La Ciudad

Mestre: “Sería muy grave que no haya acuerdo con los municipales”

El obispo se mostró optimista tras su mediación. Dijo que algunas actitudes "no ayudan" a generar un clima de diálogo. Y pidió dejarlas de lado. También manifestó su preocupación por la situación social.

El obispo Gabriel Mestre tuvo una semana de reunión en reunión. Su intervención en el conflicto de los municipales fue elogiada por las autoridades municipales y del sindicato. Es optimista, pero también sabe que entre las alternativas está que no haya acuerdo. Por eso llamó a no reiterar las actitudes agresivas de algunos actores a los que prefirió no nombrar. En una entrevista con LA CAPITAL, también manifestó su preocupación por la situación social y destacó la tarea de contención de la Iglesia.

-¿Intervino en el conflicto de los municipales porque observó que estaba llegando a un límite?

-Sí. Uno desde la Iglesia se puede hacer eco de distintos sectores. Vimos cómo el conflicto atravesaba todas las clases sociales, a los marplatenses y también a los turistas. Era una suerte de escalada importante. Y cuando los sectores se van alejando más, después se va haciendo mucho más difícil el acercamiento.

-¿Cuál fue el objetivo?

-Lograr un reencuentro, un diálogo, generar una reunión distendida, mate de por medio, chiste de por medio, a la vez tratando la seriedad de los temas que teníamos que tratar.

-¿Cómo espera que evolucione el conflicto?

-Uno espera que se solucione. Soy optimista y creo que están dadas las condiciones. Pero no tengo la varita mágica y podría darse que no haya acuerdo, lo cual sería muy grave para la ciudad.

-¿No cree que algunos echaron leña al fuego?

-Claramente. Sé perfectamente a lo que hace referencia. Este tema se trató en las dos reuniones por separado con los sectores y también en la reunión del jueves. La idea es bajar los decibeles ante cierta actitud un poco agresiva, dura, hiriente, que no ayuda.

-¿Cómo ve la situación social?

-La venimos viendo con preocupación desde hace bastante tiempo. El tema de la pobreza es serio, de más de una década, que se ha agudizado en los últimos meses. No lo decimos haciendo una lectura de tipo político-partidaria, porque la Iglesia no es oficialista ni opositora. Lo decimos en función de los datos que dan el Indec y otros organismos oficiales.

-¿Qué aporta la Iglesia para tratar de ayudar ante este panorama?

-Hay, por un lado, una tarea de contención muy fuerte de la Iglesia en sus parroquias y capillas, en sus servicios particulares. De generar programas que puedan ser sostenibles en el tiempo, como el de la Mesa del Basural con la Pastoral. Ahí articulamos muy bien con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, en la persona de Carolina Stanley, y a través de la Provincia, con María Eugenia Vidal. Trabajamos en programas de reciclado que permiten que muchas personas que salen del predio puedan seguir trabajando en la recuperación de caucho, de madera y de tantas otras cosas, con artesanías e insumos que están generando poco a poco.

-En un momento se veía una situación muy precaria en los alrededores del basural. ¿Ha mejorado?

-Va mejorando lentamente. A la política que lleva adelante Ceamse como empresa que ha tomado el predio de residuos la vemos como muy positiva, no solamente por la solidez empresarial referida al tratamiento de los residuos, que es un tema delicado que tiene que ver con toda la cuestión ambiental, sino también por una positiva política social. Se está tratando de encauzar positivamente la situación que se genera dentro del predio. La Iglesia lo acompaña directamente desde la Pastoral del Basural y también desde la Mesa del Basural, que es un ámbito que convoca la Iglesia pero que agrupa a gente de distintos sectores y ámbitos. En este sentido, creemos que hemos crecido. Falta más, mucho más, porque la situación social es compleja, pero creo que hemos dado pasos muy importantes con respecto a cómo estábamos el año pasado en este mismo mes.

-En los últimos meses se ha visto más gente que duerme en la calle. ¿Coincide?

-Ya lo notamos en los meses de octubre y noviembre. Ahora se da por una cuestión estacional. Hay mucha gente que viene de afuera y que obviamente viene a hacerse su temporada. Esto se genera todos los veranos. Pero en los últimos tres meses del año pasado se notó un poco más de presencia de personas en situación de indigencia. Fue lo que dieron los datos oficiales: un poquito más bajo el índice de pobreza pero el doble de indigencia en Mar del Plata, lo que queda reflejado en las personas en situación de calle. Hoy tenemos desbordado el parador del Hogar Nazaret.

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