"En este momento siento que es muy importante que nos encontremos, de la forma que sea" analizó el artista, antes de su regreso a Mar del Plata.
“Es hermoso para mí volver a Mar del Plata, siempre”, aseveró Mocchi, el artista uruguayo que hace de sus canciones una poderosa herramienta de expresión de sus miedos, luchas, convicciones y deseos.
Con su nuevo material, “El frío que nos convoca”, subirá a escena en la sala Payró del Teatro Auditorium este viernes, 25 de abril, a las 21. “Me han dicho que es una sala hermosa. A mí me encanta tocar en teatros y salas, ese es mi lugar favorito a la hora de poner las canciones”, confió el artista.
Mocchi, tan atento como perceptivo, tan exquisito como militante, asevera que hace arte “para cambiar el mundo” y, en ese sentido, su compromiso va en lograr el encuentro, que llegue el mensaje, más que en el hecho artístico en sí.
“Por las nuevas tecnologías y, obvio también por el contexto político y social de cada lugar al cual llegan las músicas”, impacta de manera diferente cada presentación.
“Viajo a tocar a lugares muy distintos, y los shows son muy diferentes cuando la gente tiene señal, celular en la mano y cuando no. También cuando los espacios son más chicos, la gente suele estar más presente, porque está más expuesta. También es muy distinto cuando tocás con entrada libre, o en un país donde sabés que la gente puede pagar la entrada con facilidad o en un pueblo donde sabés que dejaron de hacer otra cosa para poder estar ahí o que hicieron un sacrificio tremendo para pagar la entrada. Todas esas son cosas que impactan en el valor del encuentro, y siempre están en movimiento. En este momento siento que es muy importante que nos encontremos, de la forma que sea”, analizó.
“El frío que nos convoca” cuenta con canciones contundentes, fieles a la identidad musical y personal que ha ido construyendo Mocchi, a lo largo de su recorrido artístico.
Nacido en Uruguay en 1990, Mocchi cuenta con cinco discos de estudio: “La velocidad del paisaje”, “Mañana será otro disco”, “1990”, “La certeza del dolor” y “El frío que nos convoca”. Este último es un álbum que no tenía pensado editar, pero que se precipitó al conocer la historia de “un chabón al que se le ocurrió tirar una molotov en una habitación donde dormían cuatro lesbianas pobres. Me pareció una escena de terror, simbólicamente espantosa. No pude decir nada más ese día, pero escribí ‘Compostaje’ y decidí impulsivamente grabar el disco”, compartió.