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La Ciudad 16 de febrero de 2022

“No tenía pensado cerrar el colegio, pero no tuve remedio”, dijo propietario del Santa María del Buen Ayre

Juan Carlos Parra atribuyó el cierre de la escuela a la crisis que provocó la pandemia y a que el establecimiento no recibió subvención estatal.

El representante legal y miembro de la sociedad propietaria del Instituto Santa María del Buen Ayre, Juan Carlos Parra, aseguró que “no tenía pensado cerrar el colegio”, pero indicó que la situación financiera por la que atravesaba el establecimiento educativo lo obligó a hacerlo, a unos 20 días de que comience el ciclo lectivo de este año.

La explicación viene por la crisis del 2020, con la pandemia y toda la cuarentena dura que hizo que no se den clases durante un año”, comenzó explicando Parra en diálogo con LU6 Radio Atlántica y agregó que a raíz de esta situación tuvieron “un problema importantísimo”.

“En el jardín de infantes, de 90 chiquitos que teníamos pasamos a tener 30, hubo una merma en la matrícula que fue terrible”, remarcó y añadió: “Por otro lado, nosotros también teníamos una importante fuente de ingresos en la extensión horaria, el 60 o 70% de los chiquitos de jardín y los primeros años de la primaria se quedaban hasta las 4 o 5 de la tarde y los pasaban a buscar los papás después del trabajo y eso obviamente al no brindarse tampoco se pudo cobrar”.

En este marco, Parra sostuvo: “Yo me quedé con la mitad de los ingresos y tenía los mismos gastos que con el colegio funcionando a pleno, porque no podíamos despedir personal porque estaba prohibido y además por las indemnizaciones que teníamos que pagar”.

“Entonces se dio la tormenta perfecta y desgraciadamente nunca nos pudimos recuperar de la crisis financiera terminal que nos agarró”, aseveró.

Subvenciones

En otro tramo de la entrevista, Parra comentó que el Santa María del Buen Ayre fue beneficiario de los programas Repro y ATP y que estas herramientas le permitieron “mantenerse a flote” hasta ahora, pero subrayó que lo que necesitaba la escuela para seguir abierta era “conseguir una subvención estatal”.

“Empezamos a tramitarla en febrero del año pasado y presentamos un montón de documentación, porque sin la subvención el colegio no era viable”, dijo y aseguró que el trámite se frenó porque les pidieron un libre deuda del Instituto de Previsión Social (IPS).

“Nosotros, con nuestra situación financiera, preferíamos pagar sueldos y no al IPS”, señaló Parra y afirmó que en mayo entró en una moratoria del IPS “y el pago de la primera cuota salió a fin de febrero”.

“Tardaron nueve meses en darme una moratoria. Se podría haber evitado esta situación tan fea y horrible para todos”, sostuvo y aseguró que “hasta último momento” aguardó por la subvención para que el instituto, que contaba con jardín maternal, de infantes, primaria y secundaria no tenga que cerrar sus puertas.

“La situación no da para más y no puedo mantener al colegio porque financieramente me es imposible”, manifestó Parra y ejemplificó: “Uno recauda dos pesos y de gasto tiene cuatro, entonces es inviable por donde se lo mire”.

Deudas

Parra también se refirió a las matriculas que cobraron para el ciclo lectivo de este año y aseveró que “se están devolviendo a los padres” de los alumnos y que “más de un 70%” ya fueron reembolsadas.

En este contexto, aseguró que, si bien se habla de un “vaciamiento de la escuela”, la sociedad propietaria se encuentra en una situación en la que deben “vender las instalaciones para afrontar las deudas”. “Yo tengo que vender mi auto particular”, dijo.

“No tenía pensado cerrar el colegio, pero no tuve remedio”, afirmó Parra y lamentó: “Los docentes se quedaron sin trabajo, los chicos sin su escuela y yo sin mi empresa”.

Frente a la pregunta sobre si existe alguna chance de solucionar la situación para que el colegio vuelve a abrir sus puertas, confirmó que “no hay vuelta atrás”. “Ya entregué el inmueble a su propietario, a quien le debíamos casi dos millones de pesos por alquiler”, dijo.

Por último, se refirió a la situación de los docentes que trabajaban en la escuela y dijo que “van a ser indemnizados”, pero recalcó que tienen que “ir vendiendo los bienes para afrontar las deudas”. “No va a ser inmediato, no tengo una bolsa llena de dinero para pagar las deudas”, concluyó.

Tras la confirmación del cierre de la escuela, la comunidad educativa de la institución realizó este lunes un abrazo solidario en rechazo a la sorpresiva medida dispuesta a tan solo tres semanas del inicio del ciclo lectivo 2022.



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