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Opinión 5 de septiembre de 2022

No hay una sola verdad, depende de cómo se la vea o cómo se la justifique

Por Gustavo Crego

No hay una sola verdad, depende de cómo se la vea o cómo se la justifique, pero sí, deberíamos con humildad, revertir nuestros antagónicos puntos de vista en aras de la paz de esta sociedad.

Si decimos que discursos de la oposición o de ciertos medios opositores insistan al odio hacia el oficialismo, o a sus líderes, no podemos dejar de ver que la negación a entregar un bastón de mando implica también una aversión hacia los otros y desprecio a las instituciones.

Con esto quiero decir que cada uno ve su realidad y niega aunque sea involuntariamente sus actos, o busca justificarlos, despreciando al otro.

Y en el medio una sociedad que se dirime en la grieta sin saber cómo manejarse; no importa quién fue el primero. “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, para lo cual no deberíamos olvidarnos de uno de los principales principios bíblicos “cosecharás lo que siembras”.

Sean de un lado o del otro o aún de otro, esto NO SIRVE, si verdaderamente los mueve el amor por esta patria y el esfuerzo por mejorar la situación de sus ciudadanos, es hora que hagan un acto de constricción, con madurez social para salir adelante y dejar de enervar a la gente.

Este país y sus habitantes se merecen otro destino y la adultez de políticos que deben entender que la contienda política debe ser en períodos eleccionarios y luego debe ser construir, ayudar y no agredir.

Además de todo lo que padece esta sociedad, mal necesita que se pelen, injurien y ofendan sus líderes, siendo que esto aumenta la desilusión y la agresión social.

La sociedad está descreída, tanto por qué gobernantes han prometido la solución de la inflación como algo sencillo y han terminado con una deuda enorme y sin solucionarla tanto; como que otros han denunciado a líderes por corruptos acusándolos de ladrones y luego se han asociado para llegar juntos al poder.

Obviamente todos estos hechos van mellando la credibilidad de la clase política argentina, que ya carga con la imposibilidad de andar sola por la calle y hace que la gente de uno u otro lado de la grieta los repudie, los insulte y, en definitiva, no les crea.

Ha de haber un BASTA. Ha de haber una acto de grandes entre líderes como lo hubo entre Perón y Balbín.

La sociedad lo reclama, la historia los juzgará; la patria y sus habitantes lo demandan.