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Policiales 28 de marzo de 2019

No pueden identificar a la tarotista huidiza y crece la estafa: 200 mil dólares

La Justicia intenta dar con el paradero de "Carolina", la tarotista que desapareció con más de 200 mil dólares de sus clientes. Les prometía multiplicar el dinero.

La tarotista que el miércoles fue denunciada por algunos de sus clientes en la Justicia por quedarse con su dinero, estimado en 200 mil dólares en total, sigue con paradero desconocido y sin poder ser identificada.

Este jueves, por orden del fiscal David Bruna, de la Fiscalía de Delitos Económicos y el aval de la Justicia de Garantías, se pudo ingresar al departamento de Arenales al 2800 donde tenía su “consultorio” la tarotista conocida con el nombre de Carolina.

Lo que había empezado en una denuncia de un hombre por 10 mil dólares -los entregó a la tarotista para que se los hiciera “crecer”- siguió con la aparición espontánea de otras personas damnificadas, entre ellas una mujer que entregó entre 180 y 190 dólares.

La primera medida que intentó tomar Bruna, una vez recibida la denuncia que había sido tramitada en la comisaría segunda, fue procurar la identificación de la timadora. Sin embargo se encontró con una grave dificultad: no existía nadie. Solamente había una referencia en la inmobiliaria que realizó la operación de alquiler del 3°C de la calle Arenales y se trataba de un documento de una persona oriunda de Chile.

Por lo pronto esa identidad podría ser apócrifa y ahora se busca establecer algún dato que pueda certificarse. Para ello se procederá a la exhibición de fotografías y se realizarán trámites similares con imágenes de video si es que pueden cotejarse con base de datos de personas ingresadas al país.

Este jueves, cuando se logró entrar en el departamento, el personal policial solo encontró velas, estatuillas y artículos vinculados a la superchería.

La maniobra que los clientes describen como clave de la estafa es la capacidad de persuación que tenía para aprovecharse, desde la vulnerabilidad del otro, para hacerles entregar el dinero. Una vez obtenido, la mujer pedía tiempo para “trabajar” y prometía devolvérselos multiplicado.

Todavía la están buscando.