¿Está concesionado el estacionamiento en la vía pública?
En muchos lugares de la ciudad existe un precio determinado para dejar el auto sea cual sea la cantidad de tiempo que el mismo permanezca estacionado.
Conseguir lugar para estacionar en la vía pública marplatense es un desafío a la paciencia. Superado el primer escollo, el automovilista enfrentará al "franelita" o "gamucita" que se acercará sigilosamente preguntando-afirmando: "Se lo cuido", seguido de la información de la tarifa. ¿Tarifa? Sí, en muchos lugares -como en la zona costera, cercanías del estadio Mundialista y Polideportivo- existe un precio determinado para dejar el auto sea cual sea la cantidad de tiempo que el mismo permanezca estacionado. En la vía pública, vale recordar.
Uno intentará, primero negarse, luego regatear ante el temor que asoma sobre el estado en el que podrá encontrar el vehículo, y por último meterá mano en billetera y abonará el importe. Porque, además, hay que pagar por adelantado.
Esto sucede, no sólo en verano pero en ésta época se acrecientan los franelas golondrinas, en casi todos los sectores de Mar del Plata. Por ejemplo, en lugares como el túnel de Playa Grande (donde teóricamente está prohibido estacionar); a lo largo de todo el paseo Jesús de Galíndez y la costa en general; en las inmediaciones del estadio Mundialista cuando se desarrolló el minitorneo de verano; en las cercanías del polideportivo Islas Malvinas, en las noches de recitales; en la avenida Constitución; en las calles del microcentro, entre otros.
Las playas del sur también son escenario de estos arrebatos, sobre todo en los días en los que se desarrollaron los recitales gratuitos. Las tarifas pueden oscilar entre los 10 y los 30 pesos.
Desde estas líneas no se cuestiona el rebusque de personas que carecen de trabajo estable y en blanco, sino las formas y la prepotencia utilizadas. Tiempo atrás, la tarifa quedaba a consideración del conductor. Y también queda latente la duda: ¿quién controla?, ¿se controla?
Otra cuestión es la de los limpiavidrios, cuya actividad está "prohibida en la intersección de las calles semaforizadas o no, avenidas o en toda arteria de circulación en zonas urbanas", de acuerdo a una ordenanza que data de 2002. Asimismo, la misma reglamentación se comprometía a "gestionar, ante las autoridades nacionales, provinciales y sectores privados la incorporación de las personas que estuvieran desarrollando la actividad a los distintos planes de empleo".
En casi todas las esquinas están los pibes que se tiran sobre el parabrisas y haciendo caso omiso de la negativa del conductor, estrolan los cepillos con detergente contra el vidrio. Algunos pocos respetan el no, pero otros -como los que se instalan en el nacimiento de la calle Corrientes- suelen ponerse violentos verbalmente. Fe de ellos pudo dar la concejal Vilma Baragiola, de acuerdo a su relato en un Twitter.
