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Mauricio Giganti: “No hay equipo más importante que Alvarado en este Federal A”

El pampeano se consideró un técnico ofensivo y obsesivo en lo táctico. Se tiene confianza para revertir inmediatamente la situación y, por eso, apuesta por el segundo ascenso.

Por Juan Miguel Alvarez

Mauricio Giganti habla igual que como vive el fútbol. Sin especulaciones. Toma el mando de un equipo en caída libre, donde la palabra ascenso parece haberse borrado del diccionario. Pero el pampeano decide volverla a escribir con puño y letra, incluso antes de su llegada a la ciudad. “No hay equipo más importante que Alvarado en este Federal A”, lanzó en una charla telefónica con LA CAPITAL. Se marca la cancha solo. “Los dirigentes me hicieron contrato por un año, pero yo pienso en el ascenso desde la Reválida”, confió.

Giganti se consideró un técnico ofensivo, obsesivo por la táctica, valoró la calidad del plantel marplatense, confesó que charló con el técnico saliente Gustavo Noto, habló maravillas de Joaquín Susvielles -al que ya dirigió- y se mostró entusiasmado con el proyecto del conjunto de Mar del Plata.

– ¿Qué tipo de entrenador sos? ¿Cómo te gustan que jueguen tus equipos?

– Me considero dentro de una camada de entrenadores nuevos, que tratan de evolucionar permanentemente poniendo su impronta. Soy un técnico ofensivo, al que le gusta trabajar sobre la face de ataque, tratando de ser equilibrado pero mirando siempre el arco de enfrente. Quiero que mis equipos tengan buen trato de balón, juego asociado, trabajar sobre las bandas, ser verticales y punzantes sobre ese sector. Hay que jugar bien, el mayor tiempo posible en campo contrario y recuperar el balón en el sector en el que se pierde.

– La línea de Bielsa, Sampaoli…

– Sí, son técnicos que deslumbran por cómo juegan sus equipos. Me gustó el Godoy Cruz de (Sebastián) Méndez, el Independiente de (Jorge) Almirón. También lo que hace (Darío) Franco, con el que coincidí cuando yo estaba trabajando en Chile, ya que él era entrenador de Universidad de Chile.



– ¿Es posible tratar de llevar a cabo esta idea en la Reválida que se viene para Alvarado, con partidos eliminatorios, o lo pensás sobre todo para la otra temporada?


– Esto siempre lo hice en los equipos que agarré. Esa impronta la vamos a tener. Después, hay cosas que no voy a poder lograr inmediatamente, ya sea por características de jugadores o contexto. Tenemos que recuperarnos rápido mentalmente.

– ¿Y sobre qué sistema táctico tratás de desarrollar esa idea?

– Siempre jugué 4-3-3 ó 4-2-3-1. Pero tengo que adaptarme a un equipo ya conformado, que tiene experiencia. Eso lo analizaremos en el día a día con los jugadores.

– ¿El poco tiempo de trabajo al frente del equipo puede ser un obstáculo para esta Reválida?

– Yo estoy confiado que vamos a llegar bien al primer cruce. El jugador tiene que entender que va a tener un técnico bastante obsesivo en lo táctico. Estudiaremos los rivales para ver dónde los podemos herir. No hay equipo más importante que Alvarado en este Federal A.

– ¿Por eso no dudaste en tomar el equipo a esta altura del torneo?

– Sí, es un equipo grande, de los tres más importantes de la categoría. Cada vez que lo enfrenté con Ferro era un desafío superarlo. Queríamos hacer el partido perfecto, por la dimensión de jugadores que tiene, el estadio, su gente. Eso era lo que más me gustaba.

– ¿A qué atribuís entonces el mal presente del equipo?

– Es difícil encontrar explicaciones. Está golpeado, es evidente, por eso llega un entrenador nuevo. Yo creo que esta no es la realidad del equipo. Tenemos que reencontrarnos con el Alvarado que estuvo 17 partidos sin perder o que fue puntero en su zona. Vamos a hacernos responsables para conseguir eso. Son cinco cruces para ascender. Yo apuesto a eso, más allá que los dirigentes me hicieron un contrato de un año.



– ¿Vas a hablar con Gustavo Noto o con el plantel para analizar profundamente el por qué del momento actual?


– Yo estoy muy interiorizado del día a día. Conozco a Gustavo (Noto) y su manera de trabajar. Lo sufrí cuando era DT de Unión y lo enfrenté en 2014. Ya tuve un contacto con él. Seguramente a partir del lunes empieza una nueva etapa para todos. Esperemos que absorban ese compromiso, porque lo que viene es lo más importante. Yo soy una persona súper optimista, en todo aspecto. Y le tengo una fe bárbara al equipo. Cuando el equipo empiece a agarrar rodaje no nos van a poder frenar.

– Llegás con un panorama de la calidad del plantel. Ya dirigiste a Joaquín Susvielles y al resto los enfrentaste…

– Sí, porque estuvimos en la misma zona. Además nosotros trabajamos mucho con material visual, jugador por jugador. Tenemos un conocimiento absoluto. Pero el día a día es distinto. Nos va a dar la pauta de la rebeldía, el carácter que tienen los jugadores para revertir situaciones.



– ¿Qué te parece Susvielles, en mi opinión el jugador más destacado y el más regular que tuvo Alvarado esta temporada?


– Es completo. Pocos jugadores pueden pivotear como él, hace descansar mucho al equipo. Protege muy bien el balón, tiene un excelente cabezazo, es técnico, potente. Es uno de los futbolistas que más placer me dio dirigir.

– ¿Lo pensás junto a Albarracín? Me surge la duda en base a los sistemas que más te gustan…

– Yo no acostumbro a jugar con dos puntas. Pero el triangulo invertido, con Patricio Escott detrás de los dos, funcionó muy bien por momentos durante esta temporada.

– Más allá de los problemas con los barras, que parecen no tener solución, el club tuvo un crecimiento institucional importante en los últimos años. Hay mayor infraestructura y se conforman equipos competitivos para la categoría. ¿Eso fue lo que te sedujo para salir del lugar de comodidad que significaba para vos Ferro?

– Sí. Sabía que en 2014 el club vivió un periodo de crisis, pero con la nueva dirigencia le dio un salto de calidad increíble. Hay comodidad para entrenar, una parcialidad increíble, directivos preocupados por mejorar. Hay proyección para que el equipo esté en un categoría superior, el club va por ese camino.



Giganti ya tiene su cabeza en Alvarado. Pero, decidió cumplir su compromiso con Ferro de General Pico, donde se formó como jugador y vivió la etapa más larga de entrenador. Por eso dirigirá la última fecha en General Roca y después sí viajará a Mar del Plata para subirse a un barco que quiere reencontrar su rumbo.

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