La Ciudad

Multitudinaria, en familia y llena de color: así se vivió la Caravana de la Primavera en las calles de Mar del Plata

Tras dos postergaciones por mal tiempo, la tradicional bicicleteada se llevó a cabo este domingo con alrededor de 25.000 participantes que recorren la ciudad. Todo el color de un evento que une generaciones y contagia alegría desde hace 65 años.

El pronóstico, esta vez, acompañó con todo. Desde el 21 de septiembre venía postergándose, pero la espera valió la pena. La 65° Caravana de la Primavera se realiza este domingo con excelentes condiciones climáticas y cerca de 25.000 personas que salieron en bicicleta a recorrer la ciudad en familia y llenaron de color desde temprano las calles de Mar del Plata.

Incluso antes de las 8 ya había ruedas girando en el punto de encuentro, en Matheu y Jujuy, donde está la sede del Oratorio Juvenil Pequeño Mundo de la Obra Don Orione, entidad fundada en 1961 y encargada de organizar este tradicional evento que, con la excusa de darle la bienvenida a la primavera, reúne a miles de familias desde hace 65 años.

La caravana es una actividad típica de Mar del Plata. Es, desde hace tiempo, parte de su identidad. Y este año, como tantas otras veces, debió postergarse en dos oportunidades por el mal tiempo y los cambios a último momento en el pronóstico, algo tan propio de la ciudad como el evento en sí mismo. Afortunadamente, noviembre fue más generoso y este domingo, al fin, una multitud llena de color salió a pedalear bajo el sol.

Lautaro Spadavecchia, integrante del Pequeño Mundo, manifestó a LA CAPITAL minutos antes de la largada su alegría por poder llevar adelante el evento. “Parece que vamos a tener un domingo muy lindo, con buen tiempo”, anticipó. Y tuvo razón: el día estuvo plenamente soleado y la temperatura superó los 20 grados.

La esquina de Matheu y Jujuy se colmó antes de las 9. Con la canción “Tu jardín con enanitos” en versión cumbia se encendieron los parlantes y la música comenzó a acompañar a los presentes hasta terminar de acomodarse para la salida.

Como es habitual en esta gran fiesta popular y familiar, además de la impresionante imagen de la multitud, las bicicletas decoradas con flores, guirnaldas y creativas intervenciones artísticas fueron un espectáculo en sí mismas. También los ciclistas de todas las edades, que no dudaron en vestirse especialmente para la ocasión, con sombreros, pelucas y disfraces.


“Hagan lío”

El lema elegido para este año fue “Hagan lío por un mundo mejor”, en referencia al mensaje del papa Francisco dirigido a la juventud. En este caso, buscó también “decirle a la sociedad que es importante dejar un ratito el teléfono y la computadora, y salir a hacer algo al aire libre que sirva, que aporte”, indicaron desde Pequeño Mundo.

Cada año, la organización de la caravana moviliza a un gran equipo del oratorio juvenil. Tanto en los preparativos como en el desarrollo del evento, los jóvenes con sus clásicas pecheras de colores acompañan a los caravanistas, animan la procesión, aportan música y humor, entregan los solapines (entrada simbólica que este año costó apenas $3000), atienden el “Pinchazo” y reparan cualquier desperfecto de las bicicletas, siempre dispuestos durante toda la jornada.

Pero también sobresalen los niños con pecheras rojas que dicen “futuro organizador”, dando sus primeros pasos en la experiencia. Y, en el otro extremo, los veteranos de Pequeño Mundo, adultos mayores que cada año colaboran preparando el desayuno para los servicios.

“La verdad es que es muy emocionante. Los veteranos siempre vuelven a colaborar, armando el desayuno para la policía, Defensa Civil, Tránsito, la Cruz Roja y todos los que vienen a ayudar. Es algo histórico y muy lindo que siempre estén. Creo que pasa que nunca te alejás de Pequeño Mundo, siempre está con nosotros”, señaló Spadavecchia, quien confirmó una participación de “entre 20.000 y 25.000 personas”.


A pedalear

Con un sol pleno y música variada, la caravana avanzó por Matheu, avenida Independencia, llegó a Juan B. Justo y avenida de los Trabajadores después de las 10 y, desde allí, emprendió el tramo más largo hasta el Centro Scout Mar del Plata, junto al Faro, donde al mediodía hubo una pausa para descansar, comer algo y reponer energías.

Varios participantes, como suele suceder, se sumaron a mitad de camino. Esperaron a que llegara la multitud y se anexaron con sus bicicletas decoradas para continuar el recorrido, siempre escoltados por los servicios que garantizaron la seguridad del evento.

La caravana avanzó a buen ritmo durante todo el trayecto, sin apuro. El regreso, más lento por el cansancio acumulado, empezó después de las 14 por la costa hasta la avenida Luro y finalizará en el monumento al General San Martín, cerca de las 16.30, donde se llevará a cabo el acto de clausura.


Más allá del recorrido, la variedad de disfraces y las cifras, la Caravana de la Primavera volvió a confirmar su espíritu: un encuentro que une generaciones, que contagia alegría y que recuerda, año tras año, que todavía hay espacio para celebrar lo simple.

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