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La Ciudad 7 de mayo de 2025

Milei, entre el liderazgo y el desgaste, los trabajos que desaparecerán por el IA y el poco pescado que se consume en el país

Todos los entretelones de lo que es noticia en Mar del Plata

En otro de los encuentros del fin de semana –asado en barrio privado del sur–, el reconocido periodista capitalino –otro de los fustigados por el presidente Javier Milei en sus redes sociales– recibía en su teléfono y compartía los resultados de dos encuestas y trabajos realizados por la consultora Tendencias. “Milei mantiene el liderazgo, pero el desgaste comienza a sentirse”, dijo a modo de presentación. La nueva encuesta nacional muestra que el Presidente conserva niveles de apoyo elevados, aunque con señales claras de deterioro. Crecen la preocupación económica y el escepticismo sobre el rumbo del país. El presidente Javier Milei continúa al frente de los niveles de imagen positiva y también lidera la intención de voto de cara a una eventual reelección. Sin embargo, la encuesta muestra síntomas de fatiga en la sociedad, especialmente por el impacto económico del ajuste.

 

 

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Con una muestra nacional representativa, el sondeo señala que Milei mantiene una imagen positiva superior al 50 %, aunque con una caída de varios puntos respecto del mes anterior. La gestión del Gobierno nacional, por su parte, obtiene una aprobación del 45 %, en un contexto de creciente preocupación ciudadana por la inflación, la pérdida del poder adquisitivo y los recortes en áreas sensibles como jubilaciones, subsidios y programas sociales. Según el informe, la mayoría de los encuestados considera que la situación económica empeoró en los últimos meses. Esta percepción no solo domina entre opositores: incluso dentro de los votados del oficialismo se empieza a instalar el malestar. El optimismo sobre el futuro se fragmenta: mientras el núcleo duro de seguidores libertarios cree que “el esfuerzo valdrá la pena”, amplios sectores sociales expresan dudas. La inflación, el desempleo y la caída del consumo figuran como los temas que más preocupan, por encima de otras cuestiones como la inseguridad o la corrupción.

 


La figura de Javier Milei sigue generando adhesión en buena parte del electorado, pero el informe subraya una tendencia a la baja. Aun así, se mantiene claramente por encima de sus competidores. Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri continúan siendo los dirigentes más polarizantes, con niveles de imagen negativa elevados, pero con núcleos duros de apoyo fiel. Sergio Massa se sostiene en una zona intermedia, sin grandes variaciones desde los últimos meses de 2024. En cambio, figuras como Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta muestran un retroceso sostenido en su imagen positiva, reflejo quizás del reacomodamiento de Juntos por el Cambio, hoy sin liderazgo definido ni narrativa unificada. La encuesta también indica sobre los temas que más preocupan a los argentinos. La economía es, por amplio margen, el eje dominante. Le siguen la inseguridad, la salud y la educación. En contraste, las reformas judiciales o los temas institucionales aparecen al final del listado de prioridades. El informe destaca que existe un fuerte rechazo a ciertos recortes aplicados por el gobierno, especialmente en jubilaciones, ayudas sociales y subsidios, a pesar del respaldo general al orden fiscal.

 

 

 

Aunque aún falta mucho para 2027, el estudio incluye una pregunta de intención de voto en un eventual escenario de reelección. Javier Milei vuelve a encabezar, pero con diferencias más ajustadas que en sondeos anteriores. Sergio Massa aparece como el principal referente opositor con chances, mientras que el universo de Juntos por el Cambio todavía no logra reorganizarse tras la derrota de 2023. La ausencia de liderazgos nítidos y las divisiones internas complican cualquier relanzamiento. El informe de abril funciona como una radiografía del momento político argentino: una sociedad que todavía apoya mayoritariamente al gobierno, pero que empieza a manifestar incomodidades y dudas. La “luna de miel” parece entrar en su etapa final. El estudio de Tendencias deja un mensaje claro: la legitimidad presidencial sigue firme, pero ya no es incondicional.

 

 

¿Qué pasa con las redes sociales? Otro estudio de la consultora Tendencias sobre la actividad de 35 dirigentes argentinos en redes sociales entre enero y abril revela que, aunque el oficialismo conserva el primer lugar en popularidad digital, comienza a mostrar señales de desgaste. Con más de 13.000 publicaciones relevadas entre el 1 de enero y el 28 de abril, el informe nacional de redes sociales elaborado por Tendencias confirma un dato que ya empieza a asomar en las encuestas: el gobierno de Javier Milei conserva altos niveles de visibilidad en redes, pero su influencia comienza a erosionarse. El estudio analizó la actividad de 35 figuras políticas de seis espacios distintos en las principales plataformas: Instagram, X (ex Twitter), Facebook y TikTok. En el recorte general, La Libertad Avanza se ubica al tope del ranking de “me gusta” recibidos, seguido por el peronismo y el Frente de Izquierda.

 

 


Sin embargo, el cuadro cambia cuando se observa la evolución mensual. Tras un pico de actividad en diciembre y enero, en el que el oficialismo superó los 14 millones de “me gusta”, la curva descendió de manera sostenida durante febrero, marzo y abril. La caída coincide con el escándalo del ‘criptogate’ y sugiere una pérdida de centralidad en la conversación pública. “El dato acompaña la tendencia que ya marcan algunos sondeos: se empieza a percibir cierto desgaste en la base electoral del gobierno”, señalan desde la consultora. En el mismo período, el peronismo y la izquierda mostraron un repunte en marzo, aunque también retrocedieron en abril. El radicalismo también sufrió una caída. La baja generalizada de interacciones en casi todos los espacios políticos abre interrogantes: ¿expresa apatía o hartazgo hacia la política?

 

 

 

El ranking individual de ‘likes’ lo encabeza Javier Milei, seguido de su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el vocero presidencial, Manuel Adorni. En el cuarto lugar aparece la dirigente de izquierda Myriam Bregman, seguida por Cristina Fernández de Kirchner, aunque con una actividad digital bastante menor. Cierran el top 10 Ramiro Marra (LLA), Juan Grabois (UP), Axel Kicillof (UP), José Luis Espert (LLA) y Mauricio Macri (PRO). El informe destaca que, si bien los referentes del oficialismo conservan posiciones destacadas, su caída en interacciones promedio por publicación –tanto en Instagram como en X– es clara. El análisis muestra además que Instagram y X son las redes preferidas por los dirigentes para comunicar, aunque cada espacio parece tener su propia estrategia. Mientras los libertarios sobresalen en X, la izquierda se impone en cantidad de publicaciones, y el peronismo mantiene una actuación pareja en todas las plataformas. En un escenario político de alta volatilidad, las redes sociales ofrecen una fotografía dinámica del humor social. Pero también presentan sus límites. Como advierte la propia consultora, el impacto digital no siempre se traduce en intención de voto o aprobación real. Sin embargo, cuando los cambios en las métricas acompañan a otras señales –como las encuestas o la calle–, pueden convertirse en un indicador temprano de tendencias más profundas.

 

 

 

Interesante resultó la informal charla entre una de las máximas autoridades de la Universidad Nacional de Mar del Plata con un par de periodistas locales en el Hotel Provincial tras el acto de entrega de medallas a 127 nuevos médicos egresados de la Escuela Superior de Medicina de la UNMdP. Se habló acerca de cuáles serán los primeros trabajos en caer por el avance de la inteligencia artificial (IA) y, en este sentido, se indicó que la automatización impulsada por la IA amenaza hasta el 60 % de los empleos actuales, según PwC, McKinsey y el Foro Económico Mundial. Según McKinsey, para 2030, el 30 % de los trabajos en Estados Unidos podría estar automatizado, mientras que el 60 % se vería modificado por herramientas de IA. Goldman Sachs predice que hasta un 50 % de los empleos podrían automatizarse completamente para 2045, impulsados por la IA generativa y la robótica. La firma estima también que cerca de 300 millones de empleos, es decir, el 25 % del mercado laboral mundial, podrían ser desplazados.

No obstante, trabajos manuales en construcción, oficios especializados, instalaciones, reparaciones y mantenimiento muestran mayor resistencia frente a la automatización, según las previsiones. Los especialistas advierten sobre una posible “gran desapalancamiento”, donde el aumento de la productividad debido a la IA podría desplazar a los trabajadores más rápido de lo que se crean nuevos puestos, un proceso que podría ocurrir en las próximas dos décadas. Un informe del Foro Económico Mundial, en tanto, estima que el 40 % de las tareas de programación serán automatizables para 2040. En contraste, profesiones basadas en la empatía, como la enfermería, la terapia y el trabajo social, ofrecen mayor resistencia. Una investigación de The Lancet de 2023, se recalcó, prevé que solo el 25 % de las tareas administrativas médicas desaparecerán para 2035, pero el cuidado directo al paciente sigue siendo esencialmente humano. La educación y el liderazgo estratégico también se perfilan como áreas en las cuales la IA tendrá menor impacto. Un informe de la OCDE de 2024 sugiere que apenas el 10 % de las tareas de enseñanza serán automatizadas para 2040.

 

 


A pesar de contar con una extensa costa atlántica y una rica biodiversidad marina, Argentina se encuentra significativamente rezagada en el consumo de pescado, alcanzando apenas un 25 % del promedio mundial. La preocupante cifra fue resaltada por Raúl Cereseto, presidente de la Fundación Latinoamericana de Sostenibilidad Pesquera, quien advirtió que esta tendencia persiste incluso durante la tradicionalmente pesquera Semana Santa. Según Cereseto, el consumo per cápita anual en el país se sitúa en escasos 5 kilogramos, una cifra alarmantemente baja si se compara con la media global de 20 kilogramos. “Somos un país bastante indiferente a la proteína del pescado como alternativa de consumo”, lamentó el dirigente en declaraciones a Chacra Agro Continental.

 

 


Las razones detrás de este bajo consumo serían multifactoriales, incluyendo la ausencia de campañas de promoción efectivas, una oferta a menudo limitada y una falta de educación alimentaria en la población. “Estos son los principales desafíos del sector”, enfatizó Cereseto. Un reciente relevamiento realizado por la Fundación en más de quince puntos del país, incluyendo la propia Mar del Plata, reveló un dato llamativo: por primera vez en años, el precio del kilo de merluza resultó ser inferior al de la carne vacuna durante la previa a Semana Santa. Sin embargo, este factor económico no se tradujo en un aumento significativo del consumo de pescado. El estudio arrojó que el 68,9 % de los encuestados manifestó su preferencia por la carne durante las festividades religiosas, diluyendo la tradicional inclinación por el pescado en estas fechas.

 

 


“La gente no come pescado porque no sabe cómo prepararlo”, explicó Cereseto, quien también es empresario del sector. “En los programas de cocina casi no se lo muestra. Y si no hay cultura gastronómica, es muy difícil que el consumo crezca”. El presidente de la Fundación también criticó la falta de estrategias concretas tanto a nivel estatal como sectorial, contrastando la situación argentina con iniciativas como la incorporación del pescado en los comedores escolares en España. “Acá no tenemos campañas ni políticas de promoción sostenidas”, sentenció. A pesar del bajo consumo interno, el sector pesquero argentino mantiene una importante actividad exportadora. Cereseto recordó que en 2018 las ventas de pescado al exterior superaron a las de carne vacuna, aunque reconoció que fue un hecho aislado. Actualmente, se exportan alrededor de 600.000 toneladas anuales, lo que genera una facturación promedio de 2.000 millones de dólares. No obstante, el dirigente señaló que la rentabilidad no es uniforme en todas las especies.

 

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El sector pesquero argentino, y en particular su mayor polo de actividad, el puerto de Mar del Plata, enfrentan una situación más que delicada, que pone en riesgo la continuidad de sus operaciones. Con más de cuarenta años como consultor especializado, César Lerena, experto en temática pesquera y del Atlántico Sur y presidente del Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CEPEL), recordó en declaraciones periodísticos que el año pasado el ministro Federico Sturzenegger aseguró que la industria “se roba el pescado de los argentinos”, desconociendo deliberadamente el pago de retenciones y generando una gran indignación en el sector. Lerena, sin embargo, es tan crítico de la política antiindustrial del gobierno nacional como de la escasa capacidad de reacción del sector en defensa propia, luego de las exitosas movilizaciones de enero de 2024, cuando trabajadores y empresarios actuaron de manera coordinada.

 

 

“Sturzenegger –aseguró Lerena en diálogo con Página 12– tuvo un primer intento de extranjerizar el mar argentino e incluyó esa idea en el texto original de la Ley de Bases, que no se aprobó. El intento fue fallido, pero luego, en la práctica, termina logrando esos mismos objetivos. Sturzenegger pretendía que flotas extranjeras pescaran en mar argentino y ni siquiera tuvieran que desembarcar en nuestros puertos. Eso hubiera generado la quiebra generalizada de todo el sector. Hasta parece que hubiera una intencionalidad de Sturzenegger de provocar esa quiebra, tal vez como consecuencia de aquella oposición que truncó el primer proyecto libertario. Asistimos a una especie de vendetta”, especificó. Y añadió que el sector “no tiene una posición homogénea. Hay una infinidad de cámaras y de sindicatos y esa fragmentación dificulta la construcción de acuerdos de política pesquera. En esto, sin embargo, hay una posición común, porque esta combinación de dólar bajo y costos altos es incompatible con la exportación. El sector espera un dólar más competitivo, al igual que toda la industria nacional, pero el Gobierno cree que en el dólar bajo como política antiinflacionaria. A la vez, aumentaron el gasoil y la energía eléctrica, los principales insumos de la actividad pesquera. Y tiene una presión por la actualización de salarios que no logra resolver”.