Segundos antes del anuncio, un mar de cámaras y celulares rodeó el sillón desde el cual siguió la ceremonia de entrega de los premios Estrella de Mar. Antes, Nicolás Vázquez se había ganado un galardón en el rubro actuación protagónica de comedia. Pero lo mejor no había llegado aún para el cómico. La expectativa, como voz cantada, se apoderó del predio. Y finalmente Nico fue coronado como la estrella de la noche: se quedó con el principal premio de una ceremonia que se realizó al aire libre.

Celebra los premios, con su amigo y compañero de escena Benjamín Rojas. 

“Durante la última semana se hablaba mucho de que tenía posibilidades (de ganar el oro), de que un grupo del jurado creía que me lo merecía, por la cantidad de premios que tenía la obra con los ACE, que venía de cuatro temporadas exitosas, pero nunca imaginé un premio tan importante“, dijo el actor, que este verano protagonizó y produjo “Una semana nada más”.

Si bien la obra fue una de las más taquilleras, la suerte le jugó una mala pasada: Gimena Accardi, compañera de vida de Nico y actriz de la pieza, sufrió un accidente casero (se quebró el húmero) y la obra tuvo que suspender sus funciones.

“No sé si volvemos, todo depende de cuánto lleve la recuperación de Gimena, ojalá, la zanahoria la ponemos, al menos para que ella se recupere más rápido, después si volvemos o no es una anécdota, ya tenemos que agradecer, hicimos un mes maravilloso”, dijo en la noche del lunes último.

Siempre optimista y agradecido, no dejó de apuntar al cielo cuando los flashes dispararon sobre su figura sonriente en el escenario, con el Estrella de Mar de oro en sus manos.

“Siempre señalé al cielo, de toda la vida, soy un tipo muy creyente, siento que nosotros no digitamos nada y todo se va transformando a medida que nosotros nos vamos moviendo y me gusta que le vaya bien al otro”.

El actor reconoció que el rol de productor no es nada sencillo. “Cuesta mucho producir, nunca había producido. Es muy difícil, te la jugás, ahora mismo trajimos a diez familias para hacer temporada, imaginate que sucedió esto (por la suspensión de funciones) y estamos frenados. Pero no importa, nos vamos a levantar como siempre y vamos a volver y el público va a estar ahí, encima la comedia lo amerita”, reconoció.

“Yo arranqué esta temporada dando una vuelta para ver las marquesinas que había, lo único que pensaba era ‘por favor que la temporada se pueda hacer, que nos pueda ir bien a todos’. Porque viene golpeado el teatro y necesita de verdad que le vaya bien. Nosotros podemos decir veinte veces que el teatro es el lugar más seguro, y en realidad lo es, pero hay que entender que a lo mejor el público no quiere venir porque le falta el mango o porque quedó con miedo de lo que sucedió, pero así y todo se acercaron a las salas y cada vez lo están haciendo más”, observó.

“Creo que mis compañeros van a tener un gran febrero porque Mar del Plata está muy bien, así que ojalá que podamos seguir en algún momento, si no es acá, donde sea y ahí estaremos, firmes”.

Sencillo, respondió cuanta pregunta le hicieron y resumió su filosofía de trabajo: “Nosotros trabajamos en equipo, con amor, con humor, es lo que vendemos y es lo que somos. Obviamente que (la suspensión de las funciones) generó un quilombo, pensamos trabajar dos meses, trabajamos un mes, trajimos diez familias acá pero es lo que tocó, hay cosas que son mucho peores, nosotros podemos contarla y es una anécdota”.