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22-04-2012

El CEMA, por dentro

LA CAPITAL hizo una recorrida por el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias, la obra más emblemática de la gestión Pulti. Aunque todavía no tiene una fecha de inauguración, ya llegaron algunos de los modernos aparatos para realizar estudios.

por Ramiro Melucci

Este escritorio no debería ir acá. Busquémosle otro lugar.

Bueno, otros sectores lo pueden necesitar.

El que hace el pedido es el secretario de Salud del municipio, Alejandro Ferro, que en los últimos días ha convertido en rutina sus visitas al CEMA. El que le responde es uno de los tantos técnicos que están trabajando en la puesta a punto de este moderno edificio, cuya construcción comenzó en enero de 2010 y hoy, poco más de dos años después, es casi lo que las autoridades municipales pretenden: un centro de derivación para realizar estudios de alta complejidad.

Son las dos de la tarde del miércoles 18 de abril. La hora y el día pactado por LA CAPITAL para hacer una recorrida por el edificio del Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias con funcionarios del área de Salud. Ubicado entre las calles Pehuajó, Gaboto y Elcano, a 200 metros de la avenida Juan B. Justo, lo primero que sorprende al llegar es que, en lugar de lo que se podría esperar para un centro que todavía no nació, hay un grupo importante de personas en una sala amplia y a medio equipar.

Algunos con carpetas entre sus manos, otros sin nada, hablan entre ellos y parecen esperar la orden de alguien para irse. "Son parte de los 135 trabajadores que tendrá el CEMA. Todos ellos vienen acá y después se van a recorrer los centros de salud municipales para conocer cómo trabajan, porque los futuros pacientes del CEMA van a ser derivados de allí", no tardará en explicar el subsecretario de Salud municipal, Alejandro Cristaldi.

El funcionario da la bienvenida junto director de Tecnología Médica, Germán Giles. Esta especie de visita guiada comienza en la recepción, un lugar amplio donde la luminosidad gana todos los espacios. Para que esto sea así tienen mucho que ver los grandes ventanales, los pisos claros y el mobiliario en color blanco.

Tanta claridad, sumada a que todavía faltan llegar muebles y la poca gente que circula por los pasillos casi nadie, en rigor hacen que este gigante de 6.200 metros cuadrados distribuidos en tres plantas parezca más grande de lo que es. "Y está la posibilidad de que haya otras dos plantas", explica Cristaldi.

El primer "chiche" que muestran los funcionarios es el mamógrafo. Dicen que por la rapidez que tiene para procesar las placas, se podrán atender muchos pacientes en poco tiempo. Por algo costó 30 mil dólares.

No es el único aparato que enorgullece a las autoridades sanitarias de la comuna. El electrocardiógrafo digital, que detecta arritmias e infartos, es tan avanzado que el médico puede hacer el estudio correspondiente y después enviarlo por email a una sala sanitaria. También ha llegado un audiómetro (para detectar sordera), espirómetros (para medir la capacidad respiratoria) y el ecógrafo que, casi no hace falta explicarlo, realizará las ecografías.

De momento, las grandes ausencias en el CEMA son el ecodopler, que sirve para estudiar las arterias y detectar arterioesclerosis; el tomógrafo y el resonador. Los dos primeros no se demorarán, pero para la llegada del resonador restan, según cálculos oficiales, más de cien días.

La inversión total en aparatología asciende a 20 millones de pesos. Aunque los aporta la Provincia, el municipio echó mano a la contribución para la salud para agilizar el proceso. Se trata de la sobretasa creada para engrosar los fondos del sistema de salud municipal. En la comuna esperan ahora los reembolsos provinciales.

Los muebles son, quizá, lo más simpático de este sitio. Modernos, han sido dispuestos para que realicen su aporte al funcionamiento del centro médico. Para que, en lugar de estorbar, agilicen la atención.

Una particularidad del CEMA es que cada una de sus áreas está distinguida por un color. Así, por ejemplo, al de radiología corresponde el metálico. En odontología, en cambio, predomina el amarillo.

El área de informática aún está a medio montar. Hay apenas dos computadoras, pero habrá siete. Desde ellas se recepcionará la demanda y se aceptarán, o no, las interconsultas derivadas de los centros de salud municipales. Además, habrá telefonía IP, por lo que podrán hablar seis personas a la vez viéndose las caras a través de la pantalla del teléfono. También se les llama reuniones virtuales o teleconferencias.

En total, en el centro habrá 200 computadoras con pantalla plana. Los médicos (30 de los 135 empleados) no precisamente tendrán que estar atados a un consultorio para conocer las características de un paciente, pues desde cualquiera de las máquinas podrán acceder a su base de datos con sólo escribir una clave.

A la recorrida se suma el titular de la cartera sanitaria del municipio, Alejandro Ferro, que se preocupa por remarcar que el proyecto del CEMA es "absolutamente novedoso". Subraya, además, lo que el intendente Gustavo Pulti no se cansa de decir: que este centro de especialidades médicas es la obra de salud más importante del municipio después de la construcción de los dos hospitales provinciales.

Por el alto costo de los aparatos que hay aquí, la Municipalidad no ha descuidado la seguridad del edificio. Un sistema que consta de 29 cámaras y un puesto de vigilancia ya está en marcha. Las cámaras guardan por hasta tres meses las imágenes que registran. Como si fuera poco, hay vigilancia privada las 24 horas.

De la fecha de inauguración se habla poco. Al menos públicamente. "Queremos salir a la cancha con un producto terminado. Si nos apuramos a inaugurarlo, esto se desvirtuaría. Queremos causar un impacto en la disminución de los enfermos y la mortalidad", avisa Cristaldi.

Las autoridades dan por hecho que en la primera semana de mayo ya se hará lo que se denomina "apertura en vacío". Es decir, los trabajadores estarán en sus puestos y cumplirán un horario, pero no atenderán al público.

A propósito, una vez inaugurado abrirá sus puertas de lunes a viernes de 8 a 19. Algo a tener en cuenta: no será un lugar para asistir ante una emergencia o por una consulta espontánea, sino que el paciente debe ser derivado por el médico de una sala sanitaria o un hospital para la realización de estudios. Se espera que en un principio atienda a unas 150 personas por día, y que llegue a las 800 incluidas las consultas virtuales cuando esté en pleno funcionamiento.

Hace un tiempo, los funcionarios del área de Salud visitaron el nuevo hospital El Cruce, de Florencio Varela, para informarse sobre cómo fue puesto en funcionamiento. Les dijeron que, desde el día en que ingresó el personal hasta que atendieron al primer paciente, transcurrieron ocho meses. "Nosotros no vamos a tardar ocho meses porque si no nos tenemos que ir a Alaska", bromea Cristaldi. Y jura que dos serán suficientes.