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07-04-2012

Carlos García González talló el mascarón de la Fragata Libertad

El autor de una escultura que conoce todos los mares del mundo

Carlos García González creó el mascarón de proa de la Fragata Libertad. El arrista vive en Mar del Plata y contó detalles de su obra, a la que definió como "un desafío". Se inspiró en su esposa, cuyo apodo talló en el vestido de la escultura.

Carlos García González (89 años) es escultor y, aunque nació en Vigo, desde 1964 está instalado en Mar del Plata junto a su familia. Este artista gallego es el creador del mascarón de proa de la Fragata Libertad, una figura decorativa tallada en madera que representa la imagen de la República Argentina. La mujer mira el horizonte custodiando la proa durante su derrotero por los mares del mundo.

Si bien desde hace más de 11 años que dejó el arte como consecuencia de un Accidente Cerebro Vascular (ACV), -"quedé fuera de combate", comentó- García González le contó a LA CAPITAL la historia de su obra, iniciada en 1963. Aquel año la Fragata Libertad inició su derrotero como buque escuela de la Armada y lo hizo sin su actual mascarón. Por ello se aceleraron las gestiones para que en el segundo viaje contara con la imagen de la República.

"La Marina me pidió el trabajo, porque el anterior mascarón era de bronce (ahora está en el Museo de Tigre) y entonces me lo encargaron en madera". Durante su juventud, García González estudió las diversas técnicas de la escultura en Francia e Inglaterra.

Así fue como "recibí las indicaciones, había ciertas pautas a seguir, tradiciones. Entonces hice tres modelos en maquetas de yeso y de esas tres salió una sumatoria y fue lo que hice".

El tronco de cedro paraguayo a tallar tenía un diámetro de más de 3 metros y 6 de largo trabajo. Le llevó un año tallarlo como quería y además cumplir con las especificaciones técnicas que le habían pedido. Pero esta obra que recorre los mares del mundo encierra un detalle más íntimo y emotivo: García González se inspiró en su esposa, fallecida antes de la colocación a bordo. En su honor el escultor grabó en una de las volutas del vestido la dedicatoria: "a Nike", apodo con el cual era conocida. El mascarón tuvo su bautismo de espuma de mar el 4 de abril de 1964, aguas afuera del Río de la Plata en su primera singladura a la ciudad brasileña de Santos. En el año 2007 fue restaurado por Andrés Villalba Ramírez, en talleres ubicados en Ensenada, La Plata.

García González recuerda que trabajó en los talleres de Puerto Nuevo -"donde desembarqué como inmigrante en el año x -bromeó-. Es que no me acuerdo el año, porque no vine yo, me trajeron mis padres cuando tenia 10 años". Luego, al consultar su biografía podemos precisar que su llegada al país se produjo en 1943 y que durante su trayectoria como escultor recibió, entre otras distinciones, el premio Unico a extranjeros del Salón Nacional (1968), Salón de Santa Fe (1949); bienales: San Pablo, Barcelona, Pontevedra 1979 y de Cuba.

García González comenzó a colocar el mascarón en el proa de la Fragata Libertad y allí mismo terminó su obra.

"Una oportunidad así -dijo- no llega dos veces, así que la disfruté. Tengo el mejor de los conceptos de la Marina". Y aunque nunca navegó en el buque escuela nacional, reconoció que "la conozco de pe a pa porque durante todo un año recorrí esa cubierta miles de veces".

"Tenía que bajar a la proa -recordó-, calcular, mirar cómo llevaba la obra y después la instalé y terminé con los detalles, adaptándola al lugar".

Al ser consultado sobre si quedó conforme, ni lo dudó al responder "por supuesto. Fue un destino del cielo, bienvenido, y un desafío por el tamaño y fundamentalmente por la oportunidad. Es que no hay mucho trabajo para los escultores, no vivimos en el período clásico-griego".

El uso del mascarón de proa es una costumbre pagana y de origen incierto. Es una figura decorativa generalmente tallada en madera y ornamentada o pintada según la jerarquía de la embarcación que engalana.

Aunque su origen es gallego, García González se definió como "un marplatense de vocación, por el mar. Es que sin el mar me ahogo en seco".

Buque escuela

La Fragata Libertad desplaza 3.765 toneladas con carga completa, tiene una eslora de 104 metros, 14,30 metros de manga, 6, 60 metros de calado y el puntal, a la altura de la cuaderna maestra es de 11 metros.

Es una fragata de tres palos (trinquete, mayor y mesana) y bauprés. Los palos son de acero y están formados por macho y mastelero. El velamen está compuesto por 27 velas con una superficie de 2.650 metros.

Desde 1873 la Armada Argentina contó con buques-escuela que sirvieron para modelar a los futuros oficiales en la vida del mar. Esa es la tarea que cumple la Fragata ARA Libertad, obra destacada de astilleros nacionales, diseñada y construida por argentinos.

Cuando la Fragata Presidente Sarmiento salió de servicio activo, todos los hombres de mar se juntaron en un deseo: construir en el país, con planos nacionales y mano de obra argentina, un buque escuela que reeditara los laureles de aquel glorioso antepasado.

El 13 de noviembre de 1953 el Ministerio de Marina autorizó la tarea y el 11 de diciembre se pusieron los primeros remaches en la quilla del nuevo buque escuela, en el Astillero Naval de Río Santiago. Por decreto Nº 7.922, del 27 de abril de 1956, se le impuso el nombre Libertad.

Desde su primera travesía en 1963 la Fragata Libertad realizó 40 viajes. Ha navegado 720.000 millas (equivalente a 33 vueltas al mundo) y su permanencia fuera del apostadero es equivalente a 16 años en el mar, habiendo visitado a lo largo del tiempo más de 500 puertos y 60 países.

En cada uno de esos puertos, representó a la Argentina como una genuina embajadora, siendo admirada por millones de personas.