La tela es como nuestra piel. Nos resulta íntima, su sola presencia nos viste. Para la gran mitología de occidente la tela aparece en nuestro cuerpo cuando la mujer le hace conocer al hombre el Bien y el Mal, en la recordada metáfora bíblica: el humano empieza a cubrir con pudor su cuerpo, hace una industria para que esta nueva piel logre la belleza de esos cuerpos desnudos en el Paraíso terrenal.

En la muestra “Espejo de tela”, que se presenta en el Museo de Arte Contemporáneo de Mar del Plata (MAR) hasta el 23 de septiembre, la tela ocupa ese lugar central, se la ve aplicada en todos los objetos, a través del aumento de lentes, colgadas en paredes y en sogas formando este gran espejo en el que sin dudas nos reflejamos y se refleja la realidad.

La muestra es una invitación a recuperar la cálida belleza de este material, destaca su curadora, Constanza Martínez.

Martínez pertenece a ese grupo de jóvenes curadores del ciclo que creó el Ministerio de Gestión Cultural de la Provincia de Buenos Aires en 2017, año en el cual se produjeron dos exposiciones. En mayo se inauguró “Destierro”, exhibición que proponía analizar desde la pintura cómo el origen de nuestra cultura nació en y desde el destierro, el exilio y los éxodos. El ciclo continuó en julio con “Otra situación de tiempo”, exhibición de fotografías cuyo curador fue Ariel Authier y exploraba las relaciones entre representación y temporalidad.

En esta tercera exposición la tela pierde su carácter pragmático de vestir y decorar: la industria textil tan ligada al texto (y ambos a trama) relata en esta experiencia un recorrido por las distintas expresiones de los artistas. Las salas del Museo MAR, este gigante frente a la costa que baña las las frías arenas del invierno marplatense, exhibe las obras de 13 artistas visuales: Daniel Romano, Ana Wingeyer, Leo Chiachio, Daniel Giannone, Guillermina Baiguera, Mónica Van Asperen, Guillermina Lynch, Alejandro Bovo Theiler, Ariadna Pastorini, Miguel Ángel Cpardenes, Rosa Skific y Ruth Corcuera.

La muestra también incluye un ciclo en donde aparece otro discurso, el fílmico, para contar “el vestuario y sus continuaciones textiles en donde anticipan y enfatizan la escena, aumentando todas las posibles consideraciones del término trama”.

Para la curadora la tela “nos conforma en el acto más consciente e inconsciente, desde el momento de vestirnos a la mañana, acto que uno realiza aparentemente consciente en la elección, pero inconsciente porque no se sabe qué hace que uno llegue a elegir esa determinada prenda; también desde el imaginario de los cuentos infantiles, hasta la investigación y observación de la naturaleza produciendo sus obras textiles”.

Miradas

El caso de Ana Wingeyer, una de las artistas que expone, tiene que ver con la mirada de las obras naturales relacionadas a lo textil. Su polillario muestra cómo las polillas hacen sus capullos según el alimento, el color del alimento.

Guillermina Bagueira en su “punto araña” transporta al público a otro tiempo con microbordados que imitan obras antiguas; la obra de Daniel Romano “Par”, por otra parte expresa la empatía textil, a través de fotografías muestra cuando una pareja o dos amigos visten de la misma forma, en un acto involuntario, por supuesto.

“Los jardineros” de Bovo Theiler, en diálogo con el texto de Ruth Corcuera (que habla del paso de la caza a la agricultura como un punto importante para la tela), muestra cómo la tela nos acompaña desde tiempos inmemoriales.

En “Tela por metro II”, de Guillermina Lynch, la tela es reflejo de la naturaleza. Y la obra “caminata nocturna” es un textil sonoro de Mónic van Asperen que va a ser ejecutado el 27 de julio por Mariana Pellejero.

La muestra va a ser acompañada de otras actividades, con recorridos de salas explicadas por los artistas.

Días y horarios

“Espejo de tela” puede verse los días de semana de 9 a 17 (excepto los miércoles) y fines de semana y feriados de 12 a 20, con entrada libre y gratuita en el Museo MAR, en Avenida Félix U. Camet y López de Gomara.