El emblemático dirigente deportivo falleció en su casa a causa de una insuficiencia renal. Tenía 86 años.
Se apagó la vida de Jorge Bosco, el histórico ex presidente de la Liga Marplatense de Fútbol entre 1992 y 2014. El dirigente deportivo falleció alrededor de las 17 de este martes en su propia casa. Padecía una insuficiencia renal y desde hacía algún tiempo los médicos que lo atendían habían dispuesto la internación domiciliaria. El próximo 8 de enero iba a cumplir 87 años.
“Nos habían dicho que el final era inminente. Pero el Pelado era tan fuerte que uno tenía la ilusión de que se sobreponga una vez más”, comentó compungido Roberto Fernández, el actual presidente de la Liga, su amigo personal desde los años previos a la fusión de Florida, el club de Bosco, y Almagro, el del propio Fernández, acaecida en 1990.
Después de la pandemia, el ex presidente liguero había sufrido una serie de desgracias personales. Los fallecimientos de su esposa, hija y de su propio chofer y gran amigo personal le habían deteriorado tanto el ánimo como su salud.
Además de su actuación en la Liga Marplatense de Fútbol -antes de llegar a la presidente fue durante muchos años el representante de Florida en la casa del fútbol-, fue integrante del Comité Ejecutivo de AFA durante dos décadas y ahí gestó una relación de estrecha amistad con Julio Grondona, el eterno presidente de la AFA, del que aprendió una enormidad.
Su presidencia en la Liga Marplatense marcó un antes y un después para el fútbol de esta ciudad, que sufrió un cambio radical. Bajo su gestión perdió brillo, qué duda cabe, el torneo de la primera división. Pero floreció el infanto-juvenil hasta convertirse en uno de los más importantes del país.
También, en una de las decisiones más controvertidas, se vendió el Estadio San Martín. Pero de los beneficios de esa transacción, votada unánimente por otro lado, la gran mayoría de los clubes terminaron con canchas propias y sus propias villas deportivas consolidadas.
“Alvarado y Aldosivi jugaban en el Estadio y lo rompían siempre. Y lo pagaban los 32 clubes. Los dueños del San Martín eran todos, pero había una prioridad para Alvarado y Aldosivi. Hoy tenemos 15 villas para el fútbol infantil y juvenil y más de 150 hectáreas compradas por los clubes para seguir creciendo. Eso es más importante que tener el estadio. Cada club se llevó 78.000 dólares. Dos o tres no hicieron nada con esa plata, es cierto. Pero una gran cantidad hizo mucho. Hoy el 90% tiene su cancha. Pero ojo, al San Martín no lo vendió Bosco. Lo vendieron los presidentes”, argumentó Bosco aquella decisión en los días en los que la Liga festejaba sus 100 años de vida en una entrevista concedida a este medio. También fue el presidente del Centenario.
“Fue el hombre que hizo el quiebre. El que marcó un antes y un después. El que metió a la Liga en el rumbo del progreso y la modernización. Un grande. Para mí estuvo entre los dos mejores dirigentes que tuvo el fútbol del interior. Y para los que lo conocimos de cerca, también fue un gran tipo”, lo recordó Roberto Fernández.
Verborrágico, polémico, defendía a capa y espada cada una de sus decisiones. “Cuando comencé a ser dirigente de Florida, ni soñaba con ser presidente de la Liga. Cuando vine acá no había ni baño. No me preocupaba tanto quién iba a salir campeón. Esta era una Liga de dirigentes que hablaban muy bien, pero se peleaban por todo. No había ni una máquina de escribir. Ahora eso se terminó. Y también sale campeón cualquiera”, comentó en aquella entrevista del Centenario en una suerte de autodefinición. Así fue Bosco, un hombre de gestión. Un hombre que cambió profundamente al fútbol de esta ciudad.
Sus restos serán velados en Casa Sampietro (Irigoyen 2046) de 10 a 14.