La Ciudad

Montenegro, la apuesta de Vidal que cumplió el objetivo

“Si te vas a vivir a Mar del Plata hacé política, caminá la ciudad y vamos viendo”. Noviembre de 2017. La gobernadora María Eugenia Vidal se disponía a viajar a China y se reunía con Guillermo Montenegro. Y harta ya de las polémicas, discusiones y posturas diferentes indisimulables con el intendente Carlos Arroyo, le formulaba ese particular pedido.

El diputado nacional, ex juez federal, ex ministro de Justicia y Seguridad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y ex embajador argentino en Uruguay designado por el presidente Mauricio Macri en 2015 ya tenía la decisión tomada.

Sin embargo, nadie hubiese imaginado hace menos de dos años que el hombre que volvía a su ciudad natal con el aval de la gobernadora para intentar ser intendente, finalmente lograría su sueño en la primera contienda electoral que participaba en Mar del Plata. Cuando en aquellos días se mencionaba que el diputado nacional Guillermo Montenegro aspiraba a ser jefe comunal, el intendente Arroyo lo “ninguneaba” y sostenía que él sería reelecto mientras que otros, en la alianza gobernante, manifestaban que Vilma Baragiola tenía todos los boletos como para acceder al premio mayor y calificaban como un imposible la instalación de la figura del hombre del PRO en tan poco tiempo.

Ayer domingo, Montenegro fue elegido intendente por marplatenses y batanenses, Arroyo hizo historia convirtiéndose en el hombre que menos porcentaje de votos logró en un intento reeleccionista, no sólo en la ciudad sino seguramente en todo el país -no llegó al cuatro por ciento, uno menos que en las PASO- mientras que Baragiola no estuvo en las boletas en el cuarto oscuro y el radicalismo puro no tuvo candidato propio en la ciudad en la que gobernaron Angel Roig, Elio Aprile y Daniel Katz.

Montenegro le dio quizás la única alegría a la gobernadora y al PRO en un domingo “negro” para el oficialismo, que nada pudo hacer ante la ola de cambio, más bien un tsunami, que optó por Axel Kicillof a nivel provincial y por Alberto Fernández a nivel nacional, para gobernar los próximos cuatro años.

Raverta no pudo

Quien no pudo aprovechar esa oportunidad histórica fue la candidata local del Frente de Todos, Fernanda Raverta. Cerca estuvo de convertirse en la primera mujer en ser intendenta de la ciudad, y a la vez darle a La Cámpora y en consecuencia al justicialismo, el gusto de por fin ser gobierno en la ciudad, a 65 años del último triunfo peronista.

Sin embargo, muchos se preguntaban anoche qué hubiese pasado en Mar del Plata si el Frente de Todos hubiese tenido unas PASO entre Raverta y Gustavo Pulti. En agosto pasado, Raverta le “taponó” a Pulti la posibilidad de volver a ser intendente cuando le impidió ser parte de las PASO del Frente de Todos.

Raverta se quedó con la boleta larga y obligó a Pulti a competir solo con la papeleta local, por lo que debió aliarse a la tijera. Ayer el ex intendente, obteniendo el 10 por ciento de los votos -menos de los que esperaba-, de alguna manera le quitó a Raverta la posibilidad de ser intendenta. Ambos terminaron pescando votos en el mismo río.

La suma de los votos de Raverta y Pulti supera ampliamente a la que obtuvo Montenegro. “La polarización se llevó puesto a Acción Marplatense”, admitían cerca de Pulti.

“Si le daban las PASO a Pulti en el Frente de Todos hoy estaríamos hablando de otra cosa. No tengo dudas”, admitían anoche con “honestidad brutal” en el búnker ganador de Montenegro donde también reconocían que se trastrocaron aquellos planes que existían cuando “El Gordo”, como lo llaman sus amigos, se lanzó a recorrer la ciudad que ahora le tocará gobernar. “Una cosa era imaginar ser el intendente de Mar del Plata con María Eugenia en la gobernación y Mauricio en la Nación y otro panorama totalmente diferente es el que aparece ahora”, refería una de sus principales espadas en animada charla con Alejandro Rabinovich, jefe de campaña de Montenegro, quien era felicitado por todos a partir del excelente trabajo realizado. “En menos de dos años lo convirtió en intendente. Cuando el “Ruso” llegó a operar muchos se le reían. Hasta juraban que el candidato a intendente por el PRO finalmente sería Franco Bagnato. Ahora muchos de esos están llamándolo por teléfono para ver si enganchan un puestito”, ironizaba el colega de prensa que siguió a sol y sombra al candidato durante la campaña.

Una tarea nada fácil

No será fácil la tarea que le espera al intendente electo. Se encontrará con una ciudad con guarismos negativos en todas las áreas tras una olvidable gestión de quien fue el peor intendente de la historia de la ciudad, según se coincide en señalar en todos los ámbitos políticos, lo cual además fue ratificado por la ciudadanía, lo que quedó más que claro con sólo constatar los escasos votos que el doctor Arroyo cosechó ayer, en su trasnochado sueño reeleccionista.

Si bien la vara quedó muy baja, y cualquier acción que se desarrolle a partir del 10 de diciembre marcará un cambio en relación al gobierno que se va, le tocará a Montenegro gestionar en un contexto nada fácil. El justicialismo tendrá una bancada muy fuerte en el Concejo Deliberante, por lo cual necesitará diálogo y acuerdos sobre temas básicos con la oposición. Buscará diferenciarse desde el vamos con quienes en estos cuatro años hicieron retroceder a la ciudad -ya anunció que no va a a tener en su gabinete a ningún funcionario que haya sido parte de la gestión Arroyo- y deberá tender puentes con el gobernador Kicillof.

“No va a ser fácil. Esta será una de las pocas ciudades amarillas de la provincia y nadie le va a regalar nada”, expresaba con preocupación uno de los concejales electos de la lista de Montenegro, aunque el experimentado operador y mano derecha del futuro intendente bajaba los decibeles: “No hay gobernador que vaya a dejar que Mar del Plata, vidriera de la provincia, se hunda o quede librada al azar”.

Párrafo aparte para el futuro gabinete del intendente electo. Si bien trascendió que el sucesor de Arroyo ya tiene en mente los nombres de al menos los principales secretarios que lo acompañarán en los puestos claves -los saben sólo él y Rabinovich- hay quienes especulan con la posibilidad de que, tal como sucedió en La Matanza hace cuatro años cuando Vidal ganó la Provincia y muchos de los funcionarios de la gestión de Scioli desembarcaron en el municipio gobernado por Verónica Magario (vicegobernadora electa), ahora a la inversa, se repita la situación con algunas figuras del gabinete de la gobernadora quienes no tendrían inconvenientes en ser parte del equipo de Montenegro. “A todos les gusta Mar del Plata”, chicanean cuando se pregunta sobre este tema.

“Tenemos que empezar a trabajar mañana mismo. Cuando asumamos, la temporada ya estará en marcha. El 10 de diciembre entramos al edificio municipal como nuevas autoridades, pero se empieza a trabajar mañana mismo”, arengó a su tropa Montenegro.

La importancia de la transición

Se viene ahora también la transición con el actual gobierno. Las designaciones de más personal municipal en las ultimas semanas, el “dibujo” de las cuentas con supuesto superávit, las decisiones del intendente, en su retirada, de otorgar y ceder espacios que pertenecen al patrimonio municipal, son cuestiones que preocupan en el equipo de Montenegro, razón por la cual reclamarán ser parte activa en la toma de decisiones en los últimos días de la gestión de Arroyo, quien una vez en el llano deberá recorrer con asiduidad los pasillos de Tribunales y del Tribunal de Cuentas de la provincial a la luz de las demandas que ya se han presentado y las que se iniciarán con el correr de los días.

“No queremos más sorpresas ni bombas a detonar”, explican. Es que a días de asumir, el nuevo intendente deberá abonar el aguinaldo a los trabajadores municipales. ¿Se encontrará con fondos o deberá ya desde el vamos pedirle dinero a la Provincia? Dilemas que comenzarán a develarse en cuanto puedan acceder a los números reales de la economía municipal.

Asume Montenegro en la ciudad que lidera el ranking nacional de desocupación y donde casi un tercio de la población se encuentra en la pobreza, tras cuatro años de gestión de un gobierno municipal que hizo del aislamiento político con la Provincia y la Nación, del enfrentamiento con las instituciones y entidades locales y del destrato al Concejo Deliberante, una bandera cuyos resultados están a la vista. Reconstruir esos puentes y poner a la ciudad de pie serán tareas a encarar por las nuevas autoridades. No será un desafío menor.

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