuperando”, relató Gabriel Mestre.

Antes del fin de semana, su médico personal y las autoridades sanitarias le dieron el alta y lo autorizaron a regresar “de a poco” a sus tareas.

“La recuperación ha sido buena y los últimos cinco días no tuve síntomas”, dijo el obispo, quien reflexionó durante el aislamiento sobre el contagio y la enfermedad.

“Cuando me dijeron que el resultado de Covid era positivo, pensé: qué misterioso cómo Dios me asocia en parte a tantas personas que padecen de manera directa en sus cuerpos la enfermedad o en sus familias y seres queridos”, analizó.

El obispo admitió que compensó el temor con una reflexión: “Más allá de las molestias, entendí que era parte de mi vida, entonces le agradecí al Señor y pedí que de esto pudiera aprender algo que Dios quiera enseñarme”.

“La obra es de Dios y como obispo soy su instrumento. Al estar encerrado en mi cuarto, sin tener contacto con los otros tres sacerdotes de la Catedral, tuve tiempo de pensar y reflexionar. Me hizo redimensionar mi vocación como obispo“, sostuvo.

Asimismo, admitió que durante la enfermedad -que en latín significa “sin firmeza- pidió a Dios “tener corazón puro y sano para seguir siendo su instrumento”.

Ya recuperado, este sábado Mestre retornó a sus tareas religiosas, nada menos que celebrando una misa en la parroquia La Asunción, ubicada junto al hospital Materno Infantil, su primera parroquia donde compartió 8 años en dicha comunidad.

La ceremonia se celebró cumpliendo con el protocolo establecido para las actividades religiosas, por lo que en forma presencial pudieron participar 10 personas, mientras que cientos de fieles siguieron la misma por las redes sociales.

En la oportunidad de la celebración de la fiesta de la Asunción de la Virgen, Mestre agradeció públicamente a la Virgen por su recuperación y pidió por todos los que sufren los efectos de la pandemia de coronavirus.

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