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Arte y Espectáculos 22 de noviembre de 2017

Misterio sobrenatural en “Thelma”, de Joachim Trier

Joachim Trier junto a las actrices Eili Harboe, quien interpreta a Thelma, y Kaya Wilkins, en el rol de su amiga Anja.

Inquietante, perturbadora en tanto indaga en la capacidad de la psiquis para crear y modificar la realidad, el filme “Thelma” apuesta al misterio y vincula una extraña enfermedad con poderes sobrenaturales.

Proyectada en la sección internacional de este Festival de Cine, la película representó una co-producción entre Noruega, Suecia, Francia y Dinamarca, con dirección del dinamarqués Joachim Trier, primo del famoso realizador Lars Von Trier.

El misterio no está ausente: una reminiscencia a la famosa “Los pájaros” de Alfred Hitchock sobrevuela como clima, tono, atmósfera de la cinta, en la que parece clave el tema de la liberación del poder paternal por parte de una hija para alcanzar cierta felicidad, aunque sea precaria.

Thelma, la protagonista, intenta iniciar sus estudios académicos en la universidad. Deja su hogar en la ruralidad nórdica para ingresar al mundo de las grandes ciudades.

Tímida, solitaria, poco acostumbrada a la vida grupal, la joven logra amigos y amigas aunque el vínculo con ellos y ellas no será fácil. El despertar de la sexualidad está presente, al igual que el control social que la religión impone en su conducta (la fe, como una medicina, que trae consigo desde su hogar paterno).

A medida que la pulsión sexual crece, la represión será más grande y las consecuencias cada vez más misteriosas para esta chica que, con el devenir del filme, irá descubriendo horrorosas historias encerradas en el seno de su propia familia, que la tienen como protagonista, y que corren el rol de buenos y malos en el interior del grupo primario.

“Solo asegúrate de saber quién eres”, le pide el padre a Thelma. Una pregunta nada sencilla, que la chica tendrá que responder, aunque esa respuesta suponga llegar hasta consecuencias oscuras.

La tradicional simbología que remite al mito del infierno, con su conjunto de víboras, gusanos, peces y hasta murciélagos, en un ambiente de nieve y mares congelados, abreva en esa misma atmósfera de intriga que, con seguridad, celebrará un espectador acostumbrado a los filmes de género.

Aunque nadie de la producción acompañó la proyección en Mar del Plata, en la sala Ástor Piazzolla del Auditorium, las palabras del director escritas en el catálogo del festival pueden servir de guía.

“Soy un director que viene de la butaca del cine, de ver películas, muchas veces me preguntan sobre Bergman y Antonioni, pero estamos más en la tradición de Lynch y Cronemberg, y por supuesto Hichcock: la manera en que manejan conceptos de la psicología humana y cómo la ansiedad y el trauma, el yo interior podían ser el punto de partida para contar una historia de suspenso”, explicó.

“Queríamos algo que tuviera un potencial visual como para adentrarse en pesadillas y misterios, apoyándonos en el género”, agregó.