BUENOS AIRES.- La militante homosexual María Rachid y el actor Claudio Morgado volvieron ayer a cruzar fuertes acusaciones por supuestas irregularidades manejo de los fondos públicos y denuncias de "violencia laboral" en el organismo nacional antidiscriminación (INADI), del que fueron desplazados la semana pasada por orden de la presidenta Cristina Fernández.

El escándalo en el Instituto contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo sumó ayer un nuevo capítulo al continuar las acusaciones de Rachid y Morgado -quienes ratificaron su pertenencia al kirchnerismo- por graves situaciones que habrían ocurrido mientras condujeron el ente creado por el Gobierno para asistir a personas cuyos derechos fueran vulnerados por raza, religión, condición social, sexual, edad o aspecto físico.

Rachid, que preside la Federación de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, acusó al actor y conductor televisivo de pretender que "el Estado le pagara sus almuerzos y el uso del teléfono celular de su esposa", mientras que el ex conductor de TVR y Cablín la denunció por "pisar la caja chica" del organismo y ejercer "violencia laboral" contra los empleados públicos.

"No voy a tolerar ningún tipo de irregularidad ni manejos con los que no estoy de acuerdo", sostuvo Rachid, quien denunció que Morgado la atacó a ella, a su chofer personal y a sus empleados "con una patota" el día que protagonizaron un escándalo, lo que derivó en el despido de ambos por decisión de la presidenta.

Según la dirigente, ese incidente se produjo cuando "fuimos con un grupo de abogados a la oficina de Legal y Técnica para buscar una documentación que debería explicar algunas irregularidades que señala la auditoría interna del INADI".

"Yo no tomé ninguna decisión que no fuera acompañada por todos los miembros del directorio del INADI. Me acerqué a la política y a la gestión pública para luchar contra la discriminación y por la igualdad, y no podía tolerar ni voy a tolerar ningún tipo de irregularidad ni de manejos con los que no estoy de acuerdo en absoluto", prosiguió.

Rachid destacó que "el Estado no tiene por qué pagar los celulares de la esposa del señor Morgado ni pagarle los almuerzos al señor Morgado, ni pagar contratos de gente que no va a trabajar".

A su turno, Morgado aseguró que Rachid "no es representativa de la comunidad de diversidad sexual" y la acusó de haber utilizado "el serrucho" y de haber actuado como "un pacman" para desplazarlo del organismo.

El actor, que fue diputado hasta 2009, aseveró que Rachid "no cumplió su rol: hizo un pacman, fue comiendo, comiendo, y comiendo, pero se llevó puesta a la gente, a las instituciones".

Morgado dijo estar "saturado, podrido, es un tema que ya me tiene verdaderamente harto. Yo entré en diciembre de 2009.Trabajamos realmente bien, con muchos logros de gestión (como la ley de matrimonio igualitario) y (un año después) vino esta piba y dinamitó todo. Armó una especie de golpe institucional".

"Firmaba ella todo lo que tenía que ver con los programas, con las erogaciones presupuestarias, nombraba y echaba personas. Se vivió un clima de terror que desembocó en 14 denuncias por violencia laboral. Para un organismo de derechos humanos, es imposible, es todo lo opuesto a lo que hay que hacer acá", dijo.

Morgado confió que "también teníamos que bancar las comidas. Si venía un embajador o un representante de algún culto, lo invitábamos a almorzar, hacíamos alguna recepción como corresponde protocolarmente. Teníamos que hacer alguna vaquita con los colaboradores míos porque Rachid no nos mandaba la caja chica. ¿Te das cuenta el bochorno de lo que estoy contando?".