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Policiales 4 de febrero de 2020

Misterio en torno a la muerte de un docente en Colinas Verdes

La ciencia forense propone el escenario del homicidio en el caso del docente Alejandro De Angeli, cuyo cuerpo fue hallado en su casa de Colinas Verdes en medio de un charco de sangre. Un caso complejo de resolver.

Alejandro Marcelo De Angeli (64) murió desangrado en su casa del barrio Colinas Verdes. Se cree que alguien lo golpeó en la cabeza en otro lugar y que pudo regresar. Que tal vez la conmoción lo llevó a no pedir ayuda y a recostarse en la cama. Y que, probablemente, en medio de la madrugada se descompensó, fue hasta el baño y allí fue su final.

La muerte de Alejandro De Angeli (64) conmovió a la comunidad docente de Mar del Plata donde él era un integrante muy querido. Su paso por distintos establecimientos escolares y en especial su “conexión” con los alumnos, en especial los adultos, lo hicieron un maestro reconocido.

El domingo al mediodía un vecino de la casa que ocupaba De Angeli en Colinas Verdes (el paraje ubicado a las afueras de la ciudad por la ruta 226) fue a buscarlo porque le preocupaba su demora: lo había invitado a un asado y De Angeli no aparecía.

Fue allí, en el interior de la casa de Querandíes entre Araucanos y Tehuelches que el vecino se encontró con el peor de los cuadros que podía imaginar. De Angeli estaba muerto, en el baño, en medio de un gran charco de sangre.

El fiscal Fernando Castro fue informado del hallazgo y de inmediato se convocó al cuerpo de peritos forenses de la Policía Científica especializado en Escena del Crimen. Bajo el mando del comisario mayor Hernán Gacio, los peritos descubrieron que De Angeli había permanecido un tiempo en su cama y que en su mismo automóvil también había rastros de sangre.

Debido a que en la vivienda no había desorden y ante las manchas hemáticas en el auto y en una pared exterior, la primera hipótesis fue que la herida en la cabeza por la que había sangrado había sido provocada en otro lugar.

La autopsia arrojó que el fallecimiento fue como consecuencia de la hemorragia y que la lesión en el cráneo era contusa, con un corte propio de un elemento angular y con la posible intervención de otra persona. Es decir, que no había sido una caída, por ejemplo.

Las últimas horas

El viernes por la tarde más de 40 horas antes de que descubrieran su cuerpo, De Angeli había llegado a su casa a bordo del vehículo Volkswagen. Unos vecinos lo observaron arribar y también algunas cámaras de seguridad -luego analizadas por la policía- lo habían grabado cerca a Colinas Verdes.

De acuerdo a la investigación judicial, por esas horas, las 19 del viernes, De Angeli le escribió un mensaje a su ex esposa para avisarle que había llegado a la quinta. Pese a estar separados, mantenían una buena relación.

Para los peritos, la muerte de De Angeli ocurrió entre la noche del viernes y la madrugada del sábado. No obstante el cálculo de la data del fallecimiento pudo verse alterado por las altas temperaturas que afectaron el proceso natural de descomposición.

Lo que sí pudo conjeturarse con cierto grado de certeza, o al menos es la hipótesis más fuerte que maneja el fiscal Castro, es que a De Angeli lo golpearon fuera de su casa. Tal vez cuando hizo algunas compras y que, herido, condujo su vehículo.

Al revisarse las distintas pertenencias de De Angeli se estableció que faltaba su teléfono celular y hasta ayer no habían sido encontradas las tarjetas bancarias que utilizaba para extraer dinero de su cuenta. Vale recordar que la víctima estaba jubilado como maestro de escuela primaria, pero seguía trabajando como profesor de literatura en dos escuelas secundarias municipales: la 202 y la 209.

La escena del crimen reveló una secuencia: que De Angeli llegó herido en el automóvil, que se apoyó en una pared externa y dejó manchas de sangre, que dentro de la casa se fue a su habitación y se acostó, que tomó una bebida y que en un momento de la madrugada se fue al baño. Frente a la pileta y el inodoro se desvaneció y murió.

Para el fiscal Castro, si la hipótesis de esta sucesión de hechos se mantiene, solo puede tratarse de un homicidio preterintencional. Significa que el agresor se peleó o lo golpeó pero sin la resuelta idea de matarlo. No obstante, la falta del teléfono y la documentación personal son evidencia de que De Angeli pudo haber sido víctima de un robo.

En tanto, los familiares iniciaron por redes sociales la búsqueda del teléfono Samsung A10 de De Angeli, en un intento por buscar algo de luz.



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