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La Ciudad 27 de marzo de 2017

“No tengo dudas de que muchos más dirigentes del peronismo van a ser parte de Cambiemos”

El viceministro del Interior de la Nación, Sebastián García De Luca, cree que el oficialismo debe “ampliar su base política”. De orígenes justicialistas, sostiene: “el Gobierno tiene un compromiso con los trabajadores: ninguno va a perder con la inflación”.

por Pablo Falcone
Twitter: @pmfalcone

En el despacho de Sebastián García de Luca las paredes tienen definiciones políticas. Colgados hay sólo dos cuadros: uno es del presidente Mauricio Macri con el bastón y la banda presidencial; el otro es el del abrazo entre lágrimas que Perón y Evita se dieron el 22 de agosto de 1951, día del “renunciamiento histórico”.

Nacido en Chivilcoy, García De Luca ingresó a la política de la mano del justicialismo y hoy es el viceministro del Interior de la Nación de Cambiemos. “No tengo dudas de que muchos más dirigentes del peronismo van a ser parte de nuestro espacio”, augura uno de los hombres clave del gobierno en la relación con intendentes y gobernadores. La frase está en sintonía con la idea de un sector del oficialismo: para ganar las elecciones, Cambiemos necesita ampliar su base territorial y ampliar la “pata peronista”. “No es sumar para engordar, los dirigentes que quieran acercarse tienen que ser coherentes con el mensaje del Presidente”, explica.

En medio de un año electoral clave, el gobierno atraviesa un periodo de fuerte conflictividad en las calles. Entre los reclamos, está la pérdida del poder adquisitivo. “El Gobierno tiene un compromiso con los trabajadores: ninguno va a perder con la inflación”, dice García De Luca en una extensa entrevista con LA CAPITAL realizada el martes a la noche.

– Desde el escándalo del Correo hasta el conflicto docente, el Gobierno nacional se encuentra en el centro de la tormenta. ¿Cómo analiza este delicado momento social?

– Después de haber pasado un año difícil y una herencia que fue mucho más compleja que la que estimábamos, no tengo la menor duda de que estamos avanzando en hechos concretos que planteamos desde el primer día de gobierno. Más allá de que comprendemos y entendemos que mucha gente la está pasando difícil, tenemos claro que el camino es éste y que los resultados se están viendo. Estamos saliendo del peor momento que fue el año pasado. Frenamos una caída que venía de parte del gobierno anterior y que nos llevaba derecho a ser Venezuela. Se pudo lograr un ordenamiento de la economía y se tomaron decisiones difíciles, pero que sentaron las bases de cómo queremos ser como país a futuro.

– ¿Cuáles serían esos hechos concretos?

– Hay una baja de la inflación; hay obras que habían sido proyectadas el año pasado y hoy se ven en la calle de todos los lugares del país; el campo empieza a crecer y a vender maquinaria… En cada variable que se ve de la economía se nota que se está saliendo de la situación difícil del año pasado, que ya venía de años anteriores. Sabemos que el camino es el correcto y hay que seguir buscando soluciones que no nos van a cambiar la vida de un día para el otro, pero que nos van a llevar a estar un poco mejor.

– Más allá de estas variables que menciona, la economía no termina de despegar para la gente común. Primero fue el segundo semestre que no llegó y en la actualidad el consumo sigue sin reactivarse. ¿Cuándo cree que el país volverá a crecer?

– Seguramente que nuestro pronóstico y expectativas fueron parte de un error que hemos tenido porque creíamos que las variables de la economía iban a funcionar mucho más rápido de lo esperado. Pero también están las mejores expectativas por lo que es la economía hoy. Las variables que venían cayendo frenaron su caída y las que estaban amesetadas empezaron a crecer.

 

“Massa es el dirigente menos confiable de la política argentina. De acuerdo a lo que le digan las encuestas, es donde él se ubica”

 

– ¿Y cuándo lo va a sentir la gente en su bolsillo?

– Estamos confiados, pero sin ponernos una fecha concreta. No estamos diciendo a partir de tal día el consumo va a tener este índice, pero vemos que cada una de las variables están creciendo. Ojalá que todo ese indicio que tenemos de una economía en crecimiento durante el 2017 llegue rápido al bolsillo de los argentinos.

– ¿Por qué tarda tanto en llegar ese crecimiento?

– Quizás se subestimó la herencia recibida. Pero estamos convencidos de que el camino que elegimos de decir la verdad es el correcto. Ese camino es costoso y difícil y entendemos que muchos argentinos no la pasan bien, pero la decisión del Presidente es la correcta.

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– ¿Este año va a ser el despegue de la obra pública?

– Va a ser uno de los elementos clave para la evolución de la economía. Nos encontramos con una gran cantidad de obra pública paralizada cuando asumimos. Después tuvimos que hacer un ordenamiento administrativo de muchas obras que no estaban en un normal desenvolvimiento con dirigentes y funcionarios de la gestión anterior que hoy siguen paseando por Tribunales.

– ¿Este año se va a sentir la mejora?

– Tuvimos una primera etapa de ese ordenamiento y de pagar la obra que estaba iniciada. En la segunda etapa del año, nos dedicamos a elaborar obra nueva y los proyectos más complejos, que ahora estamos ejecutando. Las obras van a ser fundamentales para que muchos argentinos tengan mano de obra ocupada.

– Es cierto que la inflación está en baja con respecto al año pasado pero el 18% parece complejo de cumplirse. ¿Confía en que van a poder lograrlo?

– Los porcentajes de estos meses van en ese camino. Por el ordenamiento de la economía y por lo que ha sido el trabajo de frenar con la maquinita y otras medidas, creemos que la inflación del 2017 va a ser cercana al 18%. Por eso mismo, la oferta salarial en las paritarias tienen ese piso que no significa que sea un techo. El planteo que está haciendo las gobernadora con los docentes tiene que ver con ese índice de inflación que venimos viendo como una tendencia este año. Pero insisto en que ese es un piso.

 

“Hay dirigentes políticos y sindicales que nunca hicieron autocrítica y ahora se acuerdan de los trabajadores”

 

– O sea que si la inflación es superior, el Gobierno se adaptará a esa realidad.

– Si la inflación es mayor a la prevista, se ajustará. Ahora tenemos un Indec creíble y confiamos en el número. Si la inflación es mayor, la variación salarial que tendrán todos los trabajadores será mayor a lo que indique la inflación. Así que creemos que la inflación va a ser baja después de tantos años. Pero también hay un compromiso con los trabajadores de que ninguno va a perder con la inflación.

– ¿Qué complejidad traen este tipo de negociaciones salariales en un año electoral clave para el Gobierno?

– Realmente cuando uno habla de cambiar la Argentina, habla de dejar de mirar la especulación electoral. Si uno piensa todo el tiempo en la elección que sigue, nunca termina de tomar decisiones concretas que busquen un cambio. Y eso nos pasó en la historia de los argentinos. Estamos acostumbrados a que los gobiernos toman decisiones en el corto plazo pensando en cómo le va a ir mejor o peor en la elección.

– Pero el costo político a pagar no puede ser excesivo

– El camino que ha marcado el Presidente es tomar decisiones difíciles aún en este año. La inflación y las paritarias que se están negociando tienen que ver con decisiones incómodas, como las de de las tarifas, pero que creemos que hay que tomarlas. Los últimos gobiernos, no sólo el kirchnerismo sino también anteriores, han estado siempre sujetos a la especulación electoral.

– ¿Es posible que Cambiemos termine de consolidar una pata peronista en su estructura?

– Ya existe. Estamos nosotros y hay muchos peronistas que son parte de Cambiemos. El PRO tiene como nacimiento una diversidad de partidos que lo conforman. No tengo la menor duda de que muchos dirigentes del peronismo y de otros espacios van a ser parte de nuestro espacio. Obviamente que tienen que tener una coherencia con lo que quiere el Presidente. Esperamos que muchos peronistas se sumen como también dirigentes del GEN o de partidos de centroizquierda.

– ¿Cómo se para en el debate cuando por un lado Emilio Monzó pide más política para gestionar y Durán Barba esconder lo más posible al peronismo?

– Como en todo espacio político hay ejes de debate y también hay errores. En esto somos todos parte de un mismo equipo, donde cada uno tiene sus virtudes y sus capacidades. En el caso de Emilio Monzó es una persona a la que conozco muchísimo y trabajo desde hace mucho tiempo. Lo mismo ocurre con Rogelio (Frigerio) y Marcos Peña: han sido parte de la conformación de Cambiemos junto con (Elisa) Carrió y Ernesto Sanz. En ese momento, los que proveníamos del peronismo estábamos convencidos de que la ampliación era necesaria para derrotar al kirchnerismo. Para la conformación de Cambiemos fue clave armar una coalición de gobierno.

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– ¿El debate es peronismo sí o no?

– El planeo que hacen tanto Monzó como Rogelio en el gabinete es la necesidad de ampliar con coherencia y sumar a quienes quieran ser parte de este frente político. No creo que haya una cuestión de peronismo sí o no. Son discusiones que vienen en otro sentido y que es parte de una discusión interna que no debe decirse hacia afuera. No se está en la cuestión de gorilas o antiperonistas, es una cuestión que tiene que ver con sumar dirigentes pero que tengan coherencia con el mensaje del Presidente. No es sumar por sumar o sumar para engordar, sino ampliar la base territorial con dirigentes legitimados socialmente en sus ciudades. En eso no veo obstáculos.

– Sin la ampliación de la base política, ¿puede ganar las elecciones en el conurbano bonaerense, territorio clave para la gobernabilidad?

– Esto no es una fórmula química. No es cuánto de peronismo, cuánto de radicalismo y cuánto Pro se suma. Después es cierto que hace falta en algunos lugares del conurbano, donde la intermediación de dirigentes legitimados socialmente es importante para comunicar el mensaje y trasladar la militancia de un espacio político. La clave está en lo que conformemos como gestión y política dentro de Cambiemos. Si logramos hacer las cosas que la gente espera para cambiar la Argentina, sin duda que nos van a acompañar. Obviamente que en ese entramado nos hace falta sumar dirigentes, donde tanto el PRO como el radicalismo vienen débiles.

– Ya que hablamos del peronismo. ¿Cómo ve la actitud del justicialismo y los sindicatos en este momento de alta conflictividad social y con la calle movilizada?

– Hay reclamos que son legítimos y uno los respeta. Obviamente hay que aceptar las críticas. También hay personas y dirigentes sindicales y políticos que se han callado durante muchos años y que con los logros de este gobierno, como la reducción del impuesto a las ganancias y de la inflación, sin embargo salen a la calle cuando durante 12 años estuvieron callados. También están mezcladas las intenciones electorales de muchos dirigentes que han perdido y ahora recuerdan cuáles eran los elementos que los llevaban a reclamar. Es todo parte de esa mezcla que se vio en la marcha de la CGT, donde se vieron dirigentes vinculados a (Sergio) Massa y otros que han perdido elecciones y fueron parte del kirchnerismo, que no han hecho nunca una autocrítica y ahora se acuerdan de los reclamos de los trabajadores.

– ¿Le molestó la chicana de Massa hacia Macri por su error en el monto que cobran los jubilados en el programa de Mirtha Legrand?

– Massa es el dirigente menos confiable de la política argentina. De acuerdo a lo que le diga una encuesta, es donde él se ubica. Varía todas las semanas. En este caso no sé lo que dijo del Presidente, pero en todo caso lo tomo como de quien viene.

– Es uno de los interlocutores con los gobernadores. ¿Cómo está la relación con los jefes provinciales que no son de Cambiemos?

– Tenemos una relación de respeto, donde obviamente hay discusiones. No tenemos los mismos pensamientos políticos, pero estamos avanzando en soluciones concretas de obra pública y gestión de gobierno. La vinculación que hay con ellos es de respeto a la gobernabilidad. Entendemos que el peronismo está en un proceso de discusión interna muy fuerte y eso es parte de la discusión del PJ. En la mayoría de los casos hay voluntad constructiva más allá de las diferencias políticas.