Arte y Espectáculos

Muriel Santa Ana: “El cine ha dejado afuera a buena parte de la humanidad”

La actriz pasó por el Festival de Mar del Plata, confirmó la segunda parte del programa "Sufragistas" y confió en la potencia del movimiento de mujeres.

La actriz Muriel Santa Ana prepara su segunda incursión en el documental “Sufragistas. Pioneras de las luchas feministas“, con dirección de Federico Randazzo y cuya primera parte proyectó Canal Encuentro. El ciclo repasó las vidas de mujeres que ayudaron a preparar el camino para que el género femenino pudiera votar en Argentina.

“Ese programa me cambió la vida, aprendí mucho por el trabajo de campo que hicimos y por la investigación”, contó la intérprete, que pasó por Mar del Plata para participar del primer Foro sobre Cine y Perspectiva de Género que, por primera vez, se realizó en este Festival de Cine.

Convencida de la necesidad de repensar los estereotipos que plantea el cine en relación a las mujeres, Santa Ana contó a LA CAPITAL que la movilización de actrices, directoras de cine, guionistas y trabajadoras de los rubros técnicos en torno a lograr una paridad de género viene en el sector desde 2015.

“Esto es transversal, esto lo atraviesa todo”, dijo sobre los cambios que plantea el movimiento feminista en todos los campos, incluido el del séptimo arte. “No sé si el cine debería ser expresión de algo, el cine se define por el mismo cine pero entendemos que el cine ha sido reproductor de ciertos paradigmas femeninos y que ha dejado afuera a buena parte de la humanidad, entonces es hora que aquellas mujeres trabajadoras del cine y que los hombres también tengan la fuerza y la valentía y el apoyo para poder contar otro tipo de historias”, agregó.

Consultada sobre lo factible de plasmar aquellos cambios que buscan las actrices, opinó que el foro que reunió a realizadoras fue “un gesto” más a favor de lograr una igualdad entre hombres y mujeres.

“No podemos encontrar la solución, nadie viene acá con las respuestas, no las tenemos pero yo creo en los pequeños gestos, en las marcas, en poder dejar algo, en recoger”, indicó.

– Como actriz feminista, ¿rechazás interpretar determinados personajes o roles?

– No sé si roles, pero sí situaciones vinculadas a los roles. Como las actrices le ponemos el cuerpo sin metáfora a la cosa, se puede poner el cuerpo para contar muchas cosas, para contar sobre mujeres sometidas, sobre mujeres exitosas, habría que preguntarse qué significa el éxito hoy, tenemos que preguntarnos qué significa ser exitosas, qué significa ser una mujer con poder. A mí el poder no me seduce, pero hay toda una corriente y yo tengo colegas que consideran que la mujer debe acceder al poder. Por otra parte siento que hay una apertura o una porosidad del otro lado, de parte del mercado, por usar una palabra aglutinadora. Siento que hay una porosidad, una intención de escucha, una intención de aprender. (Muchos productores) se están asesorando con especialistas en género para escribir guiones. Y me refiero al gran público masivo, me refiero al prime time en televisión. Ahora hay una preocupación, un interés por acompañar y estar a la altura de las circunstancias, así que desde el punto de vista de lo que se reproduce tengo confianza.

– ¿Cómo viviste la experiencia de Sufragistas?

– Ese fue un programa que me cambió la vida. Aprendí mucho porque no sabía, investigamos e hicimos un trabajo de campo, las llamamos estampas, porque un lado estaba la parte académica y cada edición dialogó la cuestión académica, el dato duro que aporta la academia con el recorrido a través de estas estampas históricas y de época. Y como hilo conductor está la Avenida de Mayo, la Casa de Gobierno, el Congreso, la gente de hoy junto con aquellas mujeres sufragistas y yo como una actriz, ahí. Nos ganamos el Premio Lola Mora, un premio feminista. Y en el momento en que terminamos el programa veíamos que tenía potencial para seguir. Habrá continuidad.

– ¿Cómo llegás al feminismo?

– Es una pregunta que nos la hacemos. Lo que vengo pensando es que siempre me sentí incómoda en los espacios, más allá de que mi mamá era feminista y que circulaba mucha literatura feminista. Fuimos educadas con mi hermana con la mayor libertad posible. Fuimos registradas como individuos, no como una prolongación de mi madre y de mi padre, fuimos respetadas con lo que traíamos, pero estamos dentro de esta estructura. Esta cuarta ola feminista me ayudó a reconocer esta incomodidad permanente que sentimos las mujeres en cualquier ámbito de poder, salvo cuando estábamos entre mujeres. Por algo cuando salimos con amigas todas experimentamos una relajación de esa tensión a la que nos vemos sometidas para luchar contra el patriarcado cada minuto de nuestra vida, cada minuto, contra el acoso, en un taxi, en un colectivo, en la calle. Una gran parte de nuestra energía vital, en vez de ser invertida en nosotras mismas, la gastamos en que no nos maten, en que no nos violen, en ser respetadas en nuestro trabajo, en pararle el carro a un colega, a un par.

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